- Mié, 26 May 2010, 13:01
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Uff, yo estaría igual que tú, no quiero mas hijos...mi pareja es padre por su lado, por tanto en ese sentido los dos tenemos esa necesidad cubierta.
Si estuviese en tu situación lo pasaría francamente mal....
Él quiere tener un hijo, ella no
Isabel Menéndez
Las relaciones entre hombres y mujeres han cambiado. Antes, era casi siempre la mujer la que daba el primer paso para tener un hijo. Hoy, algunos hombres lo proponen cuando su pareja ni se lo ha planteado, bien porque ella no quiere o porque ha decidido retrasar el primer hijo.
Rafael no podía entender por qué Olga no quería hablar del tema, pero empezó a sentirse muy incómodo. Poco a poco, había ido apareciendo en él un deseo de ser padre. Tenía 41 años y hacía 10 meses que su padre había muerto en un accidente de coche. Desde entonces, se preguntaba a menudo qué era lo más importante de su vida y había empezado a pensar que se perdía algo fundamental si no vivía la paternidad.
Cuando se lo dijo a Olga, que tenía 33 años y no se lo había planteado, ella cambió de conversación: no quería hablar porque no deseaba tener hijos y necesitaba afianzarse en su profesión de médico. El desencuentro se hizo cada vez más grande y Rafael comenzó a enamorarse de una compañera de trabajo más joven que él. Entonces pensó en separarse de Olga, pues se sentía rechazado.
¿Qué empuja a un hombre a pedir un hijo a una mujer que no quiere ser madre? ¿Existe el deseo de paternidad? ¿Qué diferencia hay entre hombres y mujeres en este aspecto? Samuel Lapastier, psiquiatra y psicoanalista, afirma que la diferencia fundamental es que la mujer comienza a sentirse madre desde el comienzo de su embarazo, mientras el proceso del hombre es más largo y a veces no llega, porque puede tener un hijo y no ocuparse de él.
El deseo de tener un bebé en un hombre, sobre todo cuando la mujer no quiere, responde a varias motivaciones inconscientes. Según Lepastier, una de ellas es la necesidad de afirmar frente a los ojos de los demás su propia virilidad. Al convertir a sus parejas en madres, tienen la sensación de sujetarlas, pero es una falsa seguridad, porque también les angustia la mujer en su papel de madre y, después del nacimiento, suelen producirse desencuentros cuando no son capaces de ayudarlas en su nuevo papel.
RELOJ FAMILIAR
Otro desencadenante es un fallecimiento en la familia. Los hombres no tienen reloj biológico, pero pueden estar sometidos a una especie de reloj familiar que tiene que ver con su historia afectiva. Cuando muere su padre o madre, puede despertarse el anhelo de tener un hijo porque, inconscientemente, desea regalarle un heredero. En este caso, un rechazo es sentido como falta de amor y puede llegar a romper la relación.
Cuando el hombre tiene conflictos internos para ejercer la paternidad, puede ser más tranquilizador para él tener un hijo con una mujer que no quiere ser madre. De esta forma él ocupará más el lugar materno, pues supone, y con razón, que ella le va a dejar parte de ese lugar porque tiene dificultades para hacerse cargo de él. El psicoanalista François Permutter, en base a su experiencia clínica, sostiene que, cuando un hombre está con una mujer que no quiere tener hijos, es porque inconscientemente también él los rechaza. La situación le permite quejarse de la mala voluntad de ella y le ayuda a ocultar sus dificultades con el papel de padre.
Habitualmente, si el hombre se separa y organiza una nueva vida en pareja con alguien que sí quiere hijos, se niega a tenerlos. Cuando se analizan los conflictos inconscientes en un tratamiento psicoterapéutico, el hombre es capaz de asumir su deseo y puede ejercer la paternidad sin angustia o decidir no tenerlos. Ser padre o madre supone un trabajo psicológico intenso para conseguir identificarse con los propios padres. Cuando las relaciones con ellos son ambivalentes, es muy difícil ponerse en su lugar.
Foro mujerhoy.