- Jue, 19 Mar 2009, 20:15
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LAS RABIETAS
Las rabietas son fuertes tormentas de sentimientos. Generalmente, ocurren porque el cerebro superior de los niños no está lo bastante desarrollado para afrontar las emociones fuertes de manera más aceptable socialmente. Como veremos, muchas rabietas son resultado de un auténtico dolor emocional, que debemos tomar en serio: el dolor de la impotencia, de la frustración profunda, de la pérdida, de la decepción o de sentirse incomprendido. Son pocas las rabietas que vienen motivadas por el deseo de controlar a los padres.
Debido a su intensidad, las rabietas no solo asustan al propio niño sino que provocan en los padres sentimientos de impotencia, ineptitud, agobio o la sensación de estallar. Esto es cierto cuando las emociones intensas de los padres no recibieron la respuesta adecuada cuando eran niños. Controlar los sentimientos propios mientrar dura la rabieta de un niño puede ser todo un arte. Es vital que la situación no se convierta en un asunto de ganadores y perdedores sino que el adulto mantenga la calma y piense en formas de afrontar los sentimientos del niño.
Datos:
- El conflicto con los padres por comer y la comida dan cuenta del 17% de las rabietas de los muy pequeños. Las razones son complejas (detalles en otro capítulo, si a alguna le interesa el tema en particular avise y lo cito).
- Estar atado al asiento del cohe o una silla puede activar el sistema de IRA del serebro inferior, y esa es la causa del 11% de las rabietas.
- La ropa limita los moviemientos de niño, como lo hace la colocación en el cochecillo, y a eso corresponde el 11% de las rabietas.
¿Por qué las rabietas son importantes?
La regulación emocional de los sentimientos del niño durante esa tormenta de emociones, le permite establecer conexiones cerebrales esenciales para el control del estrés y la confianza en sí mismo cuando sea mayor.
Es posible que el niño demasiado bueno, que nunca tiene rabietas, haya aprendido muy pronto que, cuando expresa sentimientos desbordantes, recibe de los padres una respuesta espantosa y el precio del amor y de la aprobación de sus mayores es la obediencia total. Esto podría significar que cuando se enfrentase a la frustración en la vida adulta, respondería con estallidos de ira y con incertidumbre.
No todas las rabietas son un pulso de poder
Muchas nacen de un auténtico dolor emocional. Es un error pensar que la rabia siempre tiene que ver con el control. Algunas rabias contienen un dolor terrible, como, por ejemplo, la frustración de no conseguir que los amados padres comprendan algo sumamente importante para el niño.
Cuando te enfrentas a un conflicto potencial, piensa si vale la pena empezar una pelea
Imagínate que tienes dos años y que las personas de tu entorno controlan absolutamente todo lo que haces. ¿No te enfadarías? Piensa qué temas merecen una pelea )los comportamientos peligrosos, por ejemplo) y cuándo vale la pena dar un poco de rienda suelta a tu hijo.
Hay dos tipos de rabietas
Llamo a primer tipo "rabieta de angustia" y al segundo, "rabieta del pequeño Nerón". Es importante tener en cuenta lo que sucede en el cerebro de tu hijo durante ellas, porque precisan respuestas específicas. Las rabietas del pequeño Nerón requieren que te apartes del niño, las de angustia, que te acerques a él para reconfortarlo y tranquilizarlo.
LAS RABIETAS DE ANGUSTIA
Su estallido significa que ha sido activado uno de los tres sistemas de alarma del cerebro inferior el niño. Se trata de los sistemas de IRA, el MIEDO, y la ANGUSTIA DE SEPARACIÓN. Como resultado, el sistema de excitación del niño queda totalmente desconpensado y niveles excesivamente altos de sustancias estresantes recorren su cuerpo y su cerebro.
Las rabietas de angustia se producen porque aún no se han desarrollado en el cerebro del niño conexiones neuronales esenciales. Como padres, nuestro papel es consolar a nuestros hijos mientras su cuerpo y cerebro suefren estas enormes tormentas. Si nos enfadamos con los pequeños por tener una rabieta de angustia, es probable que dejen de llorar aunque esto significaría que se ha activado el sistema del MIEDO en su cerebro, reprimiendo su sistema de ANGUSTIA DE SEPARACIÓN. O, simplemente, seguirán llorando en silencio, y el nivel de cortisol, la sustancia química estresante, permanecerá muy alto. La angustia que no recibe consuelo inunda el cerebro infantil con niveles tóxicos de hormonas estresantes.
Los niños afligidos no pueden hablar ni escuchar
Las dramáticas alteraciones que las rabietas de angustia causan en el cuerpo y el cerebro del niño suspenden sus funciones reflexivas y los centros verbales del cerebro superior. Así que intentar hablar con un niño mientras dura la rabieta de angustia, o esperar que él nos hable de sus sentimientos, es pérdida de tiempo. Lo único que puede hacer es descargar emociones.
Hay que tratar con delicadeza estas rabietas
Se debe tomar en serior las rabietas de angustia y responder con compresión y sensibilidad al dolor. Así, el niño podrá desarrollar sistemas vitales para la regulación del estrés. Enfadarse repetidamente con la angustia genueina del niño significaría que este nunca llegue a desarrollar mecanismos inhibidores en su cerebro superior. Imaginemos a un hombre que pierde la paciecia fácilmente en los restaurantes, o que da patadas a la máquina expendedora que no funciona bien. Es posible que en su infancia no recibiera una crianza que le ayudara a controlar la rabia.
