Empiezo por deciros que mi infancia no fue para nada bonita. Mi madre es más fría que un hielo. No es mala mujer pero no sabe expresar sus sentimientos y no se puede mantener una
diferncia de opinión entre varios miembros de la familia porque se pone nerviosa y se enfada, nos deja de hablar (durante un rato).. Cuando hablamos con mi hermana llegamos a la conclusión de que da lo que recibió. Era la típica del bofetón(o bofetones), zapatilla en mano y alguna vez el cinturón. Además de meternos miedo: si no os dormís ya os sacaré a la terraza (a mí una vez me sacó y nunca ovidaré el terror que pasé y lo largos que se me hicieron los minutos hasta que me dejó entrar), cuando ibamos en coche de viaje y preguntábamos cuanto nos falta siempre decía: Si volvéis a preguntar os dejo en la próxima casa de gitanos que vea.
Mi padre nunca decía nada. Bueno, y cuando lo decía no es que fuera muy bueno. Cuando lloraba siempre me hacía burla y es el típico que cuando le contaba algo que me habían contado siempre me decía que era muy confiada, que me lo creía todo y que me tomaban el pelo. Aunque diga esto de mis padres yo se que no son malas personas, que han tenido una vida dura trabajando desde niños y eso, que dan lo que recibieron.
A mi hermana no le afectó tanto, pero a mí sí. Es una carga que siempre llevo y que siempre se lo he echado en cara. Alguna vez he intentado hablar con ella para poder superarlo pero es imposible. Mi madre solo sabe hablar de croquetas y de plantas. Para que os hagáis una idea mi hermana le dijo que había sufrido un aborto y le contestó, ah vale, tengo que colgar que tengo "no sé qué" en el fuego. No es que no lo sienta, es que no lo sabe expresar. Como consecuencia de esta educación (además de las etiquetas que me pusieron y que me he pasado toda la vida oiendo: que si soy soberbia, que no se controlarme, que soy maleducada, chillona, etc...) pués la verdad es que mi carácter es difícil. LLevo muchos años aprendiendo a controlar mi rencor, mi ira.
Lo de mi marido aún fue peor tiene por padre a un monstruo pero de los de verdad. Ya al año y medio le reventó la nariz en la boda de una tía suya, así que imaginaros que tipo de vida le dió.
Llevamos muchos años juntos y tras dos iCSI me quedé embarazada de mellizos. Siempre tuve claro lo que iba a hacer y lo que NO iba a hacer. Desde mi embarazo hasta hoy os he estado leyendo continuamente. También me he leído todo lo de Carlos González y Rosa Jové. Creo en este tipo de crianza, creo que es la única crianza válida. Respetar a mis hijos es lo más importante para mí. Hacer que se sientan queridos, seguros, amados por encima de todo. Así ha sido hasta hace poco. Yo dejé de trabajar y me dedico a ellos con todo mi corazón. No van a la guarde, practicamos colecho y aún les doy el pecho. Estoy segura de todo lo que hago. Pero últimamente estoy desquiciada. Tenemos una casa muy grande y yo me ocupo de todo. Casa, jardín, huerto y niños. No me importa, me gusta, pero últimamente estoy cansada. Mi marido reconoce que tengo mucho trabajo y que debo estar agotada y que no sabe como lo hago, pero luego no me lo demuestra con sus acciones. Así que estoy "burning out" como le leí un día que llamaba el doctor Sears a las mamás como yo. Lo que me preocupa no es mi agotamiento si no como me comporto últimamente. La verdad es que el día a día con los dos peques es realmente gratificante pero a la vez agotador. Hasta hace muy poco nunca levantaba la voz, haceros idea de que hay cosas que las tengo que explicar por duplicado continúamente y eso es agotador, extenuante, así que últimamente acabo gritando. Hay varias cosas con las que no puedo y es que aunque se quieren con locura de vez en cuando se zurran. Yo entiendo que es normal y les intento explicar que eso no hay que hacerlo porque se hace daño a la otra persona, realmente no son pegones pero cuando sale el día torcido es horroso. La peque es más suya y no le gusta que la toquen mucho y para decir que no le pega un empujón a su hermano, este al final se harta y le arrea con lo primero que tienen en la mano, el otro día le arreó con una cafetera (de las de verdad de 12 cafés, siempre me la pide, la abre, la cierra, la mete en la caja, jamás le había visto levantarla) y entonces yo después de consolar a la peque y mirar que no tenga nada pués a chillar... Ahora