- Vie, 12 Jun 2009, 16:21
#334963
LECHE MATERNA, ¿ALIMENTA O NO?
A todas las mamás que optamos por la lactancia natural nos preocupa, sobre todo al principio, si nuestros hijos estarán bien “alimentados”, si se quedarán con hambre y si les será suficiente. Cuando maman, no queda una marca en el pecho que nos indique cuanto han tomado, no sabemos si ha sido 50 ó 100.
Pero lo que hoy sí sabemos es que la naturaleza es muy sabia y la leche materna es sin duda el mejor y más completo alimento que podemos ofrecer a nuestros pequeños.
El ser humano es un mamífero y, como tal, la manera en que la Naturaleza ha previsto que sea alimentado durante los primeros meses de su vida es mamando directamente del pecho de su madre. Sigamos pues esta previsión natural y beneficiosa para la mamá y el bebé.
Antes de explicar de qué está compuesta la leche materna y la cantidad de beneficios que aporta a nuestro bebé, hablaremos de una serie de normas / pautas que debemos seguir para asegurarnos que nuestra lactancia sea exitosa, duradera y adecuada.
Son las siguientes:
* Amamantar al recién nacido cuanto antes.
* Ofrecerle el pecho tantas veces como lo solicite. Ahí estará la clave y el éxito para una lactancia duradera.
* Ponerlo al pecho en la postura correcta: con la boca que abarque bien el pezón + un buen bocado de areola, porque de ese modo vaciará bien los depósitos de leche.
* Lo dejaremos mamar todo el tiempo que quiera del mismo pecho, porque la leche del final tiene más grasas (más calorías). Si quiere más le ofreceremos el otro pecho.
* Evitaremos los biberones "de ayuda” que provocarán que el bebé succione menos y nosotras produzcamos menos leche.
* Evitaremos el chupete, al menos durante las primeras semanas, hasta que la lactancia esté bien establecida. Un recién nacido ha de aprender bien cómo mamar del pecho, y tetinas artificiales como el biberón o el chupete pueden dificultar este aprendizaje.
* Nos cuidaremos mucho, tanto en alimentación como en descanso. Nuestra vida ahora es el bebé. Si necesitamos ayuda la encontraremos en nuestra propia familia, en el pediatra, la matrona, la enfermera del centro de salud, grupos / foros de apoyo….
Si hemos seguido estos patrones, nuestra lactancia será adecuada y suficiente para alimentar a nuestros pequeños.
Calostro y leche madura:
Para el nacimiento del bebé se preparara uno de los alimentos más importantes de su vida, el calostro. Este alimento es la primera leche que se produce y su duración está entre los 2 y 5 días, antes de que se empiece a producir la leche definitiva.
El calostro está compuesto por gran cantidad de anticuerpos, proteínas y beta-carotenos, con un alto contenido calórico, pero baja cantidad en grasa y lactosa. Esta composición es la ideal para los recién nacidos.
Aproximadamente en 48/72 horas después del parto, se produce la leche madura, compuesta por las cantidades adecuadas de hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales, vitaminas, enzimas digestivas, hormonas y anticuerpos-sustancias de defensa que se encuentran en la concentración ideal para el óptimo crecimiento del bebé y en la exacta proporción entre los componentes.
Composición de la leche materna:
AGUA: La leche materna contiene 87% de agua y aporta la cantidad de este nutriente, que el niño necesita para su crecimiento.
LAS PROTEINAS: De todas las sustancias que componen a los seres vivos, las proteínas son las más distintivas y características de las especies. La proteína del suero, más abundante en la leche materna, se adapta a la perfección al sistema digestivo del bebé, además de tener mayor valor alimenticio que la proteína de la caseína (contenida en la leche de vaca) y hace que las evacuaciones del bebé sean más suaves y de mejor olor.
Recordemos que las proteínas son la clave del crecimiento.
