La relación para bien o para mal de la lactancia y el sueño de los bebés es uno de los temas estrella de nuestra web y aprovechando que estamos en la Semana Mundial de la Lactancia Materna, dedicamos este artículo a este controvertido tema.
A muchas madres que amamantan les gustaría dormir con menos interrupciones. Por ello, muchas veces presionadas por falsas creencias y consejos, piensan que la lactancia es la causa de los desvelos nocturnos, cuando la realidad es muy diferente. Todos los bebés se suelen despertar por la noche independientemente del tipo de alimentación que reciban. Si toman biberón muchos de ellos necesitan hacer una toma, con el consiguiente paseo de la madre o el padre a la cocina, el encendido de luces y el desvelo al preparar el biberón. En cambio, si le das el pecho a tu bebé debes saber que la leche materna está llena de sustancias que favorecen el sueño nosturno y con algunos truquillos puedes amamantar a tu bebé casi sin despertarte.
La "fórmula" de la leche materna, sabia por naturaleza:
La composición de la leche favorece el sueño del bebé y la madre. Durante el amamantamiento intervienen sustancias como la oxitocina y la prolactina que ejercen un efecto calmante y relajante a la madre, favoreciendo que ésta se vuelva a dormir de una manera más rápida. También el acto de amamantar relaja y cansa a los bebés. El esfuerzo de “ordeñar” el pecho hace que los bebés, una vez saciados, se abandonen más rápido al sueño, como demostró un estudio en cachorritos a los que se alimentó a la mitad de ellos con biberón y a la otra mitad amamantados por la madre. El segundo grupo durmió más tiempo y más rápido que los primeros. Los autores lo atribuyeron al esfuerzo que tenían que hacer los pequeños para mamar, aunque recientes estudios sobre la composición cambiante la la leche materna también podrían relacionar esta composición con la facilidad de volver a dormirse, ya que ésta varía según la hora del día y compuestos responsables de inducir al sueño, como el tritópfano, aumentan su concentración en las tomas del final del día y durante la noche favoreciendo la adquisición de el ritmo circadiano a los bebés (de día más despiertos, de noche a dormir)
Ya hemos visto cómo el gesto de mamar y la propia composición de la leche favorecen el sueño; siguiendo con la alimentación: ¿qué hay del gran mito?:
Si le damos cereales para que esté más lleno, ¿dormirá más y mejor?
No está nada claro. De hecho hay un estudio que demuestra que alimentar con cereales a los bebés en la noche no es garantía de que duerman más, y muchas veces ni siquiera duermen mejor, si no todo lo contrario. La pesadez en el estómago hace que tengan un sueño más inquieto. Como cuando alguna vez hemos cenado más de la cuenta.
Viendo todo esto se llega fácilmente a la conclusión que la leche materna está especialmente diseñada para favorecer el sueño, pero entonces... ¿por qué hay madres que no logran descansar?
Lo ideal sería encontrar una solución que favoreciera el ajuste entre los ritmos del sueño del bebé y la madre. Alguna manera de hacerlo que facilitase las tomas y evitase que la madre se desvelase en paseos o en incómodas posturas al amamantar. Para ello os recogemos algunas ideas:
Dormir con el bebé (o lo más cerca posible): La verdad es que no se sabe qué desvela más: el bebé reclamando alimento cada tres horas o los paseos por el pasillo, darle de mamar en posición sentada y la vuelta por el pasillo de nuevo.
Una de las prácticas más “prácticas” cuando se está amamantando sin duda es el colecho (dormir con el bebé, siempre respetando las normas de seguridad) o tener al bebé en la propia habitación lo más cerca posible. Las investigaciones han demostrado que el colecho promueve los vínculos, regula patrones de sueño de la madre y de su bebé, juega un papel importante al ayudar a la madre a ser más sensible a las necesidades de su bebé, y les da a ambos más oportunidad de un buen descanso.
Durmiendo cerca de tu bebé te ahorras el paseo en la tomas, coger frío en invierno, desvelarse, encender luces... y puedes amamantar en posición tumbada, esto hace que muchas veces volváis a dormiros sin daros cuenta.
