- Mié, 25 Ago 2010, 10:29
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Entiendo lo que quieres decir pero no lo comparto, en realidad estamos hablando de dos cosas distintas.
Estoy de acuerdo en que no estaría nada mal un cambio de mentalidad, pero los ejemplos que tú citas (el hombre tomándose cañas con el jefe y la mujer cruzando la ciudad para ir a recoger a los niños) tienen más que ver con una mala organización familiar que con la gestión del estado en temas de conciliación.
Efectivamente hay hombres que son así, pero también existen otros (mi marido es uno de ellos, y también conozco más) que hacen lo que pueden, que invierten su tiempo libre en sus hijos y no en cañas, que tratan de colaborar en las tareas domésticas y por las mañanas van turnándose con la mujer para que todo el mundo esté duchado, desayunado y vestido a la hora de salir de casa.
Ahora, y vuelvo a echar mano de mi caso particular, yo tengo jornada reducida y él no. Yo salgo de la oficina a las 15:15, a tiempo para recoger al enano del cole, y él tiene horario "extensible" (jornada de 8 horas, o 9, o 12, según se tercie). Con lo cual, tengo que encargarme de muchas de las gestiones tipo llevar y recoger al niño, comprarle las zapatillas, hacer la cena y demás: no porque él no quiera o esté socializando, sino porque en mi caso la jornada reducida es una opción, en el suyo sería un imposible, le despedirían, así de claro (ya le miran mal cuando a veces sale antes para ir con nosotros al pediatra). Porque hablamos mucho de igualdad, y es cierto que nosotras nos capamos todas las posibilidades de ascenso al reducirnos la jornada, pero ellos, incluso si quisieran, lo tienen vetado (por lo menos en el sector privado). La igualdad debería funcionar en ambos sentidos.
Aquí es donde me encuentro de acuerdo con Sunshine, efectivamente hace falta un cambio, pero ese cambio hay que forzarlo, no puedes esperar a que el jefe, espontáneamente, decida que la jornada laboral acabará a partir de ahora a las 16:00 para que todo el mundo tenga tiempo de estar con sus hijos. Hay muchos segmentos de la sociedad interesados en mantener el
statu quo por sus propios intereses, en detrimento de los de los niños (no olvidemos que deberían ser ellos los primeros en verse beneficiados por las políticas de conciliación, no los padres ni las madres) y desgraciadamente nuestros políticos (todos, me da igual el partido) son uno de ellos.
El problema principal es mucho más profundo y complejo que sacar tiempo para tomarse un café. Hacen falta medidas de conciliación serias, bajas maternales (y paternales) más largas y de
obligado cumplimiento para ambos padres, horarios europeos y sueldos idem, un sistema de educación de calidad pensado en el bienestar de los niños y no concebido simplemente como "aparcamiento" mientras los padres trabajan, en fin, empezar a pensar las cosas a largo plazo, cosa que aquí nunca hacemos.
Besos.
♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... Mi blog: El mundo de Kim