LOS AMINOACIDOS Y LA TAURINA: La proteínas se convierten en aminoácidos, lo que constituye la formación del tejido del cuerpo. La taurina es un importante aminoácido que se encuentra en grandes concentraciones en la leche humana y virtualmente ausente en la leche de vaca. La taurina cuya función es conjugar ácidos biliares, interviene en el sistema nervioso central y actúa como modulador del crecimiento y estabilizador de las membranas. El pequeño humano es incapaz de sintetizar o fabricar la taurina, de manera que depende por completo de su alimentación para la obtención de este aminoácido.
LAS GRASAS: La grasa contenida en la leche materna contiene un elevado nivel de energía en forma de calorías necesarias para el crecimiento y sirve además como vehículo de vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales.
La leche humana es rica en ácidos grasos esenciales, especialmente linoleico y araquidónico, los cuales participan en el desarrollo del sistema nervioso central.
La leche humana contiene cantidades significativas de DHA y AA –ácidos grasos poliinsaturados derivados del ácido linoleico y linolénico. Estas grasas son importantes para el desarrollo de la membrana que envuelve a las fibras nerviosas y las faculta para enviar mensajes.
Este proceso es crítico durante el primer año de vida del bebé y puede ser vital que estén presentes en la dieta del bebé. En un estudio, los niveles elevados de DHA y AA en la sangre fueron asociados con un mejor desarrollo de la vista y la percepción de los infantes.
LA LACTOSA: La lactosa es conocida como el azúcar de la leche. Su concentración en la leche humana es la mayor de todos mamíferos.
El intestino posee la capacidad para digerirla fácilmente; al degradarse constituye una fuerza de galactosa, necesaria para el desarrollo del sistema nervioso central.
La lactosa aumenta la absorción de ciertos minerales, especialmente el calcio, necesarios para un desarrollo adecuado de dientes y huesos.
HIERRO: El hierro contenido en la leche materna, aun cuando es bajo en cantidad, es absorbido perfectamente. Hasta un 50% del hierro de la leche materna se absorbe, en comparación al 10% de la absorción del hierro de la leche de vaca y el 4% cuando se administra leche artificial.
Un estudio mostró que los bebés que fueron amamantados durante siete meses o más, al cumplir un año no presentaban anemia.
CALCIO, FOSFORO Y VITAMINA D: El calcio y el fósforo son dos importantes minerales que se encuentran en la leche materna.
El calcio es particularmente conocido por su papel en la formación de huesos y dientes. A pesar del alto contenido de calcio en la leche de vaca, el raquitismo, enfermedad ocasionada por carencia de calcio, alcanzó grandes proporciones en Estados Unidos a principios del siglo XX. Era común ver a bebés mayores con piernas arqueadas de manera anormal, hasta que se descubrió que una elevada concentración de calcio en la sangre no sirve para nada si no existe suficiente vitamina D para activarlo. El calcio de la leche humana es adecuadamente absorbido y no hay signo de raquitismo en los bebés amamantados al pecho de madres bien alimentadas y que además reciben la luz del sol.
ZINC: El zinc presente en la leche humana es mejor absorbido por su bebé que el zinc en las fórmulas.
VITAMINA C: La leche de una madre alimentada adecuadamente contiene toda la vitamina C que el bebé necesita. El escorbuto, enfermedad ocasionada por falta de vitamina C, nunca aparece en un bebé que es amamantado.
FLUORURO: La leche materna contiene poca cantidad de fluoruro, sin embargo se adapta de manera exacta a las necesidades del bebé. De manera necesaria para mantener dientes sanos y la disminución de las caries dentales.
ENZIMAS Y HORMONAS: Las enzimas presentes en la leche materna incluyen la lipasa, encargada de digerir las grasas, la amilasa, que ayuda a desbaratar los carbohidratos y la protasa, que actúa sobre las proteínas. Todas ellas son auxiliares para que los nutrientes de la leche humana estén más disponibles para el bebé. Una hormona llamada factor de crecimiento epidermal está presente en grandes cantidades de la leche humana y posiblemente afecta el crecimiento y el desarrollo del tracto intestinal.
