Antes de que fuera madre, nunca nadie vomitó encima mia, nadie cago o meó encima mía. Estaba en plena facultad de mis fuerzas mentales. Dormía todas las noches.
Antes de que fuera madre, nunca tuve que sostener a un niño llorando para que médico pudieran examinarle, o darle una inyección. Nunca había mirado a una cara llena de lágrimas y después llorado yo misma. Nunca fui tan feliz por una simple sonrisa. Nunca estaba sentada a altas horas de la noche para mirar a mi bebe dormir.
Antes de que fuera madre, nunca sostuve a un bebe en mis brazos al que no quería poner en su cuna. No conocía la sensación que mi corazón se rompiera en mil pedazos si no puedo parar su dolor. No sabía que algo tan pequeño pudiera influir en mi vida tan fuertemente. No sabía que pudiera querer tanto a alguien. No sabía cuánto me encantería ser madre.
Antes de que fuera madre, no conocía la sensación cuando mi corazón está fuera de mi cuerpo. No sabía que bonita sensación es darle de comer a un bebé hambriento. No conocía estos bandos entre madre e hijo. No sabía que por algo tan pequeño pudiese sentirme tan importante y feliz.
Antes de que fuera madre, nunca me levantaba cada diez minutos para comprobar si todo está bien. No conocía el calor, la alegría, el amor, el dolor de corazón, el asombro y la satisfacción de ser madre. No sabía que fuera capaz de sentir tanto antes de que fuera madre.
Y piensa que: Detrás de cada madre exitosa, hay.... ¡una cesta con ropa sucia!