Si a esto le unís el que me espera todo lo necesario para dormirse, no como antes que se iba con su padre, le explicaba que mamá tenía que cenar, ducharse... y ya estaba, y que me toca cenar a toda mecha, posponer la ducha, recoger... mientras mi ave nochariega permanece despierto llamándome y yo yendo y viniendo, explicándole que estoy cenando.. que aguanta hasta las 11:30 de la noche, y aunque está rendido, cuando me tumbo con él sigue despierto, vamos que soy yo la que termina cerrando los ojos y durmiendo como un lirón , pues entenderéis que hay días que no puedo ni con mi alma. Sobre todo porque cuando me despierto tengo que ponerme a hacer todo lo que he dejado pendiente y estirarme, ya que en mala hora le compramos una camita de esas que crecen con el niño, porque está en 1,60 y cada vez que me acuesto a su lado y me duermo, cuando me levanto parezco un acordeón y últimamente más, porque me toca ir varias veces a su lado a lo largo de la noche y luego practicar el escapismo nocturno.
A ver si pasa esta temporadita porque uf, uf, uf, uf... me parece que voy a terminar como una contorsionista estresada.
Salud