TRIPTÓFANO: La leche materna es un organismo vivo y como tal cambia su composición durante el día. Se ha observado que a partir de las 18:00 en la leche materna se produce un aumento en la segregación de un aminoácido, el triptófano, que favorece la síntesis de la serotonina, produciendo una sensación de relajación que se eleva durante las tomas nocturnas para favorecer el sueño.
Algunas dudas:
¿Y si mi hijo aumenta poco de peso?
La preocupación por el peso es muy frecuente entre las madres lactantes, pero en la mayoría de los casos todo está funcionando bien y el niño está ganando adecuadamente. Debemos tener en cuenta:
* La mayoría de las gráficas de peso y longitud de que disponemos actualmente están confeccionadas con niños que en su mayoría fueron alimentados con biberón y constituyen solo una ayuda orientativa ya que los bebés alimentados con leche artificial son más gorditos que los amamantados. La OMS ha confeccionado gráficas a partir de niños alimentados óptimamente al pecho que son más adecuadas para valorar el crecimiento de los lactantes. Están disponibles desde abril de 2006 en: http://www.who.int/childgrowth/en/
* Las gráficas se realizan a partir de datos estadísticos (son un “modelo estadístico”) por lo que la mitad de los niños normales están por debajo de la media. Es más importante la valoración clínica del niño: su aspecto, vivacidad, si moja 4-5 pañales diarios...
Creo que tengo poca leche:
En general, todas las madres producimos la cantidad exacta de leche que necesitan nuestros bebés. Es excepcional que una madre no produzca suficiente leche para alimentar a su hijo.
Cuando una madre nota que tiene poca leche, lo habitual es que se trate de alguno de los siguientes casos:
* La posición del niño o el agarre del pecho no es correcto, por eso el bebé no vacía bien las mamas y estas dejan de producir la cantidad de leche que necesita el bebé. En este caso suele haber dolor al mamar o grietas. Es necesario corregir la posición. Lo ideal es que alguien experto evalúe la toma.
* Hay leche pero la madre no se nota “la subida” y duda que tenga suficiente. Esto suele ocurrir tras los primeros meses de lactancia. Normalmente el niño tarda menos en hacer las tomas y extrae la leche más eficazmente. Si el niño está tranquilo y feliz y moja 4-5 pañales diarios, es que está tomando la leche que necesita.
* El bebé ha crecido bruscamente y necesita más leche. (ver apartado escasez de leche)
LACTANCIA A DEMANDA
Hasta hace poco, se defendía la teoría de que los bebés debían tomar el pecho cada tres horas y con un máximo de 10-15 minutos en cada pecho.
Hoy se sabe que esta teoría es totalmente absurda y contraproducente para el bebé y para la mamá.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la lactancia a demanda como “poner al pecho al niño cada vez que este lo pida o la madre lo desee”.
Nuestros peques no son máquinas que debemos cronometrar. No hay que poner medidores horarios entre toma y toma. Es tan sencillo, como esto: si un bebé quiere leche, mama, y por el contrario, si no la quiere, pues no mama.
Para evitar el agobio (tan propio de los primeros días) lo mejor es olvidarse del reloj, desterrar esas absurdas teorías horarias y lactar según los ritmos que vaya estableciendo tu bebé. Estos ritmos no tienen porqué ser iguales todos los días, ni para cada bebé, se verán variados por muchas circunstancias, horarios, calor, humor, temperatura ambiente, crecimiento… Nuestro hijo establecerá su propio “ritmo" y él será el que nos avise cuando tiene hambre.
Como regla general, si no estás segura de qué le pasa, ponle al pecho. La mayoría de las veces será hambre. Si no era así, en seguida lo sabrás, porque no querrá mamar. Es así de sencillo y práctico. La teta sirve para calmar la sed, la necesidad de contacto, la comunicación. No hay que restringir el acceso al pecho.
¿Y si me quedo sin leche por ofrecerle tanto? Imposible. La mama es una glándula que segrega leche en función de la demanda de tú bebé: a mayor demanda, más leche se fabrica, a menor, menos leche.
