El mejor lugar para hablar de nuestras cosas, presentarnos si acabamos de llegar o organizar quedadas.

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por agueda
#34144 No se si os pasa a vosotras, pero mi hijo no para durante toooooodo el dia esas manitas y esos pies "es bastante inquieto" pero solo le pasa cdo está conmigo.

A veces estoy desesperada, cansada y aburrida de tooodos los dias lo mismo; no se si yo a él le causo lo mismo, pero si sólo le pasa conmigo me preocupa bastante.......
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por solecilla
#34148 AGUEDA, YO NO ESTOY EN CASA CON ELLOS, SOLO LOS FINES DE SEMANA Y ME AGOTAN Y ME SATURAN. NO QUIERO PENSAR, LO AGOBIADA QUE ESTARÍA EN CASA. POR ESO ME PARECE ADMIRABLE VUESTRA LABOR. SUPONGO QUE ES UN SENTIMIENTO GENERALIZADO DE TODAS LAS MADRES A TIEMPO COMPLETO. (Y SINO ESPERA Y VERÁS LAS RESPUESTAS AL MENSAJE).

COMO SUGERENCIAS: SI ES POSIBLE QUE TE AYUDE ALGUIEN CON LO DE CASA, AUNQUE SEA UN POCO.

PASAR LA MAYOR CANTIDAD DE TIEMPO POSIBLE FUERA DE CASA CON EL NIÑO.

ANIMO Y UN ABRAZO: TODO SE PASA, Y CUANDO VAYA AL COLE Y NO LE VEAS LE HECHARÁS DE MENOS.

RECUERDA: las recomendaciones del foro NO PUEDEN sustituir a la consulta con un medico (NI LO PRETENDEN)
por Mariana
#34163
agueda escribió:A veces estoy desesperada, cansada y aburrida de tooodos los dias lo mismo

No se cuanto tiempo tenga tu hijo, pero si te produce tanta ansiedad el encerron por que no buscas algo nuevo que hacer en tu casa, que te guste y que sea nuevo para desestressarte?
Yo creo que tal vez seas tu la que le pase la ansiedad a tu hijo y por eso solo se pone así contigo, ademas de la edad, que no se cuento tiempo tenga tu hijo, pero la mia con 9 meses no paraaaaaaaa
Yo es que me queda claro que esta es una etapa de mi vida que yo decidi quedarme en casa con ella, que no es por obligación ni opresion y que cuando sea mas grande retomare algunas cosas, diferente por qu eno es lo mismo con un hijo, pero por mientras, hay que disfrutar las decisiones que hemos tomado.
por paumar
#34215 Sí, definitivamente hay días que me subo por las paredes. Tal vez porque ya llevo dos años y pico de madre a tiempo completo y antes tenía una vida bastante ajetreada y nada rutinaria debido a mi trabajo. Pero son días. Cuando me toca uno intento quedar con alguien para desconectar o ese fin de semana lo dejo con su padre y yo me voy de compras o a pasear. También me resulta "útil" racionalizarlo... es decir, sé que "ese" día me siento mal y agobiada pero seguramente mañana lo vea con otros ojos, así que simplemente intento pasar la jornada como puedo. Cuando en enero empiece a trabajar seguramente echaré de menos esa ansiedad! :wink:
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por lucyrober
#34271 Es qué no paran!
A mi me pasa algunos días que estoy más cansada al final del día y lo llevo peor, pero sé que ella también lo está y trato de no agobiarme ni ponerme nerviosa porque solo empeoro la situación.
Imagino que él es más "así" contigo porque es con quien tiene más confianza y sabe que tú le comprendes. Hay veces que Carolina a punto de dormirse está que no para de hablar, tiene un par de temas que saca ella sola y claro son sólo 2 palabras y las repite hasta la saciedad espernado una y otra vez mi respuesta y hay días que digo "no puedo más con las repeticiones" a estas horas, pero claro es parte de su aprendizaje y lo hacen repitiendo las cosas una y otra vez, una y otra vez... :wink:
En fin, paciencia y las situaciones de mayor angustia, intentar cambiar el "chip" y tomarselo con la mayor calma posible.

