Hace tiempo que quería escribir un artículo como este, mucho antes de que se modificase la ley que desde hace ya tres años prohíbe castigar a los hijos moderada y razonablemente mediante el catigo físico (cachete en el trasero, bofetada, la cásica zapatilla, y otras técnicas similares. eliminando así la cobertura legal del conocido popularmente como 'cachete'. ¿Se impone la permisividad? La respuesta es un rotundo NO. Una cosa no lleva a la otra.
Es un hecho que el castigo físico produce un efecto contrario y, más que rectificar una mala conducta, puede avivarla. Y no sólo porque resulte ineficaz. Levantar la mano también puede generar en los hijos miedo, ansiedad, resentimiento, falta de afecto y frustración. Por tanto, aumenta la distancia afectiva, además de la inseguridad e incluso la agresividad. «Si se educa a un hijo a bofetadas llega un momento en el que él también la devuelve», advierte María Victoria Trianes, catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Málaga (UMA).
En este artículo haremos una reflexión sobre la dificultad que presenta nuestra sociedad a abandonar esta práctica y ofreceremos ideas para educar sin levantar la mano.
Tres años después de la modificación de la ley que suprimió el párrafo que permitía a los padres corregir razonablemente y moderadamente a su hijos el tema sigue dando de que hablar. Si hacemos una búsqueda en google de cachete en el pañal : salen muchas entradas y acaloradas discusiones entre los que lo justifican y le quitan importancia y los que no.
Es un hecho que muchos progenitores defienden el cachete. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 56 por ciento de la población considera que es «imprescindible pegar a un hijo para educarlo» y curiosamente esa la mitad recuerda haber recibido azotes en su infancia. (debe ser por eso que lo justifican)
Llama la atención esta desobediencia civil consentida y justificada por muchos padres, ¿tanto nos cuesta abandonar esta práctica? Todos los días la vemos: en la puerta del colegio, en los parques, en un restaurante: un niño pequeño se pone nervioso y acaba con un cachete de “aviso”. El niño que generalmente no suele tener más de tres años, a los 5 minutos continua liándola sin acordarse de la reprimenda.
La ley amparaba el derecho de corrección sobre los niños... y las mujeres.
Obediencia debida, con estas palabras se legitimaba a los maridos hace sólo 35 años (hasta 1975 que se cambió la ley) a corregir a la mujer en aras del orden familiar, de manera que el marido, más fuerte por su sexo, debía ser el cabeza de familia y la mujer, dada la jefatura de aquél, había de supeditarse a sus dictados.
Suena ofensivo, ¿verdad? Pues no ha pasado tanto tiempo desde que se eliminó ese derecho.
Gracias a ello ahora nos escandalizamos cuando vemos que alguien , aunque sea en un país lejano enseña a pegar a las mujeres sin dejar marcas por el bien del orden familiar:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=FIV5yOi3Qf0[/youtube]
Y de los anuncios que se emitían en España hace unos añitos:
Anuncio de Congnac que se emitía en TV:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=lZRyH9qvJCw[/youtube]
O en una película, también en blanco y negro:
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=BhxQeJhtBWA[/youtube]
Pero no hace falta irse a la dictadura, en plena democracia tenemos otro ejemplo que banalizaba la corrección a las mujeres ¿quien no recuerda el famoso sketch de Martes y Trece?
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=SbAIMCF_fqs[/youtube]
La pregunta es: ¿Cuanto tiempo tiene que pasar para que a la sociedad entera le provoque la misma repulsión ver pegar una colleja un marido a su mujer que ver pegar la misma colleja una madre a su hijo?
Del Pam-pam en el culo a la torta a tiempo
A estas alturas del artículo puede parecer exagerado comparar el cachete en el pañal o un toque en la mano con un guantazo o un zapatillazo. Pero aunque no lo parezca es la misma agresión ya que se está tomando como de nuestra propiedad el cuerpo de nuestro hijo.
Puede parecer apropiado darle un manotazo a un niño que pega a su hermano, amigo o primo, diciéndole a la vez un sonoro: - no se pega!!