Por eso es tan importante respetar y no coartar sus ritmos y ofrecerle siempre que lo solicite. Esto asegurará una lactancia duradera y exitosa.
Poco a poco serán ellos los que irán estableciendo sus rutinas. Cada bebé seguirá la suya propia. Lo importante es observar a cada niño y corresponder a sus necesidades.
Un bebé recien nacido demandará muchas veces al día; puede que al principio pienses que lleva todo el día a la teta, y digas si es que no he podido hacer otra cosa. No desesperes, en pocas semanas espaciará más sus tomas y esta entrega inicial será muy beneficiosa para él y para vuestra lactancia.
Los primeros días mamar supone un gran esfuerzo físico. Seguramente hasta se quede dormido en la teta. Además su estómago es muy pequeñito y no admite grandes cantidades en cada tetada. Por eso te volverá a pedir al poco tiempo.
La composición de la leche cambia a lo largo de la toma, la del principio es más aguada- para calmar su sed y preparar su estómago – y la siguiente tiene mayor cantidad de grasas y le aportan sensación psicológica de saciedad. La leche materna no es un alimento muerto, sino un tejido vivo, en constante evolución.
Ofrécele un pecho y déjalo acabar por sí mismo, sin prisas, sin horarios, sin agobios. Una vez que ha finalizado puedes probar si quiere continuar con el segundo, si no es así, no lo fuerces. No tiene porqué mamar de los dos pechos en cada toma.
Escasez de leche:
A lo largo de la lactancia puede haber períodos transitorios en que se produzca menos leche de la que necesita tu bebé. Enseguida te darás cuenta porque el niño mamará con muchas ganas, se pondrá inquieto y llorará al no recibir la cantidad de alimento que él necesita.
Esta situación se resuelve ofreciendo el pecho más a menudo, es decir, lactancia intensiva durante un día o dos.
La succión estimula la secreción de una hormona llamada prolactina. La prolactina aumenta la producción de leche. Cuanta más succión, mayor cantidad. Por este motivo, si tu bebé está en esta situación, no te agobies, descansa, relájate, toma más líquidos y ofrécele muy a menudo, enseguida tu producción será acorde a sus necesidades.
Las tomas nocturnas son uno de los mejores amigos de la lactancia prolongada. La prolactina tiene su máximo a primera hora de la mañana, favorecida por las tomas que hace el bebé a lo largo de la noche. Así que cuanto más tiempo siga mamando durante la noche, más durará la óptima producción de leche.
Si recurres a las “ayudas” de leche artificial para solucionar este problema, el niño succionará menos y la prolactina dejará de producir la leche que tu bebé necesita, con lo que la lactancia puede verse afectada y comprometida.
Lactar en público:
Nuestra sociedad está cambiando positivamente de actitud ante la lactancia materna, de nuevo empieza a ser una imagen socialmente aceptada y reconocida.
Dar de mamar no implica tener que esconderse para poder hacerlo, ni tampoco prescindir de tus relaciones sociales y familiares.
Para mantener la lactancia a demanda y compatibilizarla con tu día a día, más de una vez deberás dar pecho fuera de tu hogar. Dar pecho en público es aceptable, precioso y todo un derecho que tenéis tu hijo y tú. Disfrútalo!.
Respeta sus ritmos, sus deseos y sus necesidades, esto garantizará una lactancia duradera y satisfactoria para ambos.
¿Cuánto tiempo es bueno amamantar?
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños sean alimentados exclusivamente con la leche de sus madres los 6 primeros meses de vida sin ningún otro tipo de suplementos, y a partir de los 6 meses seguir dando lactancia materna y complementando con otros alimentos hasta los 2 años o más.
No hay límite para la lactancia materna, sólo el que pongáis tú y tu bebé.
