- Dom, 05 Sep 2010, 17:11
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Estás equivocada, Mere, hay mucho que decir.
Este post no está lleno de amargura, sino de esperanza y de amor hacia tu madre, un amor casi sorprendido porque parece ser que no sabes muy bien de dónde nace.
Tienes el poder que mucha gente no tiene ya, y es que tu madre aún está viva, y esa escena que anhelas se puede dar todavía. Pero tienes que dar un pequeño paso. Mira, alguien me dijo una vez que dejamos nuestra felicidad y nuestro bienestar en manos de los demás. Esperamos que las cosas salgan de los demás, y nos frustramos y nos desilusionamos si esa palabra, esa ayuda o lo que quiera que sea no llega nunca. Tenemos que ir a por aquello que queremos, a por aquello que necesitamos, sin esperar que salga de los demás, porque siempre estaremos a expensas de la voluntad ajena. Es algo que no podemos controlar. Transforma esta situación en algo que controlas tú.
Recuérdalo, tienes el poder en tus manos, responsabilízate de tu propio bienestar, despeja esa duda, no esperes que salga de ella algo que no ha hecho en toda su vida. Entra en esa habitación de hospital, siéntate a su lado, cógele las manos, y actúa con esa generosidad de la que hablas y que estoy segura que tienes, porque no podrías amarla si no la tuvieras, con amor, no con amor de hija a madre, sino con amor hacia otro ser humano, mírala bien, y dile que la quieres. No te guardes eso porque ella no te lo haya dicho. Tú la quieres, pues díselo. Es el mejor ejemplo de generosidad que puedes darle a tu hija. Y pregúntale si ella te quiere. No dejes pasar esta oportunidad, no te quedes con la duda.
Si das un pequeño paso, un paso diminuto, en tu favor, la vida dará cinco por ti. Yo lo tengo comprobado.
Te mando un gran abrazo de apoyo, y recuerda, ayúdate y la vida te ayudará. Quizás tu madre te sorprenda, y no puedes perder nada que no dieras por perdido ya. Ánimo!!!!!