- Jue, 23 Abr 2009, 10:17
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Hola, lo primero es que creo que los arañazos de las piernas se debieron producir por andar muchísimo rato con su padre (ya os comenté en otro post que no se cansa) y la víspera su padre se le llevó a casa de un familiar andando y le trajo también andando con lo que después de escribiros volví a mirarle bien y me parecieron más rozaduras que arañazos, pero es que chicas, ya tengo psicosis con el tema. Y antes de nada os voy a explicar el porqué: Rodrigo iba a otra escuela infantil desde los 6 meses, justo el día en que cumplía un año, una cuidadora le hizo una herida profunda en la mejilla con el broche de un peto al cambiarle de la que le ha quedado una cicatriz. El caso es que cuando fui a recogerle me le encontré con la herida y la explicación de que había sido un niño el que le había arañado. Dado el tipo de herida y su aptitud al día siguiente cuando le volví a llevar con el peto, me di cuenta de que esa no era la verdad, la herida se había producido con la hebilla. Lo hablé con la persona encargada de la guardería, quien al principio me dio la versión de su cuidadora, pero al final me terminó reconociendo que eso no se lo había hecho ningún niño con las uñas. Después de aquello no sé volvió a producir ningún incidente y luego nunca tuve queja de cómo trataron a Rodrigo, también es cierto que al cabo del tiempo esa cuidadora se marchó o la despidieron. El resto del equipo era fantástico y las personas que se ocupaban de los peques de 1-2 años magníficas. Nos cambiamos porque nos dieron una plaza en una escuela infantil pública de nueva apertura y en qué hora acepté cambiarle.
Como veréis el que me intentasen negar la mayor en aquel momento es lo que me tiene muy susceptible en la actualidad, especialmente cuando el arañazo del cuello sí que se lo ha debido hacer la cuidadora que está al principio de la mañana sola, puesto que Rodrigo me ha dicho con su media lengua que fue con la uña del dedo y que "Ala Alma" y no sólo me lo dijo el jueves sino que el viernes al llegar a casa y darle la pomada para cicatrizarle la herida me lo volvió a repetir, y también me lo dijo el lunes cuando le recogí después de la tutoría.
En ella abordé con más tiempo y calma el asunto con su maestra: le comenté que todas las noches del fin de semana se había despertado con pesadillas y eso era una prueba de que había ocurrido algo que le tenía alterado y que había reaccionado igual cuando la otra cuidadora le hizo una herida en la cara con la hebilla del peto: no rompe a llorar en el momento sino que lo interioriza y luego viene una racha de pesadillas relacionadas con el tema en cuestión.
Ambas convenimos que desde que se había incorporado Alma a la clase, Rodrigo había tenido un cambio de actitud: había pasado de ir corriendo al cole para entra a su clase a retraerse e incluso a llorar desconsoladamente cuando se quedaba. A comer con las manos, cuando siempre lo hacía con los cubiertos. Le costaba dormirse la siesta... Y desde el jueves no quería hacer pis en el orinal y muchísimo menos sentarse en la taza del váter. Ella me decía que todos esos cambios podían ser propios de un periodo de adaptación a la nueva cuidadora, a lo que le respondí que eso sería así si hubiese sido al principio, pero que no era normal que el cambio se produjese cuando esta persona ya llevaba más de un mes en el aula, ni en el caso de un niño tan sociable como Rodrigo. Me dio la razón.
El problema es que el incidente se produjo cuando solo estaba esta persona en el aula y claro no hay forma de saber lo que ocurrió de forma fehaciente. Lo que quedó claro es que Rodrigo no tiene ningún conflicto con ninguno de sus compañeros ni con su maestra titular, con lo que el problema debe de ser Alma.
Indagando cómo se desarrolla la dinámica del aula hasta que llega su profe, me di cuenta de que el arañazo debió de producirse durante la hora del aseo por una cosa que me comentó su maestra: Rodrigo se había sentado en casa en la taza del váter tan contento un par de veces, pero el viernes, cuando le intentó sentar su profe empezó a llorar como un loco con miedo y de forma desconsolada, tanto que ésta decidió no sentarle y me lo comentó alarmada por la actitud. Durante el finde no quería hacer pis ni en el orinal y el lunes aunque se sentaba en el cole tampoco lo hacía. Conclusión: posiblemente Alma le sentó el jueves en la taza, Rodrigo se movió o estuvo a punto de caerse y ésta le lanzó la mano para agarrarle y le produjo el arañazo. Para Rodrigo fue tal la impresión que el viernes no quería verse allí ni atado porque le daba miedo. Su maestra titular me comentó que estaría pendiente de todo para ver cómo iba la cosa.
Rodrigo ha dejado de tener pesadillas y según me decía su padre esta semana la entrada la hacía mejor: no va tan corriendo como antes, pero la cosa se ha calmado algo. De todas maneras hoy he podido acompañarle porque estoy en casa con laringitis y sin voz (me lo ha pegado Rodrigo) y la verdad es que ha entrado en la escuela corriendo y me decía que corriese para llegar a su clase. Cuando hemos entrado, ha salido Alma a recibirnos y Rodrigo ha agachado la cabeza y ha pasado sin mirarla. No quería que me fuese pero después de explicarle que luego iría y que ya es un niño mayor se ha quedado tranquilo en clase. El haber podido ir me ha permitido ver cómo reacciona Rodrigo con su cuidadora y tomar nota de ello, para luego comentárselo a su otra maestra.
Perdonar el rollo, pero tenía que contarlo.
Salud