El otro día fui al médico porque tras la primera citología después del parto, comprobaron que tenia una pequeña infección. Y terminé llorando. No por la infección que no es nada sino porque estoy de bajón. Le comenté que no hago nada más que comer, que tengo una ansiedad que no logro controlar. Ni me cuido ni nada. El dia que me hidrato es una excepción. Al verme tan derrotada y decaída me propuso un antidepresivo pero como estoy amamantando me dijo que no era posible. Le comenté la actitud del padre de mi niño respecto a la lactancia. Que no es partidario de una lactancia prolongada, que mi hijo vuelve a dormir con algún que otro despertar y le meto en la cama con los dos, y a mi marido tampoco le parece bien (ya lo comenté en otro post). Motivos, entre otros que llevan a discutir. Y eso me afecta también muchísimo. Qué sensación tan extraña hablar con un desconocido de cosas tan íntimas y sin embargo con mi marido no ha habido un momento para charlar porque o bien solo hablamos del pequeñín o estamos tan cansados que ni hablamos. Tengo la sensación de estar fracasando como pareja y como madre. No sé si lo que hago está bien. Siempre me estoy preguntando si hago una cosa bien, o lo haré mal... y esto jamás me había pasado. Me da pena que todo esté pasando después de nacer mi hijo. Y eso que con él es cuando más alegre estoy. Es el ángel que siempre he estado esperando. Y su padre y yo discutimos más que otra cosa. Antes de nacer mi hijo me cuidaba mucho, ahora todo lo contrario. Y no hago más que engordar cosa que mi marido me reprocha a cada instante. Desde que nació mi hijo he bajado 7 kg y aún tengo que bajar 5 pero ahora me resulta imposible. Llevo un montón de intentos con dietas que no han hecho más que fracasar. Mañana voy a empezar otra vez y voy a hacer un poco de ejercicio. Espero que esta vez sea para algo y no fracase.
Tras la consulta se lo comenté a él y me dijo que sus sentimientos no han cambiado. Que tras nacer mi hijo estoy de mal humor con mucha frecuencia y sobre todo con él. Al escucharlo no podía evitar llorar. Y desde ese momento estoy muy triste. Y no quiero estar así sobre todo por mi hijo. Ahora estamos un poco distanciados. Le quiero muchísimo y no sé qué hacer para que todo se arregle. Ojalá pasé esta tormenta y mi vida vuelva a la normalidad. Deseo que salga el sol cuanto antes.