En Octubre del año pasado, después de trabajar durante diez años en la misma empresa en la que había subido hasta jefe de equipo, decidí dejarla para formar parte de un proyecto con unos amigos en la localidad donde vivo para poder pasar más tiempo con mi familia.
Las cosas nos están yendo bastante mal, llevo tres meses sin cobrar y el panorama pinta bastante negro, pero no me arrepiento de nada, porque mi vida personal ha mejorado radicalmente.
Ahora muchas mañanas cuando me despierto, Keira también se despierta y desayunamos juntos. Voy a comer a casa de mis padres o de mi suegra, depende del día, y allí está ella esperándome con una sonrisa en la cara y me da tiempo hasta a dormirla para la siesta. Llego a casa del trabajo a las 6:15 o 6:30 y puedo estar el resto de la tarde con ella. Los días que mis padres o mi suegra no se pueden quedar con ella, no voy a trabajar y no tengo que dar explicaciones a nadie.
En resumen, he ganado una vida de calidad al lado de mi familia, el riesgo es bastante grande y sé que si este negocio no tira adelante tendré que volver a mi vida anterior, trabajar en Barcelona, dos horas de ida y vuelta, empezar de nuevo en una nueva empresa o intentar volver a la anterior, de la que salí muy bien. Pero el riesgo merece la pena, porque si no lo hacía ahora, no lo haría nunca.
Y si todo sale mal, pues que me quiten lo bailado, todos estos meses que estoy disfrutando de un trabajo con el que realmente puedo compaginar mi vida personal.
Espero no defraudar a nadie con mis novedades pero os aseguro que a mí me llenan de felicidad .