En primer lugar, una retirada de pañal completamene respetada. Ella lo pidió cuando lo consideró oprtuno, le hicimos caso y el resultado fue un único día con dos pises encima y ni un sólo pañal más. Lo pidió en invierno, y nos la jugamos, y nos dió la lección.
Después un desete natural y respetado q parecía q jamás iba a llegar, yo me quedé embarazada de su hermana y ni me planteé el destete, esa era su decisión, y ni médicos ni matronas me iban a convencer de lo contrario, sin embargo ella me dijo q yo necesitaba la leche para el bebé q venía, y q ella ya tomaba leche de botella, y nunca más volvió a mamar, ni de día ni de noche, y ni una sóla lágrima.
Nos impresionó también dejando el colecho. Nosotros estábamos pensando cómo íbamos a dormir los cuatro en la cama cuando naciera Katixa, y por el camino pusimos el cuarto de Nahia, pero sin ninguna intención de q se fuera, sólo porque ambas tuvieran un espacio para jugar, guardar los juguetes y demás, pues bien, la peque se fue a su cuarto desde la primera noche, y nunca ha querido volver a nuestra cama. Dice q su cuarto es mejor, y q podemos ir con ella siempre q queramos
Otro logro ha sido q quiera ir a la escuela en bus. Nos pasa por delante de la puerta, y yo ni me lo había planteado, pero al final un día se lo ofrecí, aunque siempre dispuesta a aceptar q si no lo quiere yo estoy ahí para ser su taxista, y nada, q nos ha dicho q es mayor y q va en el bus.
Cada día nos sentimos más orgullosos de ella, y más contentos con la decisión de haberla respetado siempre en todo lo q ha estado a nuestro alcance. Nuestra niña tiene un ritmo, y dejándole seguirlo hemos conseguido una niña felíz y q llega a las cosas sin llorar ni sufrir, sólo con su propio esfuerzo e interés, aunque siempe con l apoyo de sus padres. Todavía quedan batallas, como el chupete, pero espero q a alguna le sirva ver nuestro caso para armarse un poquito de paciencia y ver q todo llega , q si nos armamos de paciencia la vida nos recompensa.