Cuando esta persona me acusó ante Rafi de una cosa que no era cierta, la administradora, en lugar de investigar (como otras veces hace) y asegurarse de que era cierto, prefirió lavarse las manos y echar tierra sobre el asunto, sin importarle dejarme a mi en entredicho ni perjudicar a una menor de edad.
Mis más efusivas gracias, te recordaré siempre como la administradora imparcial que un día conocí en persona, y que me mantuvo engañada todo el tiempo, hasta que se quitó la careta.