El caso es que antes de ayer me pedí un cola-cao en una cafetería. Daniel se quiso sentar en mis piernas y tras robarme la cuchara se puso a tomar mi cola-cao con ella.
Al día siguiente mi marido le puso su cacao en la trona y se lo tomó solito. Por supuesto el babero quedó hecho una pena (directamente a la lavadora). Al mediodía tenía empanadillas y también se las comió solo. Luego el postre, no sé si fue porque ya llegué yo, que quiso que se lo diera.
Y esta mañana otra vez, y además, el babero quedó limpio! De comer tiene pechuga de pavo rebozada, a ver si es capaz... (las empanadillas, con la mano son más fáciles de comer).
Eso sí, anoche cenó sandwich y quiso que se lo diera yo (estaba jugando con un móvil y tenía las manos "ocupadas", o es que le entra "mimito" con su mami, no sé).
A ver si sigue así, que parece está haciéndose "mayor" poco a poco.