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por irunepa
#351700 hola a todas.
como muchas de nosotras tenemos una batalla con las comidas de los hijos, os expongo el problema.
Iker nunca ha sido buen comedor, siempre por debajo de percentiles y lo que comía era porque estaba todo en puré. Poco a poco empezó a comer pasta, arroz, salchichas, lomo , pollo, etc.
En septiembre, y a la vez que nació su hermana empezó el cole y seguimos con el problema con la comida ( en junio nos fuimos de camping con 4 familias y yo lloraba a moco tendido viendo como todos comían mas o menos bien y el mio no quería ni prorbar un puré). Por consejo de una amiga empezamos a comer los 3 en la mesa con él y la verdad mejoró la cosa un montón, pero desde hace 15 días no quiere masticar y si conseguims que mastique no lo quiere tragar sino es con litros y litros de agua.
Es desesperante, cosas que antes comía sin problema ( tortillas, pasta, pollo, lomo, salchichas, arroz, etc) ahora es incapaz de tragarlo sino es a la vez que bebe agua, si le prohibimos el agua monta unos lios de cuidao, con arcadas, casi vómitos.
Estamos desesperados, mi marido le quiere meter en el comedor del colegio solo por no tener que darle de comer, pero yo no quiero, quiero que aprenda a comer en casa sobre todo este año que estaré sin trabajar. No hacemos mas que discutir, nos enfadamos, no le aguantamos mas de 2 min con estas tonterías y acabamos gritándole, castigándole sin tele o sin cosas que le gustan, pero nada de nada, él grita que va a comer para volver a la mesa pero le dura 1 min, al siguiente bocado estamos igual
qué hago?
me estoy planteando hacer como nuestras madres y lo que no quiere para comer pues en la merienda, luego en la cena y asi sucesivamente.
por fa se os ocurre qué podemos hacer? algún libro, sicólogo, algo porfa.

p.d. menos mal que la peque es buena y no reclama mucha atención sino.... :sad:

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por ALALA
#351771 No sé si has visto un post que tengo por ahi colgado, contando algo un poco parecido.

Para mi no es buena idea lo del comedor, creo que se sentiría un poco "desplazado" respecto de su hermanita. Creo que ya que tú estás en casa lo estáis haciendo bien comiendo o intentanto comer los 3 a la vez, creo que eso es perfecto. Desde mi punto de vista, Iker ha tenido un montón de cambios en poco tiempo y todo eso le está afectando, es normal, al cole hay que sumarle la nueva hermanita, que aunque la adore es un cambio total para él. Yo lo sentaría a comer con vosotros, le pondría siempre cosas que sé seguro que le gustan y si no lo quiere comer, no insistas, no le castigues ni nada, si luego te dice que tiene hambre le ofreces algo de fruta o algo así. A lo mejor si ve que no le insistis él solito vuelve a comer.

No he entendido bien si sólo comía bien cuando le dabas purés, o si sólo acepta ahora que le des purés. Si acepta los purés yo no me complicaría, cada día un puré distinto y listo, ya volverá al tenedor.

Un beso.

Por favor... dejen que juegue, que me divierta, que sea feliz.
Soy un niño, no lo olviden.
Y sólo una vez en la vida.
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por neferu
#351784 Opino como Alala, si tu hijo come bien purés, pues purés...que come bien solo tres cosas? pues tres cosas...
Es pequeño y ha tenido muchos cambios ultimamente, quizás ha tenido un retroceso...
A mi hija le costó muchisimo aprender a masticar, mientras sus amigos se comian bocadillos, ella subsistia a base de tortilla francesa y macarrones :grin:
No hay que comparar a los niños, cada uno lleva su ritmo...mi hija masticaba fatal pero hablaba mucho mejor que sus amigos...cada uno falla en algo.
No le des mas importancia, sentaros todos juntos a comer intentando que sea un rato agradable y si no quiere comer, pues que no coma, no pasa nada, ya comerá despues...

Pilar (8/11/05) y Alejandra (10/2/10)

http://blog.maternidad-continuum.com/
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por irunepa
#351800 pero es que chicas no puedo volver otra vez a los purés... me deprime, tiene casi 3 años y cuando ya comía bastante bien ahora no levanta cabeza.
Es que lo pongo todas las comidas que le gustan, pasta, croquetas, tortilla... y nada no puede tragar, es como si hubiera perdido el reflejo de trgar. Me preocuparía si no fuera porque las patatas fritas, aspitos y demás se lo traga que es un gusto.
voy a ver si localizo a la sicóloga de la guardería del año pasado a ver si me da algunapauta, porque como sigamos asi no me quedará otra que volver a los purés.
gracias otra vez chicas...

