No estoy cansada, ni me duele nada, pero tengo como
una especie de pena por dentro, no sé lo queés,
una congoja, que no me deja, solo tengo ganas de llorar.
Sara ha preparado su regalo para su papi, y la verdad
que estos días me acuerdo mucho del mio, tengo que ir
al cementerio y no me veo con fuerzas, no puedo llegar y
pensar que mi padre está ahí, y todo esto hace que le de
muchas vueltas a la cabeza.
Entre esto y el viento que hace, que me pone mala, y la
primavera, que aunque la sangre altera, también alera el
coco.
En fín, a ver si pasan estos días, besos