- Lun, 31 May 2010, 13:28
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Desde luego que nuestros bebés nos superaron. ¿Y qué madre no se siente así a veces? Y los bebés muy demandantes, pues superan más. Lo malo es que una es madre primeriza, tiene un contexto totalmente equivocado de lo que es tener un bebé y si encima no es el "típico" bebé satisfecho y sonriente, madre mía, sí que nos supera.
Entonces yo creo que lo psicológico entra en juego de manera y forma que una fue educada y criada. De repente me encontré con que quería criar a mi hija de forma natural y respetuosa, pero a mi no me criaron así. Así que cuando Lucía no dejaba de llorar ni un momento me sentía equivocada, frustrada, la gente y familia me cuestionaban, hasta las madres "respetuosas" dudaban de la veracidad de lo que contaba. Dejé de hablar de ello, me encerré, no iba a ningún sitio, mi pareja me echaba en cara la forma de ser de nuestra hija, mi madre. La gente se burlaba de mi. Gente querida.
Pues claro que eso tiene un efecto psicológico muy fuerte. Y por supuesto no ayuda a que tu bebé de alta demanda se relaje y esté contento. ¿Cómo va a estar contento si la madre está cuestionada, frustrada, sóla, inexistente, invisible..?
Hasta que una empieza a encontrar información -porque nadie te dice que podría ser normal- y conoces otras madres y padres en la misma situación, buscas libros y al fin aceptas que tu bebé es así, que no es culpa tuya y entonces puedes comenzar un proceso de "cura".
He leído varios libros, uno de ellos es "Mi bebé lo entiende todo" (actualmente leo "mi niño lo entiende todo") y habla sobre los llantos y sobre los efectos de no haber podido llorar algunos traumas, como por ejemplo de nacimiento, de separación temprana u otros. A veces creo -a día de hoy- que debería haber tenido que saber que mi hija quizá necesito llorar. Necesitó descargar, nesecitó curar. Y no la dejé. Le metía el pecho cada vez que lloraba y no sabía como aguantar sus llantos. Nadie me dijo que estuviera calmada y aceptara el posible dolor de mi hija.
Realmente creo que mi hija pasó mucho dolor físico y emocional durante el parto, la separación después, el ingreso en neonatos en encubadora con tan sólo 3 días de vida. El que no me dejaran estar con ella más que media hora cada tres, mi inexperiencia, mi testadurez de querer que duerma en el carro, en la cuna, los nervios, los llantos y desesperación de su madre. Fue muy difícil para ella tener una madre tan inexperta y tan poco confiada en si misma.
Si hoy pudiese decirle algo a una madre de un bebé de alta demanda, sería "NO es culpa tuya, lo estás haciendo BIEN, confía en tí, busca madres iguales, no te rodees de gente ignorante que no quiera aceptar lo evidente, déjate querer, déjate ayudar, habla, ves a un psicólogo respetuoso, acepta el dolor de tu hijo, abrazalo, mecelo, amalo. Pasará, te lo aseguro!"
Lucía tiene casi 2 años. Es una niña empática, simpática, amorosa, confiada, con mucho amor para dar. Todos quedan encantados de ella. Comprende, quiere, coopera, es un SOL. La amo. Si, a veces aún es difícil, pero hemos aprendido y hemos superado.