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por Sashka
#351820 A ver, dos cosas. Si el niño es verdad qeu no puede tragar, llévalo al pediatra, a ver si le pasa algo en la garganta o algo, ¿no? si no es así, yo te aconsejaría que leyeras el libro de Carlos González Mi niño no me come. Te va a tranquilizar mucho. Es posible que tu hijo simplemente esté llamando vuestra atención poderosamente, del modo que se da cuenta que os tiene completamente pendientes, aunque sea para reñirle.

Te voy a recomendar algo que parece una tontería. Intenta pasar ratos con él muy pendiente. Me refiero a sentarte en la alfombra con él y mirarlo atentamente mientras juega, hablarle, mirarle a los ojos. Ratos exclusivos solos tú y él, aunque sea un cuarto de hora, en que "conectéis", juguéis juntos, ratos en que no existan los reproches ni los gritos. A ver si obteniendo tu atención exclusiva de esa manera, va perdiendo la necesidad de reclamarla a través del momento de la comida. Lo digo por el libro "la maternidad y el encuentro con la propia sombra", de Laura Gutman. En él habla de las peticiones desplazadas. El niño quiere atención. Tú estás muy ocupada con la niña y no puedes desdoblarte. Pues él intenta obtenerla como entiende que la consigue, o sea, riñéndole. De ese modo tiene una madre enfadada, pero pendiente de él y presente. Creo que ese libro nos lo tendríamos que leer todas las madres. Si ese es el motivo, se supone que dándole ratos de dedicación exclusiva, la cosa tendría que mejorar.

Que tengas suerte.

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por Yuziel
#351836 Te copio un artículo muy interesante que puede ayudarte. Mi consejo es que compres el libro de Carlos González, Mi niño no me come, te ayudará.

MAMI, YO CONTROLO. ¿QUÉ PASA SI LES DEJAMOS ELEGIR?

Es cierto que podemos confiar en nuestros hijos para regular lo que comen? ¿Desde que edad? ¿Hasta que punto? ¿Hay estudios sobre el tema? Y la intervención de los adultos, ¿qué puede suponer?

Los bebés tienen la capacidad innata de regular su ingesta, y las intervenciones de los padres, tanto en sentido coercitivo como en sentido restrictivo, obtienen siempre el resultado contrario al deseado. Y que la única intervención posible por nuestra parte con efectos positivos es la oferta variada de alimentos saludables (o sea, excluyendo las chucherías y los excesivamente elaborados), y nuestro ejemplo.

¿Qué sucede cuando los adultos intervienen?

Los adultos podemos intervenir de varias maneras. En caso de niños gorditos, la intervención de los padres suele ser restringir determinados alimentos que se consideran malos (dulces, grasas). Pero luego le permitimos al niños comerlo en ocasiones especiales (cumpleaños, navidades) y el resultado es que el niño asocia estos alimentos con situaciones agradables, y por tanto, los busca con más ahínco. En este caso, se ha encontrado que padres restrictivos suelen tener niños más gorditos: estos niños suelen consumir mayores cantidades de comida saludable, pero también de comida no saludable. Los padres que utilizan la comida como recompensa para modelar el comportamiento obtienen niños con mayor disconformidad con su esquema corporal (riesgo de trastornos como la anorexia y la bulimia). Los padres que insisten en que su hijo coma más: los estudios demuestran que la intensidad con las que los cuidadores responden al rechazo de alimentos es un predictor inverso (o sea contrario) de ganancia de peso: es decir, cuando los cuidadores responden presionando al niño para que coma, en lugar de conseguir que gane más peso, consiguen el efecto contrario. También se comprueba que cuando el control de la madre sobre la comida era pequeño, los niños que ganaban poco peso de 0 a 6 meses, lo compensaban en el segundo semestre, y viceversa, los que habían ganado demasiado peso, ralentizaban la ganancia. Cuando el control de la madre era elevado, se producía el fenómeno contrario. Algo tan extendido como “solo tres cucharadas más” o “termínate el plato” hace que el cerebro del niño se focalice en cosas externas a sus propios signos de hambre y satisfacción, impidiendo que estos actúen. En definitiva, los estudios demuestran que un elevado grado de control por parte de los padres, en cualquiera de estas direcciones se asocia con una disminución de la capacidad de autocontrol por parte del niño. Y por tanto, cualquier intento de intervenir en sus hábitos de auto alimentación puede tener efectos negativos alejados de la intención de los padres

¿Nada de lo que hagamos los padres puede entonces influir positivamente en los hábitos alimenticios del niño?