FUENTES
Asociación Española de pediatría:
http://www.aeped.es/lactanciamaterna/
Liga de la leche:
http://www.laligadelaleche.es/
Características biológicas y químicas de la leche materna: http://www.geocities.com/jorge_a6/caracteristicas.html
A todas las mamás que optamos por la lactancia natural nos preocupa, sobre todo al principio, si nuestros hijos estarán bien “alimentados”, si se quedarán con hambre y si les será suficiente. Cuando maman, no queda una marca en el pecho que nos indique cuanto han tomado, no sabemos si ha sido 50 ó 100.
Pero lo que hoy sí sabemos es que la naturaleza es muy sabia y la leche materna es sin duda el mejor y más completo alimento que podemos ofrecer a nuestros pequeños.
El ser humano es un mamífero y, como tal, la manera en que la Naturaleza ha previsto que sea alimentado durante los primeros meses de su vida es mamando directamente del pecho de su madre. Sigamos pues esta previsión natural y beneficiosa para la mamá y el bebé.
Antes de explicar de qué está compuesta la leche materna y la cantidad de beneficios que aporta a nuestro bebé, hablaremos de una serie de normas / pautas que debemos seguir para asegurarnos que nuestra lactancia sea exitosa, duradera y adecuada.
Son las siguientes:
* Amamantar al recién nacido cuanto antes.
* Ofrecerle el pecho tantas veces como lo solicite. Ahí estará la clave y el éxito para una lactancia duradera.
* Ponerlo al pecho en la postura correcta: con la boca que abarque bien el pezón + un buen bocado de areola, porque de ese modo vaciará bien los depósitos de leche.
* Lo dejaremos mamar todo el tiempo que quiera del mismo pecho, porque la leche del final tiene más grasas (más calorías). Si quiere más le ofreceremos el otro pecho.
* Evitaremos los biberones "de ayuda” que provocarán que el bebé succione menos y nosotras produzcamos menos leche.
* Evitaremos el chupete, al menos durante las primeras semanas, hasta que la lactancia esté bien establecida. Un recién nacido ha de aprender bien cómo mamar del pecho, y tetinas artificiales como el biberón o el chupete pueden dificultar este aprendizaje.
* Nos cuidaremos mucho, tanto en alimentación como en descanso. Nuestra vida ahora es el bebé. Si necesitamos ayuda la encontraremos en nuestra propia familia, en el pediatra, la matrona, la enfermera del centro de salud, grupos / foros de apoyo….
Si hemos seguido estos patrones, nuestra lactancia será adecuada y suficiente para alimentar a nuestros pequeños.
Calostro y leche madura:
Para el nacimiento del bebé se preparara uno de los alimentos más importantes de su vida, el calostro. Este alimento es la primera leche que se produce y su duración está entre los 2 y 5 días, antes de que se empiece a producir la leche definitiva.
El calostro está compuesto por gran cantidad de anticuerpos, proteínas y beta-carotenos, con un alto contenido calórico, pero baja cantidad en grasa y lactosa. Esta composición es la ideal para los recién nacidos.
Aproximadamente en 48/72 horas después del parto, se produce la leche madura, compuesta por las cantidades adecuadas de hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales, vitaminas, enzimas digestivas, hormonas y anticuerpos-sustancias de defensa que se encuentran en la concentración ideal para el óptimo crecimiento del bebé y en la exacta proporción entre los componentes.
Composición de la leche materna:
AGUA: La leche materna contiene 87% de agua y aporta la cantidad de este nutriente, que el niño necesita para su crecimiento.
LAS PROTEINAS: De todas las sustancias que componen a los seres vivos, las proteínas son las más distintivas y características de las especies. La proteína del suero, más abundante en la leche materna, se adapta a la perfección al sistema digestivo del bebé, además de tener mayor valor alimenticio que la proteína de la caseína (contenida en la leche de vaca) y hace que las evacuaciones del bebé sean más suaves y de mejor olor.
Recordemos que las proteínas son la clave del crecimiento.
