Adrián siempre ha tenido muchas dificualtades para conciliar el sueño y mantenerlo, tanto por las noches como para las siestas. Siempre he definido la relación de mi hijo con el sueño como una lucha por evitar quedarse dormido.
Desde que aceptó el colecho a los 18 meses, nuestras noches mejoraron sustancialmente porque sus despertares se redujeron y eran bastante más llevaderos. Con abrazarle y ofrecerle la teta concilia el sueño muy rápido.
Todavía se sigue despertando unas tres veces cada noche, pero son microdespertares y con el colecho casi no me entero. Pero el cambio sustancial que he notado en él es que ahora disfruta durmiendo; antes se dormía de agotamiento, cuando ya no podía resistirse más, pero ahora se nota que está a gusto y relajado en la cama.
El otro día, casi con tres años, se durmió a las 20:30 (no había dormido siesta) y se despertó definitivamente a las 10:45!!! de la mañana. Mi chico y yo no nos lo podíamos creer, desde que nació nunca había dormido tanto. Pensamos que habría sido algo pasajero, pero a la mañana siguiente tuvimos que despertarlo a las 10:00 porque habíamos quedado, que si no se hubiese despertado más tarde. Ayer, lunes, cuando fua a despertarlo su padre para ir al cole, le dijo que bajara la persina que quería dormir más .
Así que parece que la racha sigue. De verdad, chicas, para nosotros es un gran avance que nuestro hijo no se levante de la cama como un resorte antes de salir el sol como ha estado haciendo desde que nació. Ahora parece que ha descubierto el placer de dormir, y ya era hora porque sus papis lo llevamos en los genes .
No quiero cantar victoria, pero estos pequeños avances hay que disfrutarlos y compartirlos con todos vosotr@s.
Ya falta menos para que algún día podais contar lo mismo.
Un beso