Pero si nos fijamos... el mensaje es totalmente contradictorio:
no se puede pegar...
pero nosotros le pegamos a él
conclusión: el que tiene el PODER , sí que puede pegar. (siniestro mensaje)
Por otro lado: si ahora se le pega una azote en el culo porque no obedece, que le haremos cuando diga una palabrota, cuando monte una rabieta en el supermercado, cuando pinte la pared con platidecors, cuando le da una patada a su primo, cuando coja dinero del bolso para comprarse un Gormiti? ¿Donde está el límite? ¿Cuando dejaría de ser una corrección razonable? ¿ A mayor afrenta, mayor castigo? Es un terreno peligroso, porque muchas veces cuando los azotes en el culo son habituales dejan de tener poder disuasorio. Y lo peor: hacen que el niño «aprenda a solucionar sus conflictos mediante la agresión y repita estos comportamientos ante los problemas que le puedan surgir en otras áreas (con los amigos, los compañeros del cole, los profesores o más adelante, incluso con los padres).
Mi cuerpo es mio, a mi no me ha pegado ni mi padre.
A ninguna mujer maltratada por su marido se le ha escuchado esta frase. Y que los niños que han sufrido castigos físicos continuados se convierten algunos en víctimas y otros en verdugos al llegar a adultos.
Estas correcciones físicas enseñan al niño que no es dueño de su cuerpo, que otros adultos tienen derecho a tocarles y agredirles. (a veces también los abuelos “corrigen” a sus nietos). Y puede llevar a que entiendan como lícito que un profesor o alguna persona con autoridad en su vida abusen de ellos con la excusa de castigarles por haber hecho cualquier cosa mal. Lamentablemente se han dado algunos casos y es una cosa a tener en cuenta.
Alternativas para educar sin levantar la mano.
Hemos recopilado una serie de estrategias para educar a los niños sin necesidad de recurrir al castigo. Varían según la edad y el grado de comprensión del menor, esperamos os resulte útiles.
De recién nacido a los 8 meses
La prioridad es vincularse con el bebé, no lo malcriarás, es lo que él espera de esta vida.
- Consuélalo cada vez que llore.
- Practica la ternura: acariciale la cara a menudo y háblale con suavidad. Jamás le grites.
- Ten abrazado a tu pequeño cuando está llorando o pidiendo atención.
- Dile que le quieres, aunque no pueda comprender las palabras captará el mensaje
- No pegues ni sacudas nunca a tu bebé, es muy peligroso, podría causarle la muerte.
Cuando llora, está pidiendo tu ayuda, no sabe hacerlo de otra manera.
Puedes calmar su llanto probando lo siguiente:
- Ofrecerle el pecho, un biberón, o un chupete.
- Cambiarle el pañal.
- Mirar si puede tener calor o frío
- Mécele
- Colocalo en un portabebés, estar junto a ti les tranquiliza mucho.
- Baila con él, abrazándolo o acurrucándolo contra tu cuerpo.
- Cantale suavemente, así también te calmarás tu
- Masajeale, sobre todo en la espalda. (Esto puede aliviar el cólico.)
- Observa si tiene fiebre, está tirándose la oreja, o parece enfermo.
- Observa si le están saliendo los dientes si tiene las encías hinchadas.
- Muchas veces un paseo en coche ayuda a dormir a un bebé.
- Nunca le toques si estés enfadada/o o fustrada/o. Primero cálmate.
- Si estás por perder la calma, no dudes en pedir que alguien que te supla.
De 8 a 12 meses
Mantén a tu hijo seguro y evitarás disgustos y reprimendas.
Los bebés que comienzan a gatear tiene mucha energía, andan por aguí y por allá, tocan y prueban el sabor de las cosas y explorando absolutamente todo. Haciendo estas cosas es como aprenden y crecen. Por lo que es imprescindible hacer algunos cambios en la casa y su estilo de vida.
Toca hacer segura la casa en vez de tratar de instruir a su niño de esta edad. Por ejemplo, elimina los objetos frágiles de los estantes bajos, mantén las medicinas fuera del alcance de los niños, tapa las tomas eléctricas, pon puertas de bebé en las escaleras y entradas de los cuartos, y usa cerraduras de seguridad en los armarios, cajones, e inodoros.
A medida que su bebé se vuelva más activo, indícale lo que está bien y lo que no está bien; diselo calmadamente con palabras como “para” o “no,” y luego ofrecele otra cosa que pueda hacer.
En esta edad temprana, es mejor y más fácil usar la distracción. Los gritos les asustan.
De 1 a 2 años
A esta edad se vuelven más independientes, usan algunas palabras, quizás comience a probar los límites, se oponga a veces a comer o dormir cuando debe hacerlo, y es probable que tenga rabietas. Además es posible que muestre interés en aprender a usar el wc.
Puedes ayudarle de esta manera:
A dormir, ateniéndote a rutinas regulares para la siesta del niño y para acostarlo.