Si no te acaba de convencer la idea, haz una prueba durante una siesta. Toma las medidas se seguridad que se han de tener en cuenta cuando se duerme con un bebé y regalaros una relajada siesta en compañía.
Si tu bebé tiene más de 6 meses y ya come otros alimentos aparte de lactancia materna, otras ideas aplicables a todas las familias que podrían ayudar a mejorar las noches serían:
1. Amamanta mucho a tu bebé durante el día. A los niños pequeños les encanta mamar, aunque a menudo durante el día están tan ocupados que ellos olvidan hacerlo, o mamá está tan ocupada que ella también lo olvida. Pero durante la noche, vosotros estáis tan sólo a unos pocos centímetros de distancia y el niño quiere recuperar el tiempo perdido. (Esta escena es común cuando una madre que amamanta regresa a casa después del trabajo). Encontrando más tiempo para amamantar durante el día el pecho será menos atractivo durante la noche.
2. Incrementa el contacto físico durante el día. Lleva a tu bebé en una bandolera y dale a tu bebé más contacto durante el día. Cuando los bebés crecen disminuye la cantidad de tiempo que necesitan estar en contacto. El amamantamiento durante la noche puede a veces ser una señal del bebé, recordándose a su madre que no tenga tanta prisa en que se independice. En un desarrollo sano de la independencia, el niño va y viene, se aleja y se aferra, paso a paso hasta que está más tiempo alejándose que volviendo. Muchas madres notan que sus bebés y niños pequeños muestran un aumento de la necesidad de mamar y de ser cogidos antes de emprender un nuevo estado de desarrollo como puede ser gatear o caminar.
3. Despierta al bebé para una tetada completa justo antes de irte a la cama. De este modo, tu sueño se verá interrumpido una vez menos, y tú (es de esperar) podrás dormir de seguido un buen rato.
4. Aplica el “plan padre”. Trata de hacer que se duerma en una bandolera. Después de haberlo alimentado, pero antes de que esté dormido, paséalo en la bandolera por casa. Cuando esté profundamente dormido, es fácil dejarlo en tu cama, sacarlo de la bandolera y que lo coja papá. Este es un buen modo para que papá tenga parte en la rutina de irse a la cama. De esta manera, tu bebé asociará los brazos de papá con caer dormido, y de buena gana aceptará el acomodo de papá en medio de la noche como una alternativa al amamantamiento. Otras formas fáciles de hacer que tu bebé se duerma sin amamantarle incluyen frotar o tamborilear su espalda, cantarle y mecerle, e incluso bailar en la oscuridad algunas melodías que le gusten y/o canturrear nanas.
Los bebés pueden inicialmente protestar cuando va su padre en lugar de su madre, pero recuerda, llorar y agitarse en los brazos de un padre amoroso no es lo mismo que llorar “a gritos”. Papá, ten en cuenta que haz de permanecer calmado y paciente ante el reto que supone este proceso nocturno. Tú les debes a ambos, madre y bebé, no ponerte nervioso o enfadado cuando tu bebé se resista al acomodo que tú le ofreces.
Intenta que este destete-con-padre empiece un fin de semana o en otro momento en que tu marido pueda conseguir 2 ó 3 noches después de las cuales no tenga que trabajar al día siguiente. Tú probablemente tengas que venderle la idea de esta técnica, aunque nosotros la hemos probado personalmente y funciona. Asegúrate de usar estas tácticas de destete nocturno sólo cuando tu bebé sea suficientemente mayor y tus entrañas te digan que tu bebé mama durante la noche por hábito y no por necesidad.
5. No dejes el pecho tan disponible. Una vez que tu bebé haya sido alimentado para dormir, usa tu dedo para separarle del pecho. Ponte entonces tu pijama sobre el pecho y duerme tapada para que no huela tan fácilmente la leche.
6. Simplemente dí “no”. (para bebés más grandes) Una voz firme pero calmada, apacible, mamá duerme, duerme tú también Tú puedes aprender a permanecer tranquila en esta situación cuando sabes que no estás dañando tu protectora forma de crianza.
