Os paso a contar lo que me ha pasado estas Navidades.
La familia de mi marido vive en una ciudad diferente a la nuestra es decir a unos 550 km de distancia de donde nosotros residimos (afortunadamente).
Mi marido tiene 4 hermanos dos chicas y un chico mas, cada uno con su carrera e incluso alguno con dos, y claro eso ante los ojos de mi suegra es una cosa maravillosa que la llena de orgullo y es lógico. Lo que ya no es tan lógico es que por tener estudios estén por encima de todo ser viviente, en fin. Os cuento.
Por motivos del viaje, mi hijo Hugo que normalmente duerme estupendamente, pero tambien tiene sus noches malas, pues decidió despertarse mas de la cuenta, y claro al despertarse mas de la cuenta mami, osea yo, ha estado mas tiempo con el en bracitos y tal. Cosa que como os podeis imaginar suscitó todo tipo de comentarios sobre la educación que nosotros le estábamos dando al niño. Comentarios que eran realizados por mis cuñadas/os los cuales no tienen hijos, ni pretensiones de tenerlos, pues su vida es muy cómoda, pero claro si estudios y eso les da licencia para decir todo lo que se les viene en gana, he oido todo tipo de comentarios desde: "este niño necesita disciplina" "ahora pide brazos, luego pedirá una moto y como no se la des quien sabe lo que hará" bueno imaginaros la tensión.
El día de nochebuena, mi regalo de Papa Noel, fué el famoso libro del señor Estivill, que según mi cuñada que es antropóloga es el mejor tratado para el descanso de los niños que se a escrito.
Os podeis imaginar mi cara, lo cierto es que no lo había leido, pero si que sabía de que iba y si que habia leido retazos pero como no me interesaba lo mas mínimo lo que decía pues ni me lo leí.
En fín que empezé a leerlo por la curiosidad. Y madre mía hay cosas que me han dejado muy alucinada, parece ser que como mi hijo se despierta todas las noches a las tres de la mañana, y me pide su teta es un manipulador tremendo que lo únio que quiere es jorobarme a mi y a su padre.
En fin no os voy a contar nada que no sepais.
Yo fui una niña con mucho miedos nocturnos y recuerdo esa etapa de mi vida con mucha angustia, me importa tres narices que el señor Estivill opine que yo era una manipuladora, que lo único que queria era fastidiar a mi madre, yo sé que sentía miedo un miedo atroz y tambien sé que por mucho que lo diga el señor Estivill mi hijo jamás pasará la angustia que yo pasaba de pequeñita por la noches.
Es cierto que tiene cosas interesante cosas que por otro lado ya sabemos el tema de los horarios y tal, pero lo demás me parece de una falta de sensibilidad y afecto terrible.
Voy a seguir besando a mi hijo a las tres de la mañana cuando se despiert e y las seis y a todas horas. Todos los besos que yo le dé ahora harán de él un hombre cariñoso y feliz el día de mañana. Prefiero que sea feliz y cariñoso a ordenado y frio.
Mi hijo siempre tendrá a sus padres cerca para ayudarle a superarlo todo con amor y cariño, no con manuales, el amor lo puede todo, incluso que conseguir que duerma del tirón.
Mucho ánimo a todas/os y un beso