El martes pasado, operaron a mi pequeño que está punto de cumplir los 18 meses de un dedito supranumerario, todo salió fantásticamente bien, excepto por el postoperatorio. Durante la intervención usaron anestesia general, y me trajeron a mi pequeño ya despierto llorando como una magdalena (lo que es normal porque se encuentra aturdido) Lo cogí en brazos y mi nene buscaba su consuelo, el pecho, pero la enfermera me dijo que todavía debía estar otras horas en ayunas (antes de la intervención pasó 8 horas sin tomar nada, ni pecho, ni agua) Se volvió a dormir y me indicaron que cuando se despertara le diera solamente agua, nada de pecho. Lo intenté pero el pobre sólo decía "teti, teti" e intentaba abrirme la blusa. La enfermera me insistió que era muy importante que bebiera agua para hacer pipí y así expulsar la anestesia pero que nada de pecho antes de eso. Le insistí y vomitó el agua, lloraba y pedía teti, se volvía a quedar dormido, así pasó 4 horas. La enfermera entraba cada tanto preguntando si había hecho pipí y yo agobiada. Al final, de tanto llamarme mi hijo, el pecho se me hinchó exageradamente y con muchos bultos. Fui decidida y le pregunté a la enfermera que si ella estaba segura de que el pecho no se podía tomar, porque los recién nacidos no toleran el agua pero si el pecho; que la leche indigesta era la de vaca y no la de madre; y que si en el papel, que le deja la cirujano con las instrucciones a seguir, ponía que sólo tomara agua es porque en este país no estamos acostumbrados a ver a un niño mayor de un año tomando teta, pero que si aún así ella me aseguraba que el pecho era malo para el niño no se lo daba pero que me dejaran un sacaleches porque me iba a producir una mastitis. La auxiliar de enfermería se fue escandalizada por el pasillo diciendo que en 30 años de profesión nunca le había pasado algo igual y la enfermera para no escucharme me dijo que le diera y probara a ver si no vomitaba. ¿Vomitar? LE DÍ LA VIDA, parecía que había resucitado, empezó a llamar a su abuela para jugar con ella, se reía y, sobre todo, hizo pipí tanto que tuvimos que cambiarle el pantalón del pijama tres veces seguidas porque el pañal no podía absorber tal cantidad de orina.
Esto pasó en el Hospital Materno Infantil de Málaga, el mismo hospital donde mi peque nació, donde me enseñaron las mejores posturas para dar el pecho, donde me animaron a seguir a pesar de las gritas y donde la Liga de la Leche realiza reuniones semanales ¿Qué pasa con la lactancia a bebés grandecitos?
Ah, por cierto, al día siguiente pasó la cirujano que lo operó a ver al peque y a la pregunta de "¿qué ha tomado?" le dije "no quiso agua, sólo teta", contestación "Ah, pues muy bien"