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por nika
#34274 si es que a veces te vuelven loca pero en esos caso prefiero cambiar el chip si se puede se lo dejo a mi marido y me voy a dar un paseo o a darme un baño relajado....... :lol:

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por lukanipy
#34293 Es normal agobiarte un poco si estás todo el dia con él haciendo lo mismo; pero si tu te agobias piensa que el tambien. Lo que yo hago es ir haciendo cosas distintas cada día. un dia de visita, otra tarde a la biblioteca , otro dia para hacer la compra, otro a un parque muy bonito, y así ir cambiando la rutina, ahora que ya hace buen tiempo es mucho más facil, aprovecha los dias de sol. Cuando estamos en casa y me saturo cojo la puerta y a la calle aunque sea al portal, cambiar el ambiente. U ten claro que tu hijo no te produce ansiedda sino la rutina asi que si la cambias veras como mejoran las cosas :wink:

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por mariquilla
#34400 No te sientas culpable, es normal. Yo, como sole, estoy con él sólo los fines de semana (a tiempo completo me refiero) y pienso que el lunes y la guardería es una liberación :oops: (menos últimamente que mi niño odia que me vaya por la mañana).
Con las madres los hijos se comunican y desahogan más. No te han dicho nunca eso de cuando estás tú se porta peor....?
Descansa cuando puedas, es bueno pasar una tarde o un rato sin niño, desconectar y hacer algo que nos guste. Luego vuelves con energías renovadas.
Lo de hacer cosas diferentes, pues yo hago lo que puedo, no voy a estar también preocupada por inventar cada día un juego o una actividad. Él te irá guiando, ya verás. Intento jugar con él a lo que él mismo me propone, hoy investigamos juntos los armarios de cocina, mañana a las pelotas. Yo me siento junto a él para que él proponga. En fin, que te comprendo perfectamente. Espero las vacaciones de verano con uan mezcla un poco contradictoria. Y quiero a mi hijo más que a nada en este mundo, me hace reir y pasármelo bien. Por eso, no te sientas culpable.

Mamá de JULIO (3/12/2004)
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por agueda
#34469 Trabajo x las mañanas, de 08:00h a 15:00h. de lunes a viernes
El niño (q es de 18 meses) esta x las mañanas con una niñera en casa, (en Septiembre lo meto en la guarderia) y por las tardes y fines de semana está conmigo, pero el problema está en q el niño de un tiempo hasta ahora cada vez q estoy en su presencia se pone impertinente, caprichioso e insoportable.

De hecho, ayer sin ir más lejos, estuvo por la mañana con mi suegra, super tranquilo, segun la abuela, hasta q llegue YO; asi q no se q le ocurre y no soy de las q le da caprichos innecesarios :(
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por mariquilla
#34471 Aqueda, cambia el chip, que tu hijo no es caprichoso, impertinente ni nada por el estilo. Tu hijo llorará más contigo que con nadie. TODOS son así. Tú cuando estás más a gusto, en tu casa o de visita? Pues tú eres su casa para tu hijo.
Mira, los niños tienen muchas fases, rachas en las que son un amor, y rachas en las que nos lo hacen más difícil. No pienses que lo estás haciendo más caprichoso. Y lo peor, según cuantn, está por llegar. Un beso, y me voy rapidito. Buen fin de semana

Mamá de JULIO (3/12/2004)
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por cani
#34477 Del libro Bésame Mucho (Carlos González)

TU HIJO ES BUENA PERSONA

Extraido del libro BESAME MUCHO de Carlos Gonzalez, espero que os guste.