A comer, teniendo en cuenta que los pequeños de esta edad con frecuencia son quisquillosos con la comida y pueden cambiar de gusto diariamente. Esto pone a prueba la paciencia de los padres.
consejos útiles para las comidas:
- Proporciona diversos comestibles saludables.
- Déjale decidir cuánto comer.
- Déjale ayudar en la cocina.
- Déjale comer por su cuenta, aunque se ensucie.
- No le exijas que siga comiendo; puede que ya esté lleno.
- Mantén la calma durante las comidas.
- Lleva lápices, papel, y juguetitos al comer en un restaurante.
- No esperes que se quede sentado durante toda la hora de comer.
Los Berrinches
Los berrinches son naturales para los niños de esta edad. Los tienen por diversas razones, tales como cansancio, sentirse fuera de control, hiperestimulación, o al desear algo que no pueden tener.
Consejos generales: Los niños preescolares no son capaces de regularse a sí mismos, porque todavía no conocen sus propios límites.
Estrategias para enfrentar los berrinches:
- Algunos niños no pueden lidiar bien con ambientes ruidosos y llenos de gente. Si es necesario, vuelve a casa o llévalo a un lugar tranquilo para descansar o almorzar.
- Manténte lo más tranquila/o posible. La gente alrededor lo va a entender, Y si no, no te sientas juzgado, estás haciendo lo mejor para tu hijo.
- No le grites, hables severamente, ni le amenaces con pegarle o abandonarlo.
- Asegurate que el niño no pueda hacerse daño.
- Házle un espacio seguro para que se aparte un poquito. En este momento no sirve de nada hablar. Dale la oportunidad de calmarse.
Háblale cuando se haya calmado. Empatiza con él, dile que a veces también te sientes decepcionada/o y que sabes lo difícil que es no obtener lo que se quiere. Dile que aunque la manera que se portó no te gustó nada, le sigues queriendo.
2 a 3 Años
en esta etapa los niños, al mejorar su lenguaje:
- Dicen qué es lo que quieren y sienten, y pueden discutir y negociar con lo adultos.
- Saben cuando estás hablando bien en serio.
A los padres nos corresponde:
- Poner límites de una manera bien clara y precisa.
- Explicar lo que quieres, usando palabras sencillas y positivas.
- Sugerir un comportamiento mejor al parar uno no deseable.
- Elogiar a su niño por lo que hace bien, aunque sólo sea quedarse tranquilamente sentado.
- Demuéstrale lo mucho que lo quieres a través de abrazos y comentarios sobre qué bien que te sientes por sus éxitos.
Escuchar es la clave y así ellos aprenderán a escuchar
La estrategia de la escucha:
1- Reflejar lo que dice la otra persona. Lo cual quiere decir sencillamente repetir en sus propias palabras lo que la otra ha dicho, e.g., “Tienes muchas ganas de jugar con Juanito esta tarde.”
2-Validarle (o sea darle valor) al pensamiento, deseo o sentimiento, e.g., “Es lógico que quieras eso.” Con mucha frecuencia los padres nos burlamos de o avergonzamos los deseos o sentimientos de nuestros hijos.
3- Identificar el sentimiento que tenga, e.g., “Supongo que a tí te gusta Juanito y quieres divertirte con él.”
El elemento clave es ser entendido. Para todos nosotros, esto importa más los demás estén de acuerdo con nosotros. Aunque no puede dejarle jugar con Juanito aquella tarde, él se sentirá
entendido, escuchado e importante para ti.
Si tu respuesta en negativa, dale razones genuinas en vez de “Porque lo digo yo” a un niño le hace sentir que sus deseos importan y tienen valor. Tan pronto te hagas un experto en escuchar, se notará que tu niño se siente entendido y que puede empezar con más facilidad a adquirir la autodisciplina que exige no conseguir siempre lo que quiere.
Los famosos límites
Los límites se entienden mejor y se incorporan mejor cuando se refieren a consecuencias lógicas, básicamente existen dos tipos de límites que nos ayudarán a educar a nuestros hijos.
Las consecuencias naturales siguen nuestras acciones naturalmente, de igual manera que al llegar tarde a la parada de autobús resulta que el autobús sale sin nosotros.
Las consecuencias lógicas :resultan de la rotura de un acuerdo. Para los adultos estas consecuencias pueden ser demandas, multas de tráfico, o tiempo en la cárcel. Para los niños, las consecuencias lógicas serán romper los acuerdos familiares, sobre los cuales se ha hablado y que son bien conocidos.