LOS AMINOACIDOS Y LA TAURINA: La proteínas se convierten en aminoácidos, lo que constituye la formación del tejido del cuerpo. La taurina es un importante aminoácido que se encuentra en grandes concentraciones en la leche humana y virtualmente ausente en la leche de vaca. La taurina cuya función es conjugar ácidos biliares, interviene en el sistema nervioso central y actúa como modulador del crecimiento y estabilizador de las membranas. El pequeño humano es incapaz de sintetizar o fabricar la taurina, de manera que depende por completo de su alimentación para la obtención de este aminoácido.
LAS GRASAS: La grasa contenida en la leche materna contiene un elevado nivel de energía en forma de calorías necesarias para el crecimiento y sirve además como vehículo de vitaminas liposolubles y ácidos grasos esenciales.
La leche humana es rica en ácidos grasos esenciales, especialmente linoleico y araquidónico, los cuales participan en el desarrollo del sistema nervioso central.
La leche humana contiene cantidades significativas de DHA y AA –ácidos grasos poliinsaturados derivados del ácido linoleico y linolénico. Estas grasas son importantes para el desarrollo de la membrana que envuelve a las fibras nerviosas y las faculta para enviar mensajes.
Este proceso es crítico durante el primer año de vida del bebé y puede ser vital que estén presentes en la dieta del bebé. En un estudio, los niveles elevados de DHA y AA en la sangre fueron asociados con un mejor desarrollo de la vista y la percepción de los infantes.
LA LACTOSA: La lactosa es conocida como el azúcar de la leche. Su concentración en la leche humana es la mayor de todos mamíferos.
El intestino posee la capacidad para digerirla fácilmente; al degradarse constituye una fuerza de galactosa, necesaria para el desarrollo del sistema nervioso central.
La lactosa aumenta la absorción de ciertos minerales, especialmente el calcio, necesarios para un desarrollo adecuado de dientes y huesos.
HIERRO: El hierro contenido en la leche materna, aun cuando es bajo en cantidad, es absorbido perfectamente. Hasta un 50% del hierro de la leche materna se absorbe, en comparación al 10% de la absorción del hierro de la leche de vaca y el 4% cuando se administra leche artificial.
Un estudio mostró que los bebés que fueron amamantados durante siete meses o más, al cumplir un año no presentaban anemia.
CALCIO, FOSFORO Y VITAMINA D: El calcio y el fósforo son dos importantes minerales que se encuentran en la leche materna.
El calcio es particularmente conocido por su papel en la formación de huesos y dientes. A pesar del alto contenido de calcio en la leche de vaca, el raquitismo, enfermedad ocasionada por carencia de calcio, alcanzó grandes proporciones en Estados Unidos a principios del siglo XX. Era común ver a bebés mayores con piernas arqueadas de manera anormal, hasta que se descubrió que una elevada concentración de calcio en la sangre no sirve para nada si no existe suficiente vitamina D para activarlo. El calcio de la leche humana es adecuadamente absorbido y no hay signo de raquitismo en los bebés amamantados al pecho de madres bien alimentadas y que además reciben la luz del sol.
ZINC: El zinc presente en la leche humana es mejor absorbido por su bebé que el zinc en las fórmulas.
VITAMINA C: La leche de una madre alimentada adecuadamente contiene toda la vitamina C que el bebé necesita. El escorbuto, enfermedad ocasionada por falta de vitamina C, nunca aparece en un bebé que es amamantado.
FLUORURO: La leche materna contiene poca cantidad de fluoruro, sin embargo se adapta de manera exacta a las necesidades del bebé. De manera necesaria para mantener dientes sanos y la disminución de las caries dentales.
ENZIMAS Y HORMONAS: Las enzimas presentes en la leche materna incluyen la lipasa, encargada de digerir las grasas, la amilasa, que ayuda a desbaratar los carbohidratos y la protasa, que actúa sobre las proteínas. Todas ellas son auxiliares para que los nutrientes de la leche humana estén más disponibles para el bebé. Una hormona llamada factor de crecimiento epidermal está presente en grandes cantidades de la leche humana y posiblemente afecta el crecimiento y el desarrollo del tracto intestinal.