al niño le ha dado por amenazar (nosotros jamás lo hemos hecho) cuando su hermana le quita algo, que por cierto es continuamente."si no me das el juguete te voy a dar una patada"etc... aunque normalmente no lo hace. Por supuesto le digo que eso no se hace que le tiene que explicar a su hermana que el juguete lo tenía él ,que no se lo tiene que quitar y que porfavor se lo devuelva. Les enseño a ofrecer cambio, una cosa por otra. Pobres, si es que son buenísimos!!! El problema está en mí, en no saber controlarme y es lo que me trae loca. Hoy por ejemplo: tenemos una perra golden retriever que es lo más bueno del mundo. Les encanta jugar con ella. Un día lespillé dándole con un palo. Les dije que eso no se hacía que la perrita les quería mucho y que no deben hacer daño bajo ningún concepto a la perra. Pués bueno, les he pillado varias veces haciendo cosas así. Yo sé que es normal, que son cosas de niños, que no lo hacen con malicia ni mucho menos, pero hoy cuando el niño le ha ido a dar a la perra con el recogedor en el lomo, de hecho le ha dado, no he podido evitarlo. Le he cogido por los brazos y le he dicho gritando como una loca que ya estaba bien, que estaba harta, que le había explicado muchas veces que no se hacía daño a nadie y por supuesto a la perra tampoco. El pobre se ha asustado y ha empezado a llorar entonces yo también me he roto y no he podido evitar echarme a llorar abrazada a él mientras mi nena me decía: "no llores mamá, no llores". Le he explicado que lloraba porque me sentía muy mal, que no hay que gritar, que a mí nadie me había enseñado que no había que hacerlo y que a veces no me puedo controlar. Les he pedidio perdón por gritarles. A ellos se les ha olvidado al minuto, pero a mí no. El resto de la mañana pués ya bien, hasta la hora de la siesta. No vamos a la cama con dos mil juguetes. Los dos se duermen tetando. La peque me clavaba una máquina y un papel doblado, él me daba con un cacharro que llevaba en la mano, ahora me clavan un codo, luego se incorporan, ahora tapame, mamá donde está la gorra de colores, que quiero la gorra....y de repente el peque que siempre, siempre, va desnudo completamente por casa y que no hay manera de vestirlo para salir me dice que le vista, pués ala... otra vez a gritar, que es que tiene narices la cosa, que estoy cansada, que no te voy a dejar ir más desnudo,que estoy
harta y que me voy a ir de la habitación, de hecho me he ido al pasillo a respirar, aunque no me ha servido de nada y el pobrecillo me decía: no te vayas mamá, así que e he vestido de muy malas maneras y me dice Malena... yo también, así que a vestirla. Me he vuelto a tumbar y les he dicho de muy malas maneras: No quiero oir ni mú, callados y a dormir. Así que los pobrecitos se han dormido mientras yo he empezado a llorar. y aún sigo llorando. NO QUIERO SER ASÍ, no quiero ser como mi madre. Quiero ser de otra manera y no puedo. Me duele tanto... No puedo controlarme y no me lo pudo perdonar. Ellos no se merecen que pierda el control. Me siento sola, perdida, descontrolada e incomprendida. Como sabéis todas por propia experiencia la manera que tenemos de criar, por lo menos la que intento, la gente no la percibe como algo normal. Siempre soy cuestionada por mi entorno por seguir con el pecho, por dejarles dormir conmigo, por dejar que toquen las cosas, que experimenten, que aprendan, así que entre todo y todos me estoy volviendo loca. No puedo, no quiero hacerles sufrir. Creo que vean que pierdo así el control es muy perjudicial para ellos, y me asalta constantemente la duda de si les hace tb daño verme llorar. Nuestra vida no es para nada un infierno, no creáis. Nos lo pasamos muy bien juntos, jugamos todo el día y hacemos muchas cosas, lo que pasa es que cuando suceden estas cosas a mi me hunden porque me duele el alma. Siento de verdad todo este rollo, pero es que necesitaba contárselo a alguien y si fuera posible a alguien que me entendiera. Me siento tan triste por mi comportamiento que no puedo dejar de llorar. A veces creo que debería hablar con un psicólogo para expulsar la rabia, el rencor y la ira que tengo dentro de mí, pero en estos momentos mi economía no me lo permite y me da miedo que cuando pueda sea demasiado tarde, por eso necesitaba expulsarlo todo. Bueno, desde mi corazón y mi mente, muchas gracias por escucharme. Saludos.