Pues bien, resulta que nuestra chiquita se ha regulado (o eso creía yo, ya no lo tengo claro) desde muy pequeña,durmiendo entre las 6 p.m. (bueno, duerme con el pecho, así que a esa hora pide desesperada su última toma y se queda profunda, a eso de las 7 p.m.) y las 6 a.m. Lo que Rosa Jové llamaría un bebé madrugrador. La cosa es que como nosotros vivimos en el Trópico (Colombia) y ésa es justamente la hora en la que cae la noche, me parecía normal que una vez ella percibiera que había noche se durmiera. Sus ciclos de sueño eran normales: dos o tres despertares en la noche, que rondaban las 4 horas de sueño continuo (algunas veces más, algunas veces menos... pero con horas regulares cada semana). Así, por ejemplo, ha tenido semanas en las que se duerme a las siete, se despierta a las 12, hace una toma, duerme; se despierta nuevamente a las 3, hace una toma, duerme y se despierta a las 6 a.m., definitivamente. Luego, cuatro días después, reajusta su horario: se despierta a las 11, hace una toma, se duerme, se despierta a la 2, hace una toma, se duerme; se despierta a las 4 y 30, hace una toma y se duerme... ¡¡¡Y se despierta a las 5!!! Resumí muy rápido su proceso pero lleva un par de semanas en que ha sido así. Aclaro, entre otras cosas, que sus tomas han pasado a ser cada vez más cortas (no menos de 20 minutos nunca), en los últimos meses. Y aunque no creo que tenga que ver con que quede con hambre, sí noto que cuando se despierta en la noche y come, cae muy rápidamente fundida, mucho más que cuando era más pequeña.
El asunto es que si bien aquí anochece a las 6 p.m., no amanece hasta las 6 o 7 a.m., con lo que la idea que tenía de que su sueño estaba sincronizado con la luz del sol está, por lo visto, mandada a recoger. Lo otro es que esta pequeña ha sido desde su mes y medio una bebé sin siestas (sin las clásicas de 2 y tres horas): duerme ratitos cortitos, usualmente mientras hace sus tomas. Y es una bebé tranquila, a la que siempre hemos atendido en sus despertares. Nunca se ha despertado llorando: comienza a hacer ruiditos y a balbucear llamándonos. Duerme en su propia cuna y siempre lo ha hecho, hasta los dos meses lo hizo en nuestro cuarto y desde entonces lo ha hecho en el suyo, sin ninguna protesta al respecto.
Mi pregunta entonces es: ¿será posible retrasar un poco su despertar definitivo? ¿Cómo puedo hacerlo? He intentado ver si lo que pasa es que la dormimos muy temprano, pero cuando se acercan las seis la pobre reclama sueño invariablemente: se rasca los ojitos, lloriquea y etc. Las pocas veces que hemos visto que se queda tranquilita, pues intentamos retrasarle la hora un poco, pero no, la consecuencia es que su toma se queda incompleta porque ella se duerme inmediatamente siente su tetica (ah, toma pecho solamente. Desde hace unas tres semanas, le hemos introducido algunas frutas -no en papillas, si no en trozos, usando la técnica de Baby-Led Weaning, pero sólo las come al mediodía). Hace una pequeña siesta a eso de las 5 de la tarde y una última toma (antes de la toma con la que se duerme) a las 4 - 4:30 p.m. Tanto la siesta como la toma las hemos introducido por su demanda, descartando también que lo que tenga a las 6 p.m. no sea ganas de siesta o de comida simplemente.
¿Alguna idea? ¿Alguien ha tenido este tipo de experiencia?
Les agradecería muchísimo si pueden orientarme un poco, pues me siento medio perdida. Y, aclaro, si ésa es su sincronia, pues nos ajustamos a ella sin problema (es lo que hemos hecho hasta este momento), pero es que comienzo a tener dudas de si la que no sabe leer bien sus señales soy yo. ¿Será que al llevarla siempre a la cama a las 6 p.m. me equivoqué y ahora la malacostumbré? En cualquier caso, duerme tiempos normales: entre 11 y 12 horas cada 24 horas (tiene 6 meses y medio y no hay señas de dentición en este momento).
Perdón por lo extenso.
Saluditos para todos,
A.
http://azulitoclaro.wordpress.com