No era angustia de separación, no, era simplemente una imperiosa necesidad de estar con ella, una necesidad vital, primaria de estar juntas. Llegué para dormirla, y lo hizo encima de mí, abrazándome, después de contarme todo lo que había hecho durante el día y que yo me había perdido… Ella es lo mejor y más perfecto que he hecho en mi vida.
Hoy también va a ser un día muy largo, chiquitina.