El ha rehecho su vida con otra persona (una buena amiga común que siempre lo seguirá siendo) y lo único "raro" que pasa es que cuando quedo yo con mi amiga, él no suele venir porque dice que es una situación un poco rara. Yo casi que se lo agradezco porque no me quedaron muchas ganas de seguir viéndolo.
Cuando me divorcié, aproveché para cambiarlo todo. Cambié de casa, de coche, de ciudad, hasta me permití cambiar casi todo mi vestuario y repartí el que tenía con mis hermanas.
Lo único que mantengo son las amistades. Pocas pero muy buenas.
Apenas hace por ver a su hijo y no será porque yo se lo prohíba. A veces le llamo para que no se le olvide recoger a Sergio, pero ha habido días que el niño se ha quedado esperando al padre una hora o dos, sin poder ir a ver a sus primos o amiguitos, y al final el padre no ha aparecido.
Mi amiga me dice que es que él dice que no le apetece vernos, que no soporta verme a mí y a Segio, por extensión. Ni que fuera yo un demonio o un ogro....
Yo creo que él debe ver a su hijo semanalmente o, como mínimo, cada dos semanas.
¿Alguna ha vivido algo parecido y lo ha solucionado?