Cuando una esposa afirma que su marido es muy bueno, probablemente es un hombre cariñoso, trabajador, paciente, amable... En cambio, si una madre exclama "mi hijo es muy bueno", casi siempre quiere decir que se pasa el día durmiendo, o mejor que "no hace más que comer y dormir" (a un marido que se comportase así le llamaríamos holgazán). Los nuevos padres oirán docenas de veces (y pronto repetirán) el chiste fácil: "¡Qué monos son... cuando duermen!"
Y así los estantes de las librerías, las páginas de las revistas, las ondas de la radio, se llenan de "problemas de la infancia": problemas de sueño, problemas de alimentación, problemas de conducta, problemas en la escuela, problemas con los hermanos... Se diría que cualquier cosa que haga un niño cuando está despierto ha de ser un problema.
Nadie nos dice que nuestros hijos, incluso despiertos (sobre todo despiertos), son gente maravillosa; y corremos el riesgo de olvidarlo. Aún peor, con frecuencia llamamos "problemas", precisamente, a sus virtudes.

TU HIJO ES GENEROSO.
Marta juega en la arena con su cubo verde, su pala roja y su caballito. Un niño un poco más pequeño se acerca vacilante, se sienta a su lado y, sin mediar palabra (no parece que sepa muchas) se apodera del caballito, momentáneamente desatendido. A los pocos minutos, Marta decide que en realidad el caballito es mucho más divertido que el cubo, y lo recupera de forma expeditiva. Ni corto ni perezoso, el otro niño se pone a jugar con el cubo y la pala. Marta le espía por el rabillo del ojo, y comienza a preguntarse si su decisión habrá sido la correcta. ¡El cubo parece ahora tan divertido!
Tal vez la mamá de Marta piense que su hija "no sabe compartir". Pero recuerde que el caballito y el cubo son las más preciadas posesiones de Marta, digamos como para usted el coche. Y unos minutos son para ella una eternidad. Imagine ahora que baja usted de su coche, y un desconocido, sin mediar palabra, sube y se lo lleva. ¿Cuántos segundos tardaría usted en empezar a gritar y a llamar a la policía? Nuestros hijos, no le quepa duda, son mucho más generosos con sus cosas que nosotros con las nuestras.

TU HIJO ES DESINTERESADO.
Sergio acaba de mamar; no tiene frío, no tiene calor, no tiene sed, no le duele nada... pero sigue llorando. Y ahora, ¿qué más quiere?
La quiere a usted. No la quiere por la comida, ni por el calor, ni por el agua. La quiere por sí misma, como persona. ¿Preferiría acaso que su hijo la llamase sólo cuando necesitase algo, y luego "si te he visto no me acuerdo"? ¿Preferiría que su hijo la llamase sólo por interés?
El amor de un niño hacia sus padres es gratuito, incondicional, inquebrantable. No hace falta ganarlo, ni mantenerlo, ni merecerlo. No hay amor más puro. El doctor Bowlby, un eminente psiquiatra que estudió los problemas de los delincuentes juveniles y de los niños abandonados, observó que incluso los niños maltratados siguen queriendo a sus padres.
Un amor tan grande a veces nos asusta. Tememos involucrarnos. Nadie duda en acudir de inmediato cuando su hijo dice "hambre", "agua", "susto", "pupa"; pero a veces nos creemos en el derecho, incluso en la obligación, de hacer oídos sordos cuando sólo dice "mamá". Así, muchos niños se ven obligados a pedir cosas que no necesitan: infinitos vasos de agua, abrir la puerta, cerrar la puerta, bajar la persiana, subir la persiana, encender la luz, mirar debajo de la cama para comprobar que no hay ningún monstruo... Se ven obligados porque, si se limitan a decir la pura verdad: "papá, mamá, venid, os necesito", no vamos. ¿Quién le toma el pelo a quién?

