El viernes pasado, teníamos un largo fin de semana por delante. A las 18:00 de la tarde cogíamos mi criatura y yo un avión para pasarnos 3 días en Toledo y celebrar el cumpleaños de la bisabuela. Yo ya sabía que en esos tres días sería imposible establecer ningún tipo de rutina, o sea, que me fui resignada a pasarlo un poco mal con el tema del sueño... pues no fue así, sino que me llevé una sorpresa monumental.
Mi hijo, esos tres días, con una calor asfixiante durante el día y la noche, ha dormido como nunca. Sin ningún tipo de rutina, durmiendo a demanda (rollo como el pecho) resulta que mi hijo se ha comportado como un campeón. Las siestas las hacía cuando quería y la consecuencia es que dormía como mínimo una hora (impensable normalmente), incluso un día durmió 3h 30 minutos, y yo al lado de él, y cuando nos despertamos de la siesta, me sentía con una energía increíble (no dormía una siesta como dios manda desde que parí). Por la noche, sin rutina ni nada, cuando el niño le daba la gana dormir, pues a dormir, y oh, sorpresa, todas las noches dormía como mínimo 4 horas seguidas. De un tirón no, pero vamos, 4 horas seguidas para mí es incríble y fenomenal.
Total, que cuando volvimos el lunes por la noche, decidí que pasaba de todo tipo de rutina y a ver qué tal me iba. Pues chicas, me va genial, estoy descansando muchísimo. El niño sigue echándose siestas cuando quiere (nunca a la misma hora) las que quiere (a veces son dos al día, a veces 5) y se va a dormir igualmente cuando quiere (antes de ayer a las 21:00, ayer a las 23:00). Y como mucho me está despertando 3 veces por la noche!!
En fin, que yo no sé que pensar, porque es evidente que esto no es lo que propone el "felices sueños", pero a mi me está funcionando de maravilla, y mira, de momento seguiré por este camino porque, como mínimo, estoy descansando.
Ya os iré contando.