Por cierto, sé que os va a resultar raro de creer, pero vimos al pequeñajo reírse y ha sido una de las experiencias más alucinates de mi vida. Le estabamos mirando la carita cuando dijo mi marido "tiene los mismos morritos que yo" (por cierto, una verdad como un templo) y cuando todos nos reímos, el peque tb se rió. Se vio perfectamente el gesto de la risa. Sölo nos faltó oír la carcajada. No puedo ni describir la sensación. Precioso precioso.
Pues eso, que ahí vamos.