TU HIJO ES VALIENTE.
Está usted haciendo unas gestiones en el banco y entra un individuo con un pasamontañas y una pistola. "¡Silencio! ¡Al suelo! ¡Las manos en la nuca!" Y usted, sin rechistar, se tira al suelo y se pone las manos en la nuca. ¿Cree que un niño de tres años lo haría? Ninguna amenaza, ninguna violencia, pueden obligar a un niño a hacer lo que no quiere. Y mucho menos a dejar de llorar cuando está llorando. Todo lo contrario, a cada nuevo grito, a cada bofetón, el niño llorará más fuerte.
Miles de niños reciben cada año palizas y malos tratos en nuestro país. "Lloraba y lloraba, no había manera de hacerlo callar" es una explicación frecuente en estos casos. Es la consecuencia trágica e inesperada de un comportamiento normal: los niños no huyen cuando sus padres se enfadan, sino que se acercan más a ellos, les piden más brazos y más atención. Lo que hace que algunos padres se enfaden más todavía. Si que huyen los niños, en cambio, de un desconocido que les amenaza.
Los animales no se enfadan con sus hijos, ni les riñen. Todos los motivos para gritarles: sacar malas notas, no recoger la habitación, ensuciar las paredes, romper un cristal, decir mentiras... son exclusivos de nuestra especie, de nuestra civilización. Hace sólo 10.000 años había muy pocas posibilidades de reñir a los hijos. Por eso, en la naturaleza, los padres sólo gritan a sus hijos para advertirles de que hay un peligro. Y por eso la conducta instintiva e inmediata de los niños es correr hacia el padre o la madre que gritan, buscar refugio en sus brazos, con tanta mayor intensidad cuanto más enfadados están los progenitores.

TU HIJO SABE PERDONAR.
Silvia ha tenido una rabieta impresionante. No se quería bañar. Luchaba, se revolvía, era imposible sacarle el jersey por la cabeza (¿por qué harán esos cuellos tan estrechos?). Finalmente, su madre la deja por imposible. Ya la bañaremos mañana, que mi marido vuelve antes a casa; a ver si entre los dos...
Tan pronto como desaparece la amenaza del baño, tras sorber los últimos mocos y dar unos hipidos en brazos de mamá, Silvia está como nueva. Salta, corre, ríe, parece incluso que se esfuerce por caer simpática. El cambio es tan brusco que coge por sorpresa a su madre, que todavía estará enfadada durante unas horas. "¿Será posible?" "Mírala, no le pasa nada, era todo cuento".
No, no era cuento. Silvia estaba mucho más enfadada que su madre; pero también sabe perdonar más rápidamente. Silvia no es rencorosa. Cuando Papá llegue a casa, ¿cuál de las dos se chivará? ("Mamá se ha estado portando mal..."). El perdón de los niños es amplio, profundo, inmediato, leal.

TU HIJO SABE CEDER.
Jordi duerme en la habitación que sus padres le han asignado, en la cama que sus padres le han comprado, con el pijama y las sábanas que sus padres han elegido. Se levanta cuando le llaman, se pone la ropa que le indican, desayuna lo que le dan (o no desayuna), se pone el abrigo, se deja abrochar y subir la capucha porque su madre tiene frío y se va al cole que sus padres han escogido, para llegar a la hora fijada por la dirección del centro. Una vez allí, escucha cuando le hablan, habla cuando le preguntan, sale al patio cuando le indican, dibuja cuando se lo ordenan, canta cuando hay que cantar. Cuando sea la hora (es decir, cuando la maestra le diga que ya es la hora) vendrán a recogerle, para comer algo que otros han comprado y cocinado, sentado en una silla que ya estaba allí antes de que él naciera.
Por el camino, al pasar ante el quiosco, pide un "Tontanchante", "la tontería que se engancha y es un poco repugnante", y que todos los de su clase tienen ya. "Vamos, Jordi, que tenemos prisa. ¿No ves que eso es una birria?" "¡Yo quiero un Totanchante, yo quiero, yo quiero...!" Ya tenemos crisis.
Mamá está confusa. Lo de menos son los 20 duros que cuesta la porquería ésta. Pero ya ha dicho que no. ¿No será malo dar marcha atrás? ¿Puede permitir que Jordi se salga con la suya? ¿No dicen todos los libros, todos los expertos, que es necesario mantener la disciplina, que los niños han de aprender a tolerar las frustraciones, que tenemos que ponerles límites para que no se sientan perdidos e infelices? Claro, claro, que no se salga siempre con la suya. Si le compra ese Tontachante, señora, su hijo comenzará una carrera criminal que le llevará al reformatorio, a la droga y al suicidio.
Seamos serios, por favor. Los niños viven en un mundo hecho por los adultos a la medida de los adultos. Pasamos el día y parte de la noche tomando decisiones por ellos, moldeando sus vidas, imponiéndoles nuestros criterios. Y a casi todo obedecen sin rechistar, con una sonrisa en los labios, sin ni siquiera plantearse si existen alternativas. Somos nosotros los que nos "salimos con la nuestra" cien veces al día, son ellos los que ceden. Tan acostumbrados estamos a su sumisión que nos sorprende, y a veces nos asusta, el más mínimo gesto de independencia. Salirse de vez en cuando con la suya no sólo no les va hacer ningún daño, sino que probablemente es una experiencia imprescindible para su desarrollo.

