Una mañana después de una bronca con mi marido, por una chorrada que ya ni recuerdo me miré al espejo y me vi mal, muy mal, ojerosa, sin peinar e irritable, y sobre todo vi una mujer infeliz. Hacía cinco meses que Hugo había nacido y entre bronquitis, despertares y demás situaciones yo no había vuelto a descansar. Pero lo peor de todo no era eso. Era que Hugo tampoco descansaba. No nos engañemos, somos humanos y el sueño es una parte muy importante en nuestra vida. Yo quizás fuera mas floja que nadie pero ya no podía más. Mi hijo me necesitaba, yo necesitaba a mi hijo, pero me necesitaba fuerte y feliz. Y la irritabilidad que produce el no dormir es difícil disimularla y menos ante nuestros hijos que como sabemos lo captan todo. No olvidemos que durante algunos siglos se utilizaba como tortura el no dejar dormir a los reos.
Por desgracia yo no cuento con familiares cercanos, para que se ocupen de mi hijo ni un ratito con lo cual desde que Hugo nació somos dos personas en una.
Bueno como os comentaba después de aquella mañana decidí ponerle remedio a la situación. Analizaría cada gesto de Hugo cada señal, todo lo que me pudiera indicar que tenía sueño. Al fin y al cabo era lo que había estudiado y mi trabajo, pero ahora en vez de aplicarlo al mercado lo aplicaría mi hijo. Me compré todos los libros relacionados con el sueño de los bebes y leí casi todos los post que hay en este foro. Los desgrané, estudié y analicé al dedillo. No me puse una fecha, pero si un objetivo. Hugo y yo dormiríamos y lo conseguiríamos juntos.
Analicé cada libro y cogí de cada uno de ellos lo que se podía adaptar a mi hijo. Incluidos libros de psicología infantil, feng-shui (que ya sabéis que soy una gran amante) cromoterapia, todo, todo lo que me pudiera orientar. Practicamos colecho pero Hugo es asmático y sufre de bronquitis casi crónica con lo cual nos recomendaron que durmiera sólo por higiene ambiental.
Empecé analizando la habitación de mi hijo, quizás estaba muy recargada y la liberé de muchas cosas innecesarias para que la energía fluyera bien. Cambié sus muebles de sitio y orienté el cabezal de la cama al norte, siempre se descansa mucho mejor. Cambié el color de sus sábanas por un color rosa o salmón en cromoterapia el color rosa relaja mucho. De todos es sabido que las grandes cadenas comerciales y sobretodo en el marketing se utiliza mucho los colores para estimular ventas. Compré pijamas de colores cálidos y deseche los que tenía más llamativos para evitar todo aquello que lo pudiera poner nervioso. Puse en el sofá de mi casa una manta para Hugo y otra para mí. Grabé dos Cd´s de nanas para nenes, y puse una copia en el salón y otra en su habitación preparada para las largas noches. En el Leroy Merlin compré una luz de apoyo que así se llama, van conectadas a un enchufe, iluminan poco, gastan poco y son de color verde cuestan sobre unos cinco euros. Compré un muñeco que se llama Kaloo y son especiales para dormir, ese muñeco sólo estaría en la cuna y en el sofá Hugo tendría que relacionarlo con el sueño y el descanso.
Una vez analizadas las zonas de descanso. Tocaba estudiar los horarios de Hugo y sus gestos. Me di cuenta que durante el día cuando Hugo se metía su dedo en la boca era porque tenía hambre o sueño y después de meterse el dedo en la boca a los diez minutos se rascaba los ojos era sueño. Entonces yo rápidamente ponía el CD de nanas lo tumbaba en el sofá con su mantita y yo al lado con la mía le daba su Kaloo y intentábamos relajarnos los dos. A mi me daba igual que la casa estuviera patas arriba o abajo. Era el momento de intentar dormir con Hugo y el veía que mama lo hacía con él y poco a poco conseguí que durante el día se relajara y yo también. Así conseguí que las siestas fueran mas largas. Cuando se había dormido lo metia en su cuna con su muñeco y su música y el seguía durmiendo y tengo que reconocer que muchas veces yo también.
Como ya os he comentado no me puse una fecha pero si un objetivo.
Luego llegaron las noches. Cambié el orden pues me di cuenta que el baño lo relajaba mucho pero la cena lo ponía nervioso pues quería dormir estaba tan relajado y entonces se enfadaba y claro cuando terminaba de cenar estaba super tenso. Entonces hacíamos primero cena, feliz y contento y luego baño calentito, con masaje y muchos besos y caricias.
Durante el día he ido poniendo a ratitos a Hugo en su cuna con todos sus juguetes y sus muñecos lo dejo solito y yo me muevo por la casa cantando, para que el me oiga y sepa que yo estoy ahí que no esta solo y cuando me llamaba o gimoteaba, le digo ya voyyyyyyyyy y voy en seguida, entrando en la habitación con cariño y riéndome y diciéndole que es el mejor, haciéndole juegos como el cucu y cosas así y el se rie y esta encantado, nunca he abusado de los ratitos quiero decir que son cortos de media hora o menos pero a mi me van muy bien y poco a poco le he ido enseñando a mi hijo que la cuna puede ser un lugar de juegos muy divertido.
Por la noche desaparecen sus muñecos de juegos y solo esta Kaloo y su osito.
Cuando llega la hora de dormir después de baño etc… entramos todos en su habitación papa, mama, Hugo, Frodo y Sam que son nuestros dos perros y papa le da un beso y le dice que lo quiere mucho y que buenas noches, y se marchan yo me quedo con el, pongo su cd, su lucecita y le damos las buenas noches a todos sus muñecos, yo le doy muchos besos y abrazos le digo que lo quiero mucho. Lo dejo en su cuna y pongo un calefactor muy flojito para mantener la temperatura de la habitación adecuada hasta que se duerma, pues se mueve mucho y no quiero agobiarme pensando que se va a resfriar. Por supuesto con su cd y su lucecita encendida.
Salgo de su habitación y lo controlo a través de una cámara web que manda la imagen a un monitor chiquitito que llevo a todas partes. El se mueve juega, pero se duerme en seguida como mucho media hora. Si me llama entro. Lo cojo, lo mimo, por supuesto jamás lo dejo llorar. Las noches que se ha puesto a llorar en sus despertares, lo he sacado de la cuna, y me lo he llevado al sofá con su mantita y yo con la mía relajados con el Cd y asi poco a poco hemos ido reduciendo los despertares, a tan solo uno y para comer.
No quiero alargarme mas y eso que ya lo he hecho pero si queréis saber mas cosas no dudéis en preguntarme.
Lo que si que os puedo decir es que Hugo lleva dos meses durmiendo de nueve a una y media mas o menos que me pide su bibi y luego hasta las ocho mas o menos.
Empecé hace tres meses y mi hijo esta relajado y tranquilo y yo feliz, contenta y con las pilas cargadas cada mañana para afrontar un nuevo día lleno de experiencias al lado de mi hijo.
Gracias por leerme y por haberme acompañado en todas estas noches.