En cuanto a lo de participar en la elaboración de las comidas, lo veo un poco pequeño para ello, pero bueno, por probar que no quede.
De momento, gracias a vosotras, ya estoy más tranquila. Y lo que tengo claro es que no lo voy a obligar a comer. Tengo un sobrino que comió siempre mal, y se pasaban horas con él y el plato delante para comer casi nada. Y con cinco añitos me dijo un día (palabras textuales): "comer es una mierda". Yo no quiero eso, es muy triste. Pero es que para él la hora de la comida siempre fue una lucha con su madre. Por suerte, ahora con seis años parece que va mejor el tema, aunque nunca será un gran comedor porque no lo necesita.
Lo único que me preocupa ahora un poco es la visita al pediatra la semana que viene. No sé si hasta le mentiré con respecto a la teta (no me apetece que me digan que es la culpable). Bueno, ya os contaré.
Besiños a todas. No sé que haría sin vosotras.