Pues sÍ, hay dos maneras: poniendo a su disposición alimentos saludables, variados, con frecuencia. Y también con el ejemplo: las hijas de madres que consumen gran cantidad e fruta y verdura son con menor frecuencia malas comedoras y comen también más cantidad de estos alimentos. Por todo ello, los estudios sugieren que los padres debemos centrarnos menos en el comportamiento de nuestros hijos a la hora de comer y más en dar ejemplo con nuestros propios hábitos.

¿Pero desde cuándo está un bebé preparado para calcular sus necesidades?

Desde el nacimiento. De hecho hay estudios realizados con lactantes alimentados con leche de fórmula a los que se administraba la fórmula más concentrada o más diluida, y ellos modificaban las tomas de modo que el consumo calórico al final del día era exactamente el mismo. Los bebés alimentados al pecho suelen ganar peso más lentamente que los alimentados con fórmula. Y los estudios relacionan esto con un mayor grado de control por parte de la madre. Una madre que da el biberón, ve cuanta leche queda y se siente obligada a insistir al bebé para que lo termine. Una madre que da el pecho, al carecer de esta información, carece del control, y el control pro tanto lo tiene el bebé. Ésta es la razón de que los bebés alimentados con fórmula deban serlo también a demanda (del bebé), para que no resulte en una sobrealimentación. Esta capacidad de controlar la ingesta de calorías permanece en los niños pequeños. En un estudio realizado, se ofrecía a niños pequeños un menú compuesto por dos comidas. La primera era una comida estándar, manipulada en cuanto a la densidad energética en base a una mayor o menor cantidad e grasas e hidratos de carbono. El segundo plato era elegido libremente por los niños. Pues bien, sin mediar intervención adulta, cuando el primer plato tenía un menor contenido calórico, el segundo lo tenía mayor, y viceversa. Y en estudios de este mismo tipo, se demostró que esta capacidad de control, no se producía solo en el seno de una comida, sino también a lo largo de 24 horas: los niños demostraron realizar ajustes de energía a lo largo de comidas sucesivas, resultando un coeficiente de variación en cuanto al consumo calórico del 10 % como media, mientras que en comidas individuales esta variación podía ser hasta de un 40%. Estos mismos investigadores, demostraron que este mecanismo de autocontrol, se veía afectado cuando la atención de los niños se enfocaba en situaciones ajenas a sus señales de hambre y saciedad, como recompensarles por terminar el plato o hablarles de la cantidad de comida que quedaba en el plato. En estas condiciones, toda evidencia de respuesta al contenido energético de las comidas desaparecía. Por cierto, los que realizaron estos estudios, concluyeron también que a los 12 meses se producía un descenso generalizado del apetito.

¿Y cómo se desarrolla el gusto por la comida en los niños pequeños?

Durante la transición desde la alimentación exclusiva con leche, al consumo de comidas variadas, el niño aprende a aceptar un grupo de las comidas disponibles en su entorno. Los bebés vienen equipados con una serie de predisposiciones que facilitan el desarrollo de estos patrones de aceptación:

1-. Están predispuestos favorablemente a los sabores dulce y salado, y negativamente a los sabores ácidos y amargos (son los sabores de la mayor parte de los venenos).

2-. La aceptación de la mayoría de las comidas está condicionada a la repetición de la oferta. Dada su natural tendencia a la neofobia (fobia a los nuevos alimentos), se estima que un nuevo alimento debe ser ofrecido entre 5 y 10 veces para que los bebés lo acepten. Es decir: tienen predisposición a no aceptar alimentos nuevos y a aceptar alimentos que les son ofrecidos muchas veces.

3-. También las pautas de aceptación se ven afectadas por el condicionamiento positivo: un niño aceptara mejor los alimentos que le son ofrecidos en un entorno positivo, agradable. Y a su vez, rechazaran las comidas que les sean ofrecidas en entornos desagradables.

4-. También están preparados para preferir alimentos cuya ingesta tiene consecuencias digestivas positivas, como las que se producen cuando estando hambrientos comen alimentos con alta densidad energética.

5-. Pero aunque los niños nacen con unos mecanismos internos de regulación de la ingesta según la densidad energética, también son sensibles a los intentos de control pro parte de los padres, que redirigen la atención a cosas externas a las señales de hambre y saciedad.

Asimismo, podemos asumir que los gustos de un bebé se ven influidos por los gustos de sus padres y sus selecciones, de modo que los padres podemos influir poniendo a su alcance determinados tipos de comida y actuando como modelo para ellos. Y ofrecer estas comidas saludables en un entorno agradable para ayudarles a adquirir buenos hábitos alimenticios.

QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)

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por Kim
#351884 Yo tampoco descartaría los purés si los toma bien. Nosotros de vez en cuando seguimos recurriendo a ellos para "colarle" cosas que no le gustan (como por ejemplo el huevo).
En nuestro caso, come en el cole y sinceramente le ha venido bien. No nos quedó otra, por tema de horario ni mi marido ni yo podemos llevarle a casa a comer (comen de 12:30 a 13:30), ni queríamos cargar a los abuelos con la responsabilidad.
Los primeros días se limitó a probar alguna cucharada, la 2ª semana hizo huelga de hambre (no había forma humana de que comiera) y a partir de entonces ha mejorado muchísimo. Lógicamente, a veces come más otras menos, hay comidas que le gustan y otras que no, e incluso en casa va ampliando el abanico de comidas que acepta.
No quiero decir que tengas que dejarle en el comedor, pero si te lo planteas te aconsejo que lo organices para que no le suponga un trauma: pregunta en el colegio cuál es su postura, qué hacen si un niño se niega a comer o no acaba el plato, etc. Porque si se ponen muy estrictos igual te conviene más que esté en casa comiendo puré que en el cole coaccionado y a disgusto. También puedes preguntarle a él si le gustaría quedarse a comer en el cole. Dejarle claro que no es para "deshaceros" de él, ni para no darle de comer, ni por la hermanita. Explícale que sus amigos se quedan allí a comer, que si quiere él también puede.
Me parece muy interesante el artículo que ha puesto Yuziel.
Y en general, creo que quitándole importancia al tema, la cosa mejora. Muy poquito a poco, pero mejora. Intenta convertir la hora de comer o cenar en un rato agradable (sé que a veces es desesperante, pero si todos nos ponemos nerviosos puede ser un campo de batalla), si come estupendo, si no quiere, tampoco le regañes, no lo hace con mala intención.
Besos.

♥ Mamá de dos polluelos que dieron forma a mis sueños y los hicieron realidad ♥
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más... :mrgreen:

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por irunepa
#351906 muchas gracias otra vez
mañana mismo me voy a la biblioteca a por el libro de carlos gonzalez y sino está me lo compro.

Saskha, ya hago lo de pasar el tiempo con él. es mas, a veces dejo a la peque de lado, en el cuarto o en el salón, para estar con él a solas. Vamos a gimnasia, etc. Y el se lo pasa bien, incluso llega contento a la hora de las comidas pero se mete la comida en la boca y ahí se estanca, desde el primer bocado.
Le dices de buenas, iker si no tienes hambre no importa vamos a dormir y te responde que quiere comer pero el bocado sigue en la boca y empieza a pedir agua para tragar....y asi hasta que la cosa acaba por explotar.
Hoy hemos hecho para cenar patatas fritas, jamon de york, queso, trocitos de manzana ( de todo 3 trozos) y por fin hemos conseguido que coma y trague ( a veces con agua) pero no puedo hacer los mismo en todas las comidas, en fin intentaremos mantener la calma y a ver si mejoramos
en cuanto al comedor, él no quiere ni oir hablar de ir y por lo que les oigo a las madres deben de ser bastante estrictos asi que está mucho mejor en casa.
gracias otra vez
mañana os cuento

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por cristi5
#351955 Yo creo que es cuestión de tener mucha paciencia con él, y como ya te han dicho, dale de momento las cosas que le gusten para comer, aunque sea en puré.

Ya sé que te puede parecer un retroceso, pero no importa, ya volverá a avanzar.

Aunque pases ratitos a solas con él antes estabas SIEMPRE con él, y ahora hay otra personilla, y el lo sabe, y esa es su manera de decirte que le gustaría que todo fuera como antes. Para ellos es mucho cambio.

Fíjate que Nuño ya tiene un año, y a veces, cuando hace "gu" va Alonso, que ya tiene 3, y dice también "gu". No lo pueden remediar, quieren a sus hermanos pero sienten que ha habido un cambio que les ha afectado y es la manera de decirnos que no saben qué hacer para adaptarse a ese cambio. Para ellos no es nada fácil, nosotros, en cambio, tenemos más recursos.

Así que ármate de paciencia con él, y de cariño. No le grites ni le castigues, y porfa, no le des para merendar lo que ha dejado sin comer a mediodia, así sólo conseguirás que aumente su rechazo por la comida.

Y desde luego, yo también te recomiendo el libro de Carlos González, no dejes de leerlo.
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por Kim
#351985
Trece escribió:Muchos niños que en su casa comen mal y los llevan al comedor y comen bien, es porque no se sienten presionados por sus padres y comen más tranquilos. (Si en el colegio tienen la política de no obligar a comer).


La verdad es que me has hecho reflexionar... igual ha sido nuestro caso :sad: .
Sinceramente, la mayoría de las veces no le he reñido ni me he enfadado porque no comiera, pero sí que le intentaba meterle un poco de prisa para que no se eternizara :roll:

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