Cuando le niño subre una rabieta de angustia, el dolor se refleja en su cara. El niño de dos años que se returce en el suelo de la tienda porque quiere unos zapatos que no son de su talla, sufre emocionalmente. Se disparado uno de los sistemas de alarma de su cerecro, las hormonas y sustancias químicas estresantes inundan su cuerpo, y se siente terriblemente mal. Necesita que le consuelen.
"Ayúdame a superar esto"
Si el niño sufre una rabieta de angustia, necesitará tu ayuda para tranquilizarse. Si lo abrazas, su sistema maduro de excitación corporal ayudará a calmar el suyo, todavía inmaduro.
Háblale suavemente, con palabras simples y consoladoras. El niño empezara a sentirse a salvo cuando se dé cuenta de que lo puedes ayudar a afrontar sus emociones desbordantes. Esto evitará que se enfade o se aparte de ti.
Cuando esté mejor intenta distraerlo con algo divertido, con un juguete o algo interesante que está sucediendo cerca de vosotros.
La regulación de la angustia infantil es una tarea crucial para todos los padres, maestros y canguros.
Ayudándole a afrontar sus intensos sentimientos de ira, frustración o angustia contribuimos a que el niño desarrolle conexiones cerebrales que le permitirán calmarse en situaciones de estrés. Si no respondemos a las rabietas de angustia y adoptamos una actitud uniforme ante cualquier rabieta, perdemos la oportunidad vital de esculpir el cerebro del niño de una forma positiva. Los niños se sienten muy reconfortados cuando descubren que los adultos pueden almar y entender las tormentas volcánicas que sacuden sus cuerpo y cerebros. Pero se trastornan mucho cuando, ante su terrible dolor emocional, mamá se enfada o le deja sólo.
¿Cómo tratar las rabietas de angustia?
Cuando TU hijo sufre una rabieta de angustia tu papel consiste en ofrecerle una sensación de confianza y seguridad. Las siguientes técnicas ayudan a calmar a los pequeños.
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Recurre a acciones simples y tranquilas u ofrécele una elección sencilla. Por ejemplo, si el niño está trastornado por tener que vestirse (elegir la ropa que se va a poner).
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La distracción es una técnica fabulosa y poco aprovechada. Activa el sistema de BÚSQUEDA del cerebro inferior del niño y le despierta la curiosidad y el interés en algo. Se impone por naturaleza a los sistemas de IRA o de ANGUSTIA. También libera elevados niveles de dopamina, una importante sustancia química de excitación positiva del cerebro, que reduce el estrés y produce interés y motivación.
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Abraza a tu hijo con ternura. A veces, es de gran ayuda abrazar a un niño angustiado, siempre que la madre está tranquila y se controle a sí misma. La cercanía de tu cuerpo tranquilo devolverá el equilibrio a sus sobrexcitados sistemas de alarma corporal y cerebral, y estimulara la secreción de oxitocita y opioides, sustancias calmantes naturales. Usa palabras sencillas: "Esta bien, está bien". Si además del sistema de angustia, se ha activado el sistema de la IRA del niño y empieza a tirar cosas, a dar golpes o a morder deberás utilizar la técnica del abrazo apropiada (en otra sección, si les interesa me avisan).
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En ocasiones, basta sentarse tranquilamente junto al niño y hablarle con voz suave para que se sienta seguro y contenido. Algunos niños prefieren esto a un abrazo, ya que les deja libertad de movimiento.
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Evita usar técnica de "tiempo muerto" frente a una rabieta de angustia. Si tu mejor amiga estuviera llorando y retorciéndose por el suelo, no la dejarías sola ni la mandarías a otra habitación; tampoco es apropiada para los niños. El tiempo muerto significaría también la pérdida de una oportunidad vital para la regulación del estrés y de la angustia, y para el establecimiento de eficaces sistemas de control del estés en el cerebro infantil.
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No encierres al niño en una habitación durante una rabieta de angustia. Aunque deje de llorar en voz alta, seguirá llorando en su interior, hecho aún más preocupante, según demuestran las investigaciones. Mientras que el llanto en voz alta es un grito de auxilio, el llanto interior es señar de que el niño ha perdido la fe en cualquier ayuda. Algunas veces, está trágica pérdida de fe dura toda la vida.
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Recuerda que la angustia de tu hijo es auténtica. El niño de dos años que chilla por que su hermano le ha quietado el cochecito de juguete no pretende hacer una escena. Los estudios demuestra que la sensación de pérdida activa los centros de dolor del cerebro y causa una angustiosa fata de opioides. Los niños pequeños llevan pocos años en este mundo y no tienen una perspectiva clara de la vida. Los adultos tenemos un bagaje de acontecimientos y experiencias que nos dicen que la pérdida de un juguete no es un hecho grave. Si castigamos repetidamente al niño por sus rabietas de angustia, la lección aprendida será esta: "Mamá no entiende mi dolor ni puede ayudarme". Como resultado, podría reprimir sus sentimientos de aflicción porque le causan problemas. Esto tiene consecuencias en la forma en que se enfrenta a sus sentimientos siendo adulto.
Si la distraigo con un juego, ¿acaso la malcrío y siembro el terreno para nuevas rabietas?[b]
Jugar a dar palmadas o cantar una cación son recursos muy buenos para distraer a un niño a punto de tener una rabieta. Los estudios demuestran que la distración da buenos resultados en esta fase. mientras que no suele funcionar cuando el niño ya está en plena rabieta.
Usar la distracción para evitar la rabieta no significa malcriar a tu hijo. Los pequeños no tienen la perspectiva adulta de la vida y no poder tener o hacer algo que desean puede sedencadenar una gran reacción de angustia. Las rabietas no son travesuras, son resultado de la inmadurez. Los padres debemos recurrir a la compasión y la comprensión para ayudar a nuestros hijos a hacer frente a sus sentimientos.[/list]