TU HIJO ES SINCERO.
¡Cómo nos gustaría tener un hijo mentiroso! Que nunca dijera en público "¿Por qué esa señora es calva?" o ¿Por qué ese señor es negro?" Que contestase "Sí" cuando le preguntamos si quiere irse a la cama, en vez de contestar "Sí" a nuestra retórica pregunta "¿Pero tú crees que se pueden dejar todos los juguetes tirados de esta manera?"
Pero no lo tenemos. A los niños pequeños les gusta decir la verdad. Cuesta años quitarles ese "feo vicio". Y, entre tanto, en este mundo de engaño y disimulo, es fácil confundir su sinceridad con desafío o tozudez.


TU HIJO ES BUEN HERMANO.
Imagínese que su esposa llega un día a casa con un guapo mozo, más joven que usted, y le dice: "Mira, Manolo, este es Luis, mi segundo marido. A partir de ahora viviremos los tres juntos, y seremos muy felices. Espero que sabrás compartir con él tu ordenador y tu máquina de afeitar. Como en la cama de matrimonio no cabemos los tres, tú, que eres el mayor, tendrás ahora una habitación para ti sólito. Pero te seguiré queriendo igual". ¿No le parece que estaría "un poquito" celoso? Pues un niño depende de sus padres mucho más que un marido de su esposa, y por tanto la llegada de un competidor representa una amenaza mucho más grande. Amenaza que, aunque a veces abrazan tan fuerte a su hermanito que le dejan sin aire, hay que admitir que los niños se toman con notable ecuanimidad.

TU HIJO NO TIENE PREJUICIOS.
Observe a su hijo en el parque. ¿Alguna vez se ha negado a jugar con otro niño porque es negro, o chino, o gitano, o porque su ropa no es de marca o tiene un cochecito viejo y gastado? ¿Alguna vez le oyó decir "vienen en pateras y nos quitan los columpios a los españoles"? Tardaremos aún muchos años en enseñarles esas y otras lindezas.


TU HIJO ES COMPRENSIVO.
Conozco a una familia con varios hijos. El mayor sufre un retraso mental grave. No habla, no se mueve de su silla. Durante años, tuvo la desagradable costumbre de agarrar del pelo a todo aquél, niño o adulto, que se pusiera a su alcance, y estirar con fuerza. Era conmovedor ver a sus hermanitos, con apenas dos o tres años, quedar atrapados por el pelo, y sin gritar siquiera, con apenas un leve quejido, esperar pacientemente a que un adulto viniera a liberarlos. Una paciencia que no mostraban, ciertamente, con otros niños. Eran claramente capaces de entender que su hermano no era responsable de sus actos.
Si se fija, observará estas y muchas otras cualidades en sus hijos. Esfuércese en descubrirlas, anótelas si es preciso, coméntelas con otros familiares, recuérdeselas a su hijo dentro de unos años ("De pequeño eras tan madrugador, siempre te despertabas antes de las seis...") La educación no consiste en corregir vicios, sino en desarrollar virtudes. En potenciarlas con nuestro reconocimiento y con nuestro ejemplo.

