Os cuento: ellos viven fuera, a 400 kilómetros y desde que nació Adrián normalmente vienen a verlo un fin de semana cada dos meses más o menos. Casi siempre son ellos los que vienen porque a nosotros nos viene peor viajar por los horarios de trabajo. Durante el primer año, reconozco que no me 'agradaban' sus visitas (ya sabeis el rechazo que sentimos muchas mamás al principio con la familia política) pero entendía que ellos tenían derecho a disfrutar de su nieto, a pesar de que el niño lloraba y lloraba porque apenas los conocía.
Cuando cumplió un año y medio aproximadamente ya empezó a reconocerlos y estaba encantado de que vinieran. Yo también me fui relajando y me alegraban sus visitas. Pero desde hace unos meses les noto más pasotas, no sé como definirlo. El caso es que para el puente de San José les dijimos que vinieran (nosotros no podíamos ir porque mi compi tenía que currar) y dijeron que no, porque estaban de obras en una casa que tienen en otro pueblo. Pasaron las semanas y en Semana Santa fuimos nosotros a dicha casa del pueblo y nos reunimos tooooooda la familia, incluidos los suegros de mi cuñada y tres perros , de manera que con tanta gente Adrián apenas pudo disfrutar de ellos. Como nos quedó un poco mal sabor de boca a todos, dijeron que pronto vendrían a nuestra casa para aprovechar mejor el tiempo juntos. Pues bien, quedamos que vinieran el fin de semana del 23-24 de mayo, pero el domingo pasado cuando les llamamos parecían muy poco ilusionados y poniendo pegas.
En principio se podría pensar que no les apetece viajar, pero no es así porque a la casa del pueblo van cada dos por tres y está a 3 horas, o sea casi el mismo tiempo que tardarían en venir a nuestra casa.
No sé chicas me parece rara esta actitud y lo que me reconcome es que coincide con el nacimiento de su otro nieto hace unos meses y al que pueden ver todos los días. Quizá sean exageraciones mías y no tiene nada que ver, pero no puedo evitar pensarlo. Ahora que tienen dos nietos me parece injusto que a uno le vean a diario y al otro no les apetezca tanto verlo; y me da pena porque mi peque pregunte por ellos muy a menudo y no sé que decirle porque el pobre tampoco entiende de tiempos.
A lo mejor me estoy pasando de mal pensada y tienen razones de peso, pero es que antes perdían el culo por venir y ahora no lo ven nunca claro.
No sé, hoy volveremos a llamarles a ver si ya se han decidido.
¿vosotras qué pensais que puede pasar?
PD. Aclaro que no nos llevamos mal, al menos por mi parte.