20:15, ya está todo listo para acostar a los enanos. Paulo (casi 3 años) se empeña en acostarse con Adriano (14 meses) y conmigo en nuestra cama. Adriano duerme en una cama adosada a la mía, a la de matrimonio. Bueno, últimamente Paulo se está queriendo acostar con nosotros bastantes días, y aunque les cuesta mucho más dormirse así, creo que le ayuda a superar celillos que está sufriendo últimamente... así que accedo.
Los tres en la cama, yo en medio, claro. Paulo no para de dar vueltas, cual croqueta. Me voy poniendo nerviosa (llevan unos días terribles, de celos, llantos, peleas... y yo con miguillas de paciencia sólo ya), Adriano llora, se cabrea porque le ofrezco el chupete (ya ha mamado y no quiere más teta). Total, que uno llorando cabreado, que menudo genio tiene el enano, y el otro venga a dar vueltas, mientras yo le regaño.
Mi marido, que hoy debía de andar sensible por suerte, viene y coge a Adriano. Le calma paseándole en brazos por el pasillo, a oscuras, y le trae de nuevo a la cama. Pero se echa a llorar de nuevo. Y Paulo venga a dar vueltas. Ahí, antes de explotar, digo tajantemente: Pulo, venga, vamos a tu cama que mamá va contigo. (Queriendo acabar con el festejo de una vez, viendo que hoy no daba resultado ese método de todos juntos).
Se piensa que le etoy echando la bronca y se echa a llorar desconsolado. le explico que no estoy enfadada con él, que es solo para que se puedan dormir, porque está muy difícil hoy dormirse todos juntos porque Adriano está llorando y así no se puede dormir ninguno. Pero nada, el llanto ya no cesa, y está cabreado conmigo.
Etamos ya juntos en su cama pero llama a papi (que se quedó con Adriano en la cama grande) dsconsolado, como si yo fuera la bruja mala, vamos. me intento acercar a él y me grita horrorizado "no me toqueeeeeeeeeees, no me hablesssssssss, veteeeeeeeee, ¡papiiiiiiiiiii!". Total, que no puedo ni explicarle que mamá no está enfadada, que sólo quiero quedarme tranquilita ahí con él, bien agustito, porque no me deja ni hablar, ni me escucha. Sólo grita. Está histérico, y como no para de decirme que me vaya, pue me largo, dolida y enfadada, lo reconozco.
Entonces Kleber (mi marido) le llama y el niño vuelve a la cama grabde con papá y Adriano. Pero ahí Adriano empieza a llorar de nuevo. Tras un ratín calmándome entro de nuevo y me tumbo al lado de Adriano. le doy teta de nuevo, toma poquita y se queda relativamente tranquilo. As´que ahí estamos, Adriano, yo, Kleber y Paulo (por ese orden), en la cama. Todos en estrés y compañía.
Al ver que Adriano se relaja, Kleber le dice bajito a Paulo que si quiere que se vayan juntos a su cama mejor, paulo dice que sí, se van para allá y Adriano se duerme en 5 minutos después de eso (45 minutos desupés de haber empezado el jolgorio).
Paulo sigue ahí metido con kleber, hace ya más de una hora y cuarto...
¿Qué ha fallado? ¿Debería haberle dicho desde el principio que en la cama todos juntos no, que no se duerme ni san Pedro? lo cierto es que cuando se viene con nosotros a dormirse en la cama grande es un estrés. Él sólo se preocupa de lo que hace Adriano. Adriano no se relaja nada, y no para de dar vueltas y parlotear, por lo que Paulo no se dyuerme tampoco. Yo me voy poniendo nerviosa... Y tardan el triple. Para que no estén pendientes el uno del otro opto por cerrar a cal canto y no dejar ni un pquito de luz. así no se ven el uno al otro y se duermen, pero no les gusta esta completamente a oscuras, así que más protestas y llantos.
Por otro lado, Paulo está pasando unos días tan horribles de celos, me da pena decirle que no. Además, decirle que no no implica que no me quede con él también para dormir, sólo es que van por turnos, primero uno y luego el otro u mientras voy con él mi marido se queda con él.Es decir, solito no está en ningún momento...
¿Les volvemos locos con esto o, por el contrario, les demuestra que somos flexibles y que no pasa nada si algún día quiere cmbiar de cama?
Es que yo ya dudo de todo, de verdad... ¿QUé hago con mi vidaaaaaaaaaaaaaaa? me tienen de loca... No sabeis cuánto me arrepiento de haberlos tenido tan seguidos, y mirad que fue a propósito. ¡¡Lo que hace la ignorancia!!
Ahora no me puedo dedicar a ninguno con la dedicación que me gustaría, el hecho de que haya otro siempre implica peleas, desánimos, lucha de cariños... es un estrés, de verdad. Tantas veces pienso "ójala pudiera dedicarme ahora 100% y tranquilamente a éste o al otro, que lo está necesitando tanto..." pero no, porque el otro se siente menos y reclama más. Es un juego continuo, una presión constante para nivelar las atenciones de uno y otro, detectando si uno está necesitando más en esa ocasión... Y siempre tratando de hacerles sentir bien, viendo que eso NUNCA ocurre, porque siempre se quejan.
Bueno, esto último no habla del dormir, pero necesitaba soltarlo, estoy viviendo unos días dificilísimos en ese sentido, y ahora que estoy solita aquí en Brasil, si mi mamá del alma que tanto me ayudaba, lo noto mucho.
Besos y gracias por estar ahí siempre...
Elena.