Todo empieza con el embarazo (bueno ya sé que empieza antes, que el entrenamiento previo también cuenta y mucho jeje). Ya en este trance comienzan a suceder cosas que, de no estar continuamente en los “Mundos de Yupi”, nos empezarían a dar pistas de lo que nos espera. ¿A qué me refiero?, ¿de verdad no os lo imagináis? Sííííí, empiezan los tan temidos consejos: que si anda mucho, que si no andes mucho; que si come por dos, que no hace falta comer por dos, que……. BASTAAAAAAAAAAAAAAAA. Pero esto no ha hecho más que empezar.
Pero sigamos, sigamos… Sigamos esta maravillosa y alucinante, pero no por ello menos desconcertante, aventura de ser padres. Tras el embarazo llega el parto, hecho por el cual absolutamente todas las madres se creen con el derecho de contarte con pelos y señales los suyos. Y cuando pasa, cuando por fin pares, todo se olvida, te quedas extasiada, en un estado de “estupidez” que no te abandona hasta pasado mucho tiempo (si es que te abandona en algún momento). Porque si en algo tienen razón los comentarios que nos hacen durante nuestro embarazo, es en el hecho de que hasta que no tienes a tu bebé en brazos no te puedes hacer una idea de lo que se siente, es totalmente indescriptible. Es LA FELICIDAD.
Y aquí estamos, padre y madre, con un bebé en brazos que, a partir de ahora, será nuestra razón de vivir. Y nos lanzamos, inconscientemente, a la crianza del churumbel.
Ya en el hospital empiezas a sospechar que tu bebé no es como todos, porque resulta que el tuyo no come y duerme solamente (como se supone que hacen los demás) sino que el tuyo llora y llora y llora, y no duerme y no duerme y no duerme. Y aquí están otra vez los sabios que se creen con el derecho de opinar en todo lo concerniente a tu hij@: no le cojas, déjale que llore, si llora es porque tiene hambre, dale una ayudita… Pero tú sigues haciendo las cosas igual pensando, ya que todavía estás en la inopia, que en cuanto lleguéis a casa y estéis más tranquilitos todo cambiará.
Y sí, llegáis a casa, pero no, no todo mejora. Porque resulta que ahora tenéis que ser superhéroes. Tenéis que tener la casa limpia, atender a las visitas y, sobre todo, aclaraos con el pequeñ@ recién llegad@ a la familia. Y esto sí que tiene miga, porque resulta que el estar en casa tranquilitos no le ha tranquilizado sino más bien todo lo contrario. No puedes soltarlo en todo el día, tu bebé sólo quiere estar en brazos y aquí empiezan a sonar todas las alarmas: las vuestras, las de toda la familia, las de los amigos y hasta las del rey mismo, porque esto no está bien no, no, no; esto no puede seguir así y hay que hacer algo.
En el fondo, algo, tu sabio instinto, te dice que no pasa nada, que todo es normal, así que te lanzas a leer todo lo que cae en tus manos de manera desesperada. Pero nada funciona, nada responde a tus dudas como tú deseas. Lees que debes dejar llorar a tu pequeñ@, que no te debes dejar manejar por ell@s. Y un buen día, en esta vorágine de desesperación en que se ha convertido tu vida, aparece un soplo de aire fresco: por fin has llegado a Dormir Sin Llorar.
Resulta que te enteras de que a tu hij@ no le pasa nada, es completamente normal. Tú que habías pensado que era únic@ en el mundo, y no sólo por ser el más guap@, sino por no dormir, por querer estar en brazos siempre, por despertarse cada dos horas, o cada hora o cada media hora. Tú que creías que érais los únicos con ojeras hasta el suelo… te encuentras a docenas, miles de padres y madres en tu misma situación.
Ahora sí, ahora estás en ese sitio donde siempre habías querido llegar, ahora te entienden, ahora te ayudan y no te juzgan. Ahora empiezas a disfrutar de tu hij@, te relajas y disfrutas de todos los momentos que te regala para estar a su lado, incluso a las 4 de la madrugada. También te hundes, reniegas y te equivocas, pero siempre tienes a l@s forer@s que incondicionalmente siempre están ahí para darte la mano y ayudarte a levantar.
Cuando menos lo esperas, pasado un tiempo, tu hij@ empieza a dormir mejor. Pero ya nadie puede hacerte salir de esta casa virtual, y además ahora tienes más tiempo durante el sueño de tu peque y te das cuenta de que estás enganchada… pero tu socio también se da cuenta (que los pobres deberían crear una asociación de damnificados) y le enredas también a él en esta aventura: empiezan las llamadas de teléfono, las kdds y allí que váis toda la familia al completo.
Y es así como te das cuenta de que llevas aquí ya uno, dos e incluso cinco años. Y es así como te das cuenta de que este foro, TU FORO, ha pasado a ser una parte imprescindible de tu vida.
GRACIAS DSLL