Trece escribió:Si mi horario laboral me impidiera ir a buscarla a esa hora y no tuviera quien lo hiciera no me quedaría otra desde luego.
Pero no es el caso, ¿entonces por qué lo ven tan mal que lo haga así?
Creo que el problema no son las actividades en sí, sino el enfoque que le da la gente en muchas ocasiones. Como tú dices, la mayoría de los colegios suele tener un horario bastante ampliado, que en prinicipio sirve para suplir a los padres cuando sus necesidades laborables les impiden llevarles y recogerles en horario escolar.
Si no queda más remedio, lo entiendo. Lo que personalmente no comparto es cuando se hace aún habiendo alternativas. Parece que la sociedad tiende a pensar que los padres somos incapaces de cuidar a nuestros hijos como es debido y necesitamos ponerles en manos de expertos para que lo hagan por nosotros. Quizás el problema es que somos cada vez menos capaces de jugar con nuestros hijos, de disfrutar con y de ellos, te dicen que tienes que acostumbrarles a que jueguen solos para que tú puedas "tener tiempo para ti" y "hacer tus cosas" o si les llevas al parque tienen que estar jugando con otros niños mientras tú te mantienes en un discreto segundo plano. Y a veces es tal el miedo a hacerlo mal que se prefiere no intentarlo siquiera.
Creo que es un poco el caso de los ejemplos que se comentan en este post, las madres que llevan a los niños a natación y se quedan charlando mientras los niños lloran, como sabemos hay cierta tendencia a pensar que el llanto de los niños solo es "teatro" y los padres deben ignorarlo cuando lo estiman conveniente. Si luego al crecer los niños no muestran la más mínima empatía, porque nadie nunca se la ha enseñado ni la ha demostrado, resulta que el problema no es ese, sino que los jóvenes de hoy se quejan de vicio porque lo tienen todo y son muy consentidos... Vaya mundo.
Lo siento, reconozco que me estoy poniendo muy pesada con este tema, pero es que la práctica totalidad de la gente que me rodea piensa así y me siento la oveja negra (o blanca, según se mire).
Besos.
Escritora, bloguera, traductora, y un montón de cosas más...
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