LA SEMILLA DEL BIEN.
Observando el comportamiento de niños de uno a tres años en una guardería, unos psicólogos pudieron comprobar que, cuando uno lloraba, los otros espontáneamente acudían a consolarle. Pero aquellos niños que habían sufrido palizas y malos tratos hacían todo lo contrario: reñían y golpeaban al que lloraba. A tan temprana edad, los niños maltratados se peleaban el doble que los otros, y agredían a otros niños sin motivo ni provocación aparente, una violencia gratuita que nunca se observaba en niños criados con cariño.
Oirá decir que la delincuencia juvenil o la violencia en las escuelas nacen de la "falta de disciplina", que se hubieran evitado con "una bofetada a tiempo". Eso son tonterías. El problema no es falta de disciplina, sino de cariño y atención, y no hay ningún tiempo "adecuado" para una bofetada. Ofrézcale a su hijo un abrazo a tiempo. Miles de ellos. Es lo que de verdad necesita.

Cani+Patri 9/12/2004
por Mariana
#34502
agueda escribió:de un tiempo hasta ahora cada vez q estoy en su presencia se pone impertinente, caprichioso e insoportable.

A ver agueda ¿crees que es la mejor forma de hablar de tu hijo?
si esto lo dices en su presencia el obiamente sentira tu enojo, resentimiento o frustración y tal vez sea lo que le esta haciendo reaccionar contigo de una forma que no te gusta a ti.
Creo que desde muy pequeños nustros hijos nos comunican sus sentimientos como pueden a veces enojandose, y nosotros creo, tenemos que tratar de entender que es lo que nos quieren decir.
Nuestros hijos actuan lo que viven y ven en su entorno, osea nosotros principalmente y sus cuidadores, si el te ve aburrida enojada, o con preocupaciones ellos lo actuan, es su forma, hay que tratar de entenderlos. un saludo
por guiomar
#34636 Me duele el concepto que tienes de tu hijo.
¿te imaginas que la persona que a la que más quieres del mundo te considere así?
si no cambias el enfoque, dudo mucho que puedas mejorar la relación con tu hijo y hacerla constructiva, hermosa y llena de amor.
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por lukanipy
#34768 No creo que pienses eso de tu hijo en realidad, supongo que lo habras dicho en un mal momento, pero tendrías que pensar que si eso es lo que le transmites a tu hijo evidentemente su respuesta no va a ser buena. Antes de juzgar asi a tu hijo, echate un vistazo para ver que mensajes le estás enviando.
Te recomiendo el libro de Carlos Gonzalez Besame mucho, te ayudará a comprender a tu hijo

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por Mari Cruz
#35620 Agueda, no te agobies.
Tu hijo es normal, como todos.
Yo a los míos los quiero más que a nada en el mundo, pero a veces me siento un poco agobiada.
También noto que cuando están conmigo se "portan peor". Es normal , conmigo se sienten más confiados . ¿a qué tu hablas con más libertad con tu marido que con un amigo? ¿a qué mides menos la forma de decir las cosas?, pues es lo mismo.
Si Paula baja conmigo a comprar el pan, probablemente se pondrá como una fierecilla porque no le compro un "huevo Kinder", si baja con la mamá de su amiga no creo que lo haga (vamos seguro que no, gracias a Dios)
Intenta salir a la calle y distraerte con tu hijo, pásalo bien con él.
Si quieres quedamos una tarde, ya verás cómo son los míos.
Besitos

Cruz (mamá de Paula y Guille)
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