El caso es q ayer, mi niña Aroa fue en su triciclo (todavía no sabe darle a los pedales, pero le encanta ir en su "moto"). Al llegar, Aroa se bajó y corrió a jugar con otros niños (bueno, a correr detrás a ver si alguien le hacía caso), y un niño se acercó a su triciclo e hizo ademán de subirse. Llamé a Aroa y le dije q ibamos con aquel niño, le ayudé a subirse y después entre las dos le empujábamos x el parque. Mi niña encantada. Pero llegó la mamá del niño y, sin ni siquiera mirarme a la cara, cogió al niño en volandas y le fue regañando "No se juega con las cosas de los demás niños", y fue a sentarse con un grupito de mamás q estaban sentadas tan ricamente tomando el sol.
Creo q si me hubiesen abofeteado no me sentiría peor. Me dio la impresión de q la q había hecho algo malo había sido yo.
Pero la cosa no acabó ahí.
Había un grupo de 4 niñas jugando. Yo estaba con Aroa en el tobogán y una de las niñas se acercó y me preguntó cómo se llamaba mi niña. Empezamos a hablar, q cuántos años tenía, q a qué cole iba, si venía mucho al parque ... Aroa se puso a hacerle cosquillas en el cuello, como hace con nosotros. La niña parecía q lo pasaba bien con nosotras, y nos pusimos a jugar: cogimos diferentes hojas y plantitas para hacer "comiditas", le enseñamos las flores de "soplar", las q se pegan a la ropa, y muchas cosas más. Sus amigas la llaman q vaya a jugar con ellas, pero la niña les dice q no, q lo está pasando bien. Yo las invito a q vengan a jugar ellas también, pero ni me hacen caso. En esto viene la madre de la niña (q casualmente era de aquel grupito de mamás sentadas tomando el sol) y regaña a su hija, q tiene q ir a jugar con sus amigas. Y de nuevo vuelvo a sentirme como si yo tuviese la culpa.
No creo q aquellas mamás tuviesen nada en contra de mí, xq ni siquiera las conozco de nada y creo q ellas a mí tampoco. Así q he llegado a la conclusión de q les ha molestado mi comportamiento, tal vez no les haya gustado q una desconocida se pusiese a jugar con sus hijos, pero si estuviesen lo bastante cerca de ellos en lugar de estar de parloteo en el quinto pino, yo habría podido pedirles permiso.
De todas formas he venido contenta para casa, xq Aroa se lo pasó muy bien, no le importó compartir su recién estrenado triciclo, y yo me lo pasé pipa recordando cómo se hacían comiditas con las plantas.