Por ejemplo, decirle palabras irrespetuosas a un padre o hermano lleva a una consecuencia claramente entendida.
Deja que las consecuencias naturales sucedan, e.g., “Te has restrasado tanto en acabar tus faenas que ahora no nos queda tiempo para ir al parque.”
Y en cuanto a las lógicas poneros de acuerdo megociando las consecuencias al suceder ciertos comportamientos, e.j. para un niño de más edad podría ser, “ decirle tonto a alguien traerá como consecuencia escribir cinco maneras en las que tus palabras podrían herirlo.”
Cómo Se Desarrolla la Consciencia en Tu Hijo, el fruto de la educación
Los niños pasan por cinco etapas desarrollándo su propia consciencia. Es importante saber qué esperar y no imponerles exigencias desproporcionadas.
Primer Etapa: de 12 a 27 meses: El niño piensa, “Lo quiero, lo voy a coger.” Los bebés todavía no pueden imaginar la idea de las consecuencias ni de los sentimientos de los demás.
Segunda Etapa: de 2 a 3 años: El niño piensa, “Lo cogería, pero mis padres se enfadarán conmigo.” El niño ve que los padres son grandes y proporcionan todo lo placentero, así que no quiere enfadarles porque desean la aprobación de estos.
Tercera Etapa: de 3 a 5 años: El niño piensa, “Lo cogería, pero mis padres se enterarían.” El niño comienza a reflexionar sobre las cosas y estimar los riesgos
Cuarta Etapa: de 5 a 7 años: El niño piensa, “Lo cogería, pero si mis padres se enteraran no lo aprobarían.” El niño ya está aprendiendo control interno, se siente más conectado con los demás, y comienza a notar y dar importancia a cómo se sentirían los demás. El niño ahora quiere complacer.
Advertencia: Los padres no deben de explotar esta etapa sino ayudarle al niño a pasar a la etapa madura cuando sus acciones sean guiadas por valores internos. En vez de enfatizar lo complacido o orgulloso que te sientes, coméntale sobre lo orgulloso que se debe de sentir él por haber actuado así.
Quinta Etapa: de 5 a 7 años: El niño piensa, “Lo cogería, pero no me siento bien haciendo tales cosas.” El niño ha comenzado a desarrollar el control interno. Sus propios valores morales están desarrollándose basados en una sana conexión afectiva con los padres y a través de éstos
con la sociedad en general. Ya considera los intereses ajenos además de los suyos.
En conclusión, el castigo físico en todos sus niveles ya no está permitido. Parecía una solución fácil pero daña la autoestima de los niños no es pedagógico, no enseña nada: sólo a temer a los padres.
Hay que demostrar que se puede educar a un niño sin levantarle la mano con ejemplo y con tolerancia cero ante los padres que corrigen a sus hijos pegándoles para que la sociedad entienda y acepte este nuevo cambio en el trato con los hijos. Hace 30 años teníamos esta misma lucha para defender los derechos de las mujeres.
Por otra parte hay que desarrollar estrategias y técnicas para poder educar a nuestros hijos manteniendo a autoridad y ganándonos su confianza y respeto. Para ello nuestro ejemplo es fundamental y tomar conciencia de la edad en la que se encuentran nuestros hijos para poder exigirle en base a ella.
Todos perdemos los nervios en alguna ocasión: errar es humano, pero es importante tener conciencia de que se ha obrado mal y que ese no es el camino que queremos para educar y tratar con nuestros hijos.
Tenemos mucho estrés y miles de obligaciones diarias, eso nos hace especialmente vulnerables a descargar un desahogo con nuestros pequeños en un momento de sobrecarga. En ese caso lo mejor es evitarlo, marchándonos a oxigenarnos un poco y dejar al niño al cuidado de alguien mientras recuperamos la calma. Pero si no puede ser y perdemos los papeles, rectificar es de sabios y pedirles perdón a nuestro hijo, seguro que será la mejor lección para ambos.
PARA SABER MÁS:
Hablemos francamente del castigo físico a los niños: http://www.nospank.net/castigo.htm
libro completo: http://www.nospank.net/pcnv.pdf
Un azote a tiempo tiene malas consecuencias http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009 ... 54747.html
Cuando nos sacan de las casillas: http://www.pediatraldia.cl/nos_sacan_casillas.htm
Estudio: Teorías de niñas y niños sobre el castigo paternal: http://revista.inie.ucr.ac.cr/articulos ... astigo.pdf
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/ ... 71220.html