Pues bien, hace 10 días más o menos que no es así. Hace diez días que soy capaz de hacer algo de la casa tranquilamente y que ella esté jugando en el salón tan tranquila con sus cosas. Es más, si me asomo para comprobar qué está haciendo, me dice que me vaya, que está jugando.
Y la verdad, chicas, es que por ahora no lo echo de menos porque estaba cansada de verdad de tener que hacerlo todo a la carrera, de no poder desconectar ni un minuto, etc.
Sé que sigue siendo extremadamente dependiente en todo lo demás, pero si al menos me regala 20 minutillos al día para mí solita, con ello me doy por satisfecha.
Poco a poco...