Se había levantado y en el segundo que tardé en abrazar a Selena se fue corriendo hasta donde la encontré.
Ay que tembleque me entró en las piernas pensando que se podía haber ido del parque, a la carretera o que alguien se la pudiera llevar.
Desde luego ya no me voy a fiar ni un pelo, si tengo que atender a Selena sentaré a Casandra en la sillita (aunque proteste), a no ser que esté alguna madre que conozca y le pueda pedir que me la vigile.
este terremoto de hija se me quiere indepedizar muy pronto y no gano para sustos con ella.