- Jue, 20 Abr 2006, 06:16
#29455
Creo que esas mismas mamis pasotas y esos nenes un poquito trastos los hay en todos los parques.
Os cuento:
Tani es (o era) una niña muy generosa, hace cosa de un mes, fuimos al parque y se empeñó en llevar la nenuco con su moto, a mí no me gustaba mucho la idea, porque me daba miedo de que se la rompieran, y me dijo: mami, tengo que llevarla, y si me la piden, se la dejo, hay que compartir mami.
ups, yo dije, pues vamos, para decirle que no.
En fin, cuando llegamos al parque, dos niñas que eran hermanas se acercaron corriendo y se la pidieron, Tani se la dejó y ella se puso a subirse al tobogán.
Una de las niñas tendría 4 añitos y la otra 1,5 +o-. Al cabo de un rato, veo que la mayor se ha subido al tobogán con la moto y va y tira la moto por el tobogán. No me dió tiempo de llegar y cuando la pude alcanzar la moto, ya no era moto, se le había roto un cestito que traía y se habia desencajado las ruedas.
Le saqué la moto inmediatamente y le dije, no se tiran estas cositas, ¿no ves que rompen? tu ya eres mayorcita, y mientras la madre, sentada en un banco y miró para nosotras y vió como caía la moto y ni se inmutó, allí siguió de chachara.
Yo no sabría como pedir perdón.
El caso es que cuando intento recuperar la nenuco, veo que la tiene la pequeñita y que no me la quiere devolver.
Le insisto y nada me escapa, y mientras la madre, viendo todo y cotilleando, pero sin levantar el culo.
Al final, como quería irme, le tuve que volver a pedir que me la diera y no quería, yo miré para la madre, a ver si me entendía, y se levantó toda de malas, y le sacó la muñeca a la hija con malas formas y me la dió con peores formas, susurrando, hay que ver como son algunas madres.
Casi la como, pero decidí controlarme, porque Tani estaba atenta a todo.
Y volvimos a casa con la moto rota y la muñeca toda sucia, y la pobre Tani toda triste.
El caso es que desde entonces a los niños habituales del parque no tiene problema en dejarles sus juguetes, pero como el niño sea nuevo o no lo conozca en un primer momento no se fía y no se lo deja, pero después se lo acaba dejando.
En fin, que alucinante, el pasotismo, el ver que su hija mayor, destrozó la moto y ni disculpas pidió y ver que la pequeña escapa con la muñeca y no me la quería dar. Que la tuvo por la tierra, le mojó el pelo con una botellita de agua, ....