- Mar, 20 Ene 2009, 10:20
#305398
Bueno, esta respuesta comenzó ayer, en borrador, y aquí seguimos…..Quiero decir tantas cosas y en realidad ninguna es nueva, todas las habéis aportado ya…. Supongo que a estas alturas pensareis que estoy mareando la perdiz, pero bueno, es que ya lo tengo casi casi listo jajajajaja.
Sigo este post con mucho interés. La mayoría de vosotras tenéis hijos más mayores y contar con vuestra experiencia es de gran ayuda. Me permite tomar nota de lo que irá llegando y tener por tanto más recursos para ese momento. Y os lo digo de corazón.
Creo que todas hablamos básicamente de lo mismo, de verdad: Llamadlos limites, normas, reglas…. Todas tenemos, llamémosle una lista de “noes” para nuestros hijos. Y precisamente el carácter y la edad del peque, pero también nuestro carácter creo yo, hacen que lo que varíe sean los recursos de los que disponemos para explicarles que algo no se debe hacer, para negociar, para proponer un trato, etc. También opino que existen unos “limites universales”, los que afectan a la seguridad, a la salud, a los principios éticos…. No se tocan enchufes, no se pega, no se cruza la calle sin mirar…. Y existen unos límites más personales, aquellos que son más tuyos, pactados en casa, en el ambiente familiar, coherentes y consecuentes con nuestra propia forma de vivir y sentir.
Si me adelanto un poco en el tiempo y me imagino qué haría yo en una de las escenas que describen Peren o Angmar, puesto que Nicolás es más bien movidillo y muy dado a ignorarte cuando le llamas, creo que llegaré a pensar, como dice Angmar, que me está poniendo a prueba, que me entiende perfectamente y que es su forma de estirar para ver hasta dónde llega mamá. Y será una pregunta basada en una duda, en una sensación.
Me parece importante resaltar que es cierto que cada niño tiene su carácter pero es que en nuestro caso, como madres, también tenemos cada una nuestro carácter. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que ante un mismo hecho, creo que ninguna de nosotras reaccionará igual. Ejemplo, yo soy muy nerviosa y aunque he leído mil veces que no hay que repetirles “no” demasiadas veces seguidas, a mi se me escapan una retahíla de “noes” que pueden llegar a diez en décimas de segundo…..Otras veces aunque sé que debo explicarle el motivo de mi no, me limito a decirle no y punto, ¿por qué? pues porque en ese momento me preocupa más que se haga daño, o porque va más rápido mi lengua que mi cabeza…. No sé si consigo explicarme.
En resumen, ¿Hasta donde debemos llegar? Pues os sonará a filosofada vacía pero creo q es sencillo, hasta donde creamos que debemos llegar, hasta donde queramos llegar. ¿Tácticas? Muchas y variadas, tantas como madres e hijos. ¿La mejor? Obvio, la que te funciona.
Conforme más leo el borrador más veo que no aporto nada y me enrollo como las persianas….. cachis!!!
Miss Maléfica dixit.
"Gigoló" (vividora) de la maternidad
¡Va por Queli!
Yo de mayor quiero ser.... EMPODERANTE
¡Va por Lolilolo!