TRIPTÓFANO: La leche materna es un organismo vivo y como tal cambia su composición durante el día. Se ha observado que a partir de las 18:00 en la leche materna se produce un aumento en la segregación de un aminoácido, el triptófano, que favorece la síntesis de la serotonina, produciendo una sensación de relajación que se eleva durante las tomas nocturnas para favorecer el sueño.
Algunas dudas:
¿Y si mi hijo aumenta poco de peso?
La preocupación por el peso es muy frecuente entre las madres lactantes, pero en la mayoría de los casos todo está funcionando bien y el niño está ganando adecuadamente. Debemos tener en cuenta:
* La mayoría de las gráficas de peso y longitud de que disponemos actualmente están confeccionadas con niños que en su mayoría fueron alimentados con biberón y constituyen solo una ayuda orientativa ya que los bebés alimentados con leche artificial son más gorditos que los amamantados. La OMS ha confeccionado gráficas a partir de niños alimentados óptimamente al pecho que son más adecuadas para valorar el crecimiento de los lactantes. Están disponibles desde abril de 2006 en: http://www.who.int/childgrowth/en/
* Las gráficas se realizan a partir de datos estadísticos (son un “modelo estadístico”) por lo que la mitad de los niños normales están por debajo de la media. Es más importante la valoración clínica del niño: su aspecto, vivacidad, si moja 4-5 pañales diarios...
Creo que tengo poca leche:
En general, todas las madres producimos la cantidad exacta de leche que necesitan nuestros bebés. Es excepcional que una madre no produzca suficiente leche para alimentar a su hijo.
Cuando una madre nota que tiene poca leche, lo habitual es que se trate de alguno de los siguientes casos:
* La posición del niño o el agarre del pecho no es correcto, por eso el bebé no vacía bien las mamas y estas dejan de producir la cantidad de leche que necesita el bebé. En este caso suele haber dolor al mamar o grietas. Es necesario corregir la posición. Lo ideal es que alguien experto evalúe la toma.
* Hay leche pero la madre no se nota “la subida” y duda que tenga suficiente. Esto suele ocurrir tras los primeros meses de lactancia. Normalmente el niño tarda menos en hacer las tomas y extrae la leche más eficazmente. Si el niño está tranquilo y feliz y moja 4-5 pañales diarios, es que está tomando la leche que necesita.
* El bebé ha crecido bruscamente y necesita más leche. (ver apartado escasez de leche)
LACTANCIA A DEMANDA
Hasta hace poco, se defendía la teoría de que los bebés debían tomar el pecho cada tres horas y con un máximo de 10-15 minutos en cada pecho.
Hoy se sabe que esta teoría es totalmente absurda y contraproducente para el bebé y para la mamá.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la lactancia a demanda como “poner al pecho al niño cada vez que este lo pida o la madre lo desee”.
Nuestros peques no son máquinas que debemos cronometrar. No hay que poner medidores horarios entre toma y toma. Es tan sencillo, como esto: si un bebé quiere leche, mama, y por el contrario, si no la quiere, pues no mama.
Para evitar el agobio (tan propio de los primeros días) lo mejor es olvidarse del reloj, desterrar esas absurdas teorías horarias y lactar según los ritmos que vaya estableciendo tu bebé. Estos ritmos no tienen porqué ser iguales todos los días, ni para cada bebé, se verán variados por muchas circunstancias, horarios, calor, humor, temperatura ambiente, crecimiento… Nuestro hijo establecerá su propio “ritmo" y él será el que nos avise cuando tiene hambre.
Como regla general, si no estás segura de qué le pasa, ponle al pecho. La mayoría de las veces será hambre. Si no era así, en seguida lo sabrás, porque no querrá mamar. Es así de sencillo y práctico. La teta sirve para calmar la sed, la necesidad de contacto, la comunicación. No hay que restringir el acceso al pecho.
¿Y si me quedo sin leche por ofrecerle tanto? Imposible. La mama es una glándula que segrega leche en función de la demanda de tú bebé: a mayor demanda, más leche se fabrica, a menor, menos leche.
