- Mar, 14 Sep 2010, 12:36
#375804
Hacia mucho que no me comunicaba con vosotras y la verdad es que lo he echado muchísimo de menos.
Encima este tema hace que me encienda por dentro, al igual que a todas vosotras. Cuando lei el artículo la semana pasada me puse manos a la obra y escribí una respuesta para Edurne, pero no la he enviado. No se si merece la pena contestarla, al fin y al cabo no hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
Aqui os pongo lo que se me ocurrió:
"¿Porqué deberíamos alimentar a nuestros hijos con algo que nos nos gustaría para nosotros mismos?
Existen batidos que contienen todos los nutrientes necesarios, proteinas, grasas, hidratos de carbono, etc y en las proporciones adecuadas para alimentarnos correctamente (como el suero con el que se alimenta a los enfermos en los hospitales). Entonces, ¿porqué molestarnos en hacer la comida cada día, con el tiempo que se pierde para ello, en vez de tomar esos sueros y batidos tan estupendos y tan completos? Pues sencillamente, porque eso no es comida, sino un sucedáneo de alimento. Y esos batidos para las personas mayores son el equivalente de los biberones para los bebés. Las leches artificiales son productos de laboratorio adaptados para que el delicado organismo de los bebés las pueda tolerar y alimentarse, a falta de otra cosa mejor, como es la leche materna. Y lo queramos o no es eso, UN PRODUCTO DE LABORATORIO, ARTIFICIAL, y no es por nada, pero yo paso de productos artificiales, llámense batidos, sueros o leches, a mi que me den jamón, lentejas, acelgas, y comida comida, en su estado natural, ya me encargaré yo de transformarla para comerla como más me guste. Y por supuesto que para mis hijos prefiero también darles la leche que yo, como mamífera que soy, produzco para ellos.
Además la lactancia materna proporciona a los bebés alimento espiritual: un vínculo afectivo que sin duda contribuirá a un mejor desarrollo de su inteligencia emocional. En cuanto al alimento físico ya sabemos que le aporta las calorias y nutrientes necesarios, igual que las leches de bote, pero éstas últimas en cambio carecen de las defensas que proporciona la leche materna, y por mucho que se mejoren sus fórmulas siempre carecerán de ellas. En cambio lo que les sobra es grasa vegetal y montones de componentes que no quiero para mi, así que mucho menos para mis hijos.
Y hablo por mi misma cuando digo que a mi la lactancia no es algo que me moleste ni me esclavice, en cambio quitar cacas, bañar bebés, lavar y planchar ropa, etc, etc, etc sí que me resultan labores bastante más desagradables. Tener a tu hijo mamando, y ver como durante sus primeros 6 meses crece sólo con el alimento que toma de ti es una de las experiencias más satisfactorias que puede tener una madre. Es prolongar la gestación, pero con el bebé fuera del útero, con lo que poder cogerlo en brazos y abrazarlo hace que la experiencia sea aún mejor. Pero claro, si renegamos de ser mamíferos quizás preferiríamos tener nuestros hijos en un útero artificial, y ya porqué no, que nos los den con la carrera ya hecha.(Con tantas mujeres que sufren por no poderse quedar embarazadas).
Y no es por nada, pero me parece que las madres que amamantamos lo que sentimos es presión para dejar de hacerlo, y no para que lo hagamos, y a la muestra me remito. Harta estoy de que me pregunten que hasta cuándo voy a seguir con la teta, y de que me digan que mi niño parece un perrito cuando mama, y que si como las gitanas, todo el día con la teta fuera (prejuicios). En cambio, a las madres que dan el biberón, porque quieren o porque se han visto avocadas a ello, nadie les dice si su niño tiene 4 años que hasta cuándo van a seguir con el biberón, ni que porqué no le han dado teta con lo buena que es ni cosas parecidas, ni las echa nadie de ningún lugar público, bibliotecas, tiendas... por estar alimentano a sus hijos.
Y no se trata de ser naturistas, como apunta despectivamente, sino de ser natural. Las mujeres intentamos quedarnos embarazadas de forma natural, haciendo el amor con nuestros hombres y cuando no lo logramos recurrimos a ayudas artificiales; gestamos a nuestros hijos en nuestros úteros, pero cuando la naturaleza nos lo impide alquilamos úteros o adoptamos hijos, y los alimentamos como hacen el resto de mamíferos con sus cachorros, a nuestros pechos, como hicieron nuestras abuelas.Dar el pecho es algo que incluso consiguen hacer muchas madres adoptivas. Asi que repito, no es cuestión de naturalismo, sino de naturaleza, de ser natural o artificial.
Y a todo esto yo me pregunto, ¿a quién le interesa denostar la lactancia materna en favor de la artificial? Efectivamente, a los fabricantes de leches artificiales, por lo que tengo la duda de que el libro de Elisabeth Badinter no esté financiado por alguna de ellas.
Para poder hablar en contra de la lactancia materna , como para tantas otras cosas, recomiendo antes probarla, y tener en cuenta que lo que para una persona puede ser desagradable, no tiene por que hacerse extensivo al resto de la humanidad. Al fin y al cabo si fuera algo tan horrible y desagradable, durante los millones de años de evolución ya se habría conseguido mejorar. Y lo que digan en Francia, en EEUU o donde sea me da igual. Por cierto quizás si la maternidad estuviera más protegida, como pasa en los países nórdicos este tema no hubiera surgido, pero no creo que una mujer deje de desarrollarse por el hecho de dar la teta, dar la teta ocurre durante unos meses, ser madre es para toda la vida, y las pocas facilidades que hay para compaginar ser madre con el trabajo si pueden influir, pero la teta desde luego que no
Así que le aseguro Edurne, que doy el pecho a mis hijos con todo mi deseo y toda mi voluntad, y que hasta que ellos no lo dejen de tomar voluntariamente yo no les voy a destetar. Y si les hubiera dado el biberón sin ningún motivo real, como hipogalactia o alguna enfermedad grave que me lo hubiera impedido, sí que me hubiera sentido culpable, para mi hubiera sido semejante a cometer una omisión de auxilio"