7. "Los Lunnies se van a la cama". Alrededor de los 18 meses, tu bebé ya tiene la capacidad de entender frases sencillas. Enseña a tu bebé a no mamar por la noche, diciendo algo como “Cuando el Sr. Sol se levante, puedes mamar de nuevo”. Cuando le ayudes a irse a dormir, (o en el primer o segundo despertar) las última cosa que debería oír es “Mamá se va a la cama, papá se va a la cama, los lunnies se van a la cama, los bebés se van a la cama” (o en lugar de lunnies su peluche favorito). Cuando se despierte durante la noche, lo primero que tiene que oír es un amable recordatorio: “los lunnies se van a la cama, los bebés se van a la cama también”. Esta técnica requiere una o dos semanas de repetición. Pronto captará el mensaje de que el día es para alimentarse y la noche para dormir. Si los “lunnies “permanecen dormidos, los bebés también (o al menos acostados).
8. Aumenta la distancia entre ambos al dormir. Intenta ponerle en una cama “sidecar” (adosada a la tuya), en un colchón o futón a los pies de tu cama o incluso a dormir en otra habitación con un hermano. Papá o mamá pueden acostarse junto al bebé para confortarle si él se despierta. Mamá puede incluso amamantarle si es necesario y entonces volver a hurtadillas a su cama.
9. Observa a tu bebé, él marcará el ritmo. Cuando intentes cualquier técnica de cambio de comportamiento en un niño, no persistas con un mal experimento. Usa el comportamiento diurno del niño como una señal para ver si el cambio en el estilo de crianza nocturna está funcionando. Si después de varias noches de trabajar en el destete nocturno el bebé es el mismo de siempre durante el día, persiste con el cambio gradual. Sin embargo, si el bebé se vuelve más aferrado, quejoso o distante, tómalo como una pista de que debes ir más despacio en el destete nocturno.
Mi experiencia personal con la lactancia nocturna ha sido muy diferente con cada hijo. Con el primero, que nació hace 5 años recuerdo las noches muy pesadas porque este dormía en otra habitación y tenía que levantarme e ir al cuarto de al lado para darle el pecho y regresar a mi cama varias veces en la noche. Muchas veces acaba helada y lo peor: desvelada. Empecé a dormir mejor cuando decidimos ponerlo en nuestra cama las noches “movidas” y a modo de anécdota comentar que nuestra lactancia duró 3 años y medio.
Con mi hijo pequeño que ahora tiene 9 meses ha sido muy diferente. Desde el primer día duerme a mi lado en una cuna adosada a mi cama y aunque sé que se despierta por la noche para comer, no sé decir exactamente cuántas veces porque estamos los dos (mejor dicho: lo tres, el papá también) dormidos y el recuerdo es difuso. Vaya! Que nadie me ha oído quejarme de mis noches esta vez porque la verdad es que luzco descansada.
Hasta aquí ha llegado esta pequeña lista de ideas para las tomas nocturnas. Esperamos que te ayuden y orienten. A modo de despedida me quedo con unas frases del Dr. Sears las cuales comparto totalmente:
“Disfruta del momento, porque todo acaba pasando y todos los bebés se acaban destetando y un algún día dormirán toda la noche. Este estado de alta demanda de atención parental nocturna pasará. El tiempo en tus brazos, en tu pecho y en tu cama es relativamente corto durante la vida de un bebé, mientras que el recuerdo de el amor y la disponibilidad permanecerá para siempre.”
BIBLIOGRAFÍA:
Am J Dis Child. 1989 Sep;143(9):1066-8. Links
Infant sleep and bedtime cereal.Macknin ML, Medendorp SV, Maier MC.
Department of Pediatrics, Cleveland Clinic Foundation, OH 44195-5045.
J. de Ajuriaguerra, MANUAL DE PSIQUIATRÍA INFANTIL, de. Masson, Barcelona 2004
Sánchez, Cristina L.; Cubero, Javier; Sánchez, Javier; Chanclón, Belén; Rivero, Montserrat; Rodríguez, Ana B.; Barriga, Carmen. “The possible role of human milk nucleotides as sleep inducers”. Nutritional Neuroscience Vol. 12(1):2-8. 2009.
http://www.askdrsears.com/
http://www.dormirsinllorar.com/lactancia4.htm