Por eso es tan importante respetar y no coartar sus ritmos y ofrecerle siempre que lo solicite. Esto asegurará una lactancia duradera y exitosa.
Poco a poco serán ellos los que irán estableciendo sus rutinas. Cada bebé seguirá la suya propia. Lo importante es observar a cada niño y corresponder a sus necesidades.
Un bebé recien nacido demandará muchas veces al día; puede que al principio pienses que lleva todo el día a la teta, y digas si es que no he podido hacer otra cosa. No desesperes, en pocas semanas espaciará más sus tomas y esta entrega inicial será muy beneficiosa para él y para vuestra lactancia.
Los primeros días mamar supone un gran esfuerzo físico. Seguramente hasta se quede dormido en la teta. Además su estómago es muy pequeñito y no admite grandes cantidades en cada tetada. Por eso te volverá a pedir al poco tiempo.
La composición de la leche cambia a lo largo de la toma, la del principio es más aguada- para calmar su sed y preparar su estómago – y la siguiente tiene mayor cantidad de grasas y le aportan sensación psicológica de saciedad. La leche materna no es un alimento muerto, sino un tejido vivo, en constante evolución.
Ofrécele un pecho y déjalo acabar por sí mismo, sin prisas, sin horarios, sin agobios. Una vez que ha finalizado puedes probar si quiere continuar con el segundo, si no es así, no lo fuerces. No tiene porqué mamar de los dos pechos en cada toma.
Escasez de leche:
A lo largo de la lactancia puede haber períodos transitorios en que se produzca menos leche de la que necesita tu bebé. Enseguida te darás cuenta porque el niño mamará con muchas ganas, se pondrá inquieto y llorará al no recibir la cantidad de alimento que él necesita.
Esta situación se resuelve ofreciendo el pecho más a menudo, es decir, lactancia intensiva durante un día o dos.
La succión estimula la secreción de una hormona llamada prolactina. La prolactina aumenta la producción de leche. Cuanta más succión, mayor cantidad. Por este motivo, si tu bebé está en esta situación, no te agobies, descansa, relájate, toma más líquidos y ofrécele muy a menudo, enseguida tu producción será acorde a sus necesidades.
Las tomas nocturnas son uno de los mejores amigos de la lactancia prolongada. La prolactina tiene su máximo a primera hora de la mañana, favorecida por las tomas que hace el bebé a lo largo de la noche. Así que cuanto más tiempo siga mamando durante la noche, más durará la óptima producción de leche.
Si recurres a las “ayudas” de leche artificial para solucionar este problema, el niño succionará menos y la prolactina dejará de producir la leche que tu bebé necesita, con lo que la lactancia puede verse afectada y comprometida.
Lactar en público:
Nuestra sociedad está cambiando positivamente de actitud ante la lactancia materna, de nuevo empieza a ser una imagen socialmente aceptada y reconocida.
Dar de mamar no implica tener que esconderse para poder hacerlo, ni tampoco prescindir de tus relaciones sociales y familiares.
Para mantener la lactancia a demanda y compatibilizarla con tu día a día, más de una vez deberás dar pecho fuera de tu hogar. Dar pecho en público es aceptable, precioso y todo un derecho que tenéis tu hijo y tú. Disfrútalo!.
Respeta sus ritmos, sus deseos y sus necesidades, esto garantizará una lactancia duradera y satisfactoria para ambos.
¿Cuánto tiempo es bueno amamantar?
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños sean alimentados exclusivamente con la leche de sus madres los 6 primeros meses de vida sin ningún otro tipo de suplementos, y a partir de los 6 meses seguir dando lactancia materna y complementando con otros alimentos hasta los 2 años o más.
No hay límite para la lactancia materna, sólo el que pongáis tú y tu bebé.
FUENTES
Asociación Española de pediatría:
http://www.aeped.es/lactanciamaterna/
Liga de la leche:
http://www.laligadelaleche.es/
Características biológicas y químicas de la leche materna: http://www.geocities.com/jorge_a6/caracteristicas.html
QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)
