- Jue, 28 Oct 2010, 17:09
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Hola a todas. Antes de nada, agradeceros una vez más vuestros consejos y comentarios. Esta vez quiero compartir con todas vosotras una nueva experiencia, que probablemente no esté exenta de polémica, pero que quizás a alguien le pueda servir como inspiración.
Después de fuertes discusiones con mi marido sobre el tema, habíamos decidido no aplicar el método
Estivill con mi niña de 20 meses, al menos por el momento, a pesar del distanciamiento entre nosotros que ha provocado todo este tema. La cuestión es que el viernes pasado salimos todos al TOYS R US a comprarle un regalito a la niña, pues había sido su santo, y como se nos hizo tarde, decidimos quedarnos allí a cenar y luego dejar que se durmiera en el coche de vuelta a casa (unos 30-40 min de trayecto). Otras veces lo hemos hecho así, y sin problemas.
El caso es que se durmió en el coche,pero al llegar a casa, se despertó. Yo me había adelantado para ir preparando la cuna, bajando la persiana, etc., así que era mi marido el que la llevaba en brazos, y al dejarla en la cuna, se terminó de despertar. Empezó a lloriquear, esperando a que yo la cogiera para volver a dormir. Entonces, teníamos dos opciones: o mecerla yo durante una hora (ya que había dormido más de 20 min, ahora iba a tardar eso al menos en volver a coger el sueño) o, ya que estaba en la cuna, enseñarle a dormirse solita en ella. Le dije a mi marido que fuese él el que entrase cada vez a calmarla, porque si iba yo, iba a ser peor. Así que aplicamos el método, ése que nunca me ha gustado y que siempre me ha causado retortijones nada más que de pensarlo, pero a nuestra manera.
Mi marido fue entrando según la tabla de tiempos: 1 minuto, 3 minutos y cada 5 minutos. Pero no se quedaba lejos de la cuna, como dice el libro, ni sin tocarla, ni 30 segundos, sino que se quedaba el tiempo necesario hasta que se calmaba y estaba un ratito en calma. Luego él salía, ella lloriqueaba (no un llanto desesperado ni de angustia, yo no lo hubiera permitido, era como cuando quiere meter los dedos en el enchufe y yo no se lo permito), y vuelta a empezar,al minuto, a los 3 minitos y cada 5 minutos. Ella se calamaba cuando su padre entraba (ni siquiera me llamaba a mí), y él le decía que echara la cabecita en la almohada y cerrara los ojitos. A los 40 minutos dejó de llorar, y se durmió, solita en su cuna.
El sábado comencé yo.La mecí como siempre, pero en vez de esperar a que se durmiera en brazos, cuando ya estaba relajada la puse en su cuna y me quedé un ratito junto a ella. Protestó un poco, y tuve que entrar una vez al minuto y otra vez a los tres minutos. Mi marido, que iba a ser el siguiente en entrar, ya no tuvo que hacerlo. Ella dejó de llorar y se durmió. Luego se despertó de madrugada y hubo que entrar dos o tres veces, turnándonos, pero se volvió a dormir solita.
El domingo protestó cuando la puse en la cuna, pero ya no tuve que entrar. No tardó ni un minuto en dejar de protestar. Y ayer lunes la puse en la cuna después de mecerla un ratito, y ni siquiera protestó. Cerró los ojitos antes de que yo saliera de la habitación. Y duerme toda la noche del tirón.
Aclarar que cada vez que uno de nosotros entra (nos vamos turnando, aunque ya no nos da tiempo), se acerca a la niña, la acaricia, la tranquiliza, y hasta que no deja de llorar y se queda tranquilita no salimos. Y después del tiempo estipulado, volvemos a repetir lo mismo. En ningún caso es que la niña se haya tirado 40 minutos llorando, ni muchísimo menos.
En ningún momento he visto que la niña sufriera. Si llega a llorar, es como cuando quiere algo que no puede conseguir (los cuchillos, meter los dedos en el enchufe, en fin), algo que por más que se empeñe sabe que no puede ser. Pues algo parecido. Yo la observo todos los días, y se despierta de buen humor, está activa, en fin, como siempre, no he notado ningún cambio en ella, y estoy muy alerta porque el método nunca me ha gustado. Pero lo hemos adaptado a nosotros, y ha dado resultado. Soy consciente de que la situación puede cambiar, y si fuera necesario no dudaría en volver a lo de antes, pero sinceramente, creo que todos hemos ganado, empezando por ella.
No me siento culpable (y yo soy muy de eso), no creo que lo haya hecho mal. Así que quizás alguien pueda sacarle partido a esta experiencia. Ya os iré contando las novedades. Un abrazo.