PARA LOS PADRES
Es fundamental recordar que un alto índice de violencia verbal pronostica actos de violencia física a corto o medio plazo.
La violencia es una conducta aprendida y no cambia espontáneamente por la voluntad o las promesas.
Los padres se encuentran con un desafío diario en el control de la conducta de su niño. Hay errores comunes como la falta de elogio del comportamiento positivo. Utilizad refuerzos positivos, gratificaciones simples ante la buena conducta y que ambos padres acuerden la mismas normas, que no se contradigan ante el nño ni se desautoricen el uno al otro. Si se usa el castigo, siempre debe ser en el mismo momento de cometida la falta y no debe prolongarse en el tiempo.
Brindar varias opciones, escuchar sus gustos y darles la posibilidad de elegir, enseñar a compartir actividades y juguetes, estimular el compañerismo y la solidaridad entre hermanos para que el niño pueda trasladar esta conducta a otros ámbitos. Poner límites entre los hermanos, enseñar al niño a respetar a su hermano, sus juguetes y juegos. Transmitir al niño la capacidad de "esperar" como una forma de enseñar al niño a esperar el resultado de ver un deseo cumplido, que debe esperar un turno. Mirad al niño a los ojos antes de darle una orden.
La influencia negativa de la televisión y la falta de diálogo familiar parecen ser los grandes responsables e la agresividad de niños y niñas. La labor consciente y responsable de los padres resultaclave para solucionar este preocupante problema. Los padres que fomentan el diálogo familiar no tienen por qué preocuparse. Probablemente, sus hijos controlarán la agresividad, la canalizarán y la harán salir de un modo más constructivo.
Dosificar las horas de televisión.
Enseñarles a diferenciar lo bueno de lo malo, la realidad de la ficción, lo absurdo de lo posible.
Despertar en ellos el sentido crítico.
Procurar mantener a los niños al margen de las peleas familiares y los conflictos de pareja; no hay nada peor para ellos que presenciar actitudes violentas entre aquellos a los que quieren.
SER PADRES, DAR VIDA
El niño es "pura necesidad" y, básicamente, necesita "ser reconocido". Ayudar a vivir significa responder adecuadamnte a esa necesidad fundamental. Y es a través de cuatro cauces como podrá llegarle al niño la respuesta que necesita:
* A través de su cuerpo: antes que nada, el niño es cuerpo; el contacto corporal, cariñoso y prolongado será fuente de confianza, seguridad y equilibrio.
* A través de la mirada: la mirada serena, gustosa, alegre y prolongada hará posible que el niño aprenda a verse a sí mismo cono un ser valioso y digno; el niño necesita sentir que gusta a sus papás. La mirada que sabe ver la belleza de su corazón, será su mayor fuente de serenidad.
* A través del tiempo que le dedicamos: siempre sacamos tiempo para lo que es realmente important para nosotros; el niño medirá también la "importancia" que tiene para nosotros por el tiempo quele dediquemos.
* A través de la verbalización: el niño necesita -y se merece- que le digamos quién es para nosotros, que le reflejemos también verbalmente todo lo positivo que percibimos en él.
VALORES
La tarea educativa requiere estar atentos al mundo en que vivimos, para comprender cuales son aquellos valores humanos más descuidados y, por tanto, los que más tendremos que priorizar.
En lo que se refiere a los valores, padres, madres y educadores tendríamos que estar atentos a fomentar la vivencia y el desarrollo de los siguientes valores, que únicamente enumeramos:
* Vivir la vida como "ofrenda", en lugar de pasar por ella en clave de voracidad, devorando (consumiendo) todo lo que se pone a nuestro alcance.
* Subrayar la dimensión comunitaria y social, frente al acusado individualismo y narcisismo, males endémicos de nuestro momento cultural.
* Fomentar una "ausencia solidaria", que se oponga al consumismo superfluo y potencie el compartir, persiguiendo el horizonte de una sociedad menos injusta y más igualitaria.
* Cultivar la dimensión más importante de la persona, la dimensión de profundidad, la dimension perdida, sin la cual todo queda chato, en un vacío y sinsentido crecientes.
Lo que ocurre -este es el reto de la tarea educativa- es que únicamente podremos educar en estos valores cuando realmente lo sean para nosotros, cuando seamos los primeros en vivirlos y experimentarlos.