La rutina es la de siempre, nos vamos a su cama los dos, cuento/sssss , hablamos un ratito y apagamos la luz (excepto la de su mesita), cuando ya le veo tranquilo le doy un beso, le doy las buenas noches y me voy. Unos días me pregunta que a dónde voy, otros ni siquiera eso, otros, como hoy, se ha levantado 3 ó 4 veces para ver dónde estaba ... pero vamos que mi campeón lo ha conseguido. Creí que este día nunca iba a llegar.
Bravo por mi niño grande