¿Sabeis que ha sido lo más "light" que me han dicho? Pues unos padres de mellizos, que me caen bastante bien, me explicaron que no varían ni un ápice la rutina cada día, y que el papá les canta algunas canciones hasta que caen de puro aburrimiento. Que cuando dice "es la última", lo sigue a rajatabla y se va del cuarto. Dicen que tardan en dormirse entre 10 y 15 minutos y que nunca les dejan llorar, aunque "lloriquear sí".
Lo más habitual han sido comentarios tipo: "nunca he tenido problemas para que se duerman, siempre les he dajado muy claro que cuando hay que dormir, hay que dormir y punto". Es la tónica general, algunos así de crudos, otros más sueves, pero por ahí han ido todos los tiros. Y más de uno me ha mencionado a Estivill como referencia, como "el salvador" de sus noches. Aunque cuando yo les decía "es que le tengo una manía al Estivill... me niego a aplicarles este método y dejarles llorar", ahí me respondían cosas tipo: "hombre, a ver, tampoco lo he aplicado nunca al pie de la letra, entraba en el cuarto a menudo a decirle "venga cariño, que hay que dormirse" y la verdad es que en tres días no tuve más problema. Y con los siguiente ya no me ha pillado el toro, por supuesto. Me ha ido fenomenal".
Lo más curioso es que la gran mayoría de ellos son papás y mamás que yo consideraba cariñosos y respetuosos en el resto de comportamientos hacia sus hijos. Lo digo porque les veo, comparto ratitos de parque... y son papás implicados, cariñosos. Y cuando empecé con esta especie de "encuesta" personal me llevé unos chascos... hasta que me di cuenta de que la rara soy yo.
¿Me estaré pasando de utópica? Me siento un poco tonta, cuando me cuentan lo bien que les va y me miran con cara de pensar lo pánfila que soy que me tiro hasta tres horas día tras día durmiendo niños. De hecho soy la única que busca soluciones desesperada. Parece que los demás tienen más que resuelta la papeleta.
Tanto me preocupé al principio con las primeras respuestas que me daban que he llegado a llevarle el libro de Rosa Jové a la directora (su proyecto educativo es realmente respetuoso con los niños, y en ese sentido me siento muy agusto con la escuelita), proponiéndole repartir fotocopias de la parte donde habla de los peligros de aplicar los métodos tipo Estivill. Porque me pareció brutal que todo el mundo lo aplique, de una manera u otra. Y como me parecen padres y madres cariñosos, creo que si lo han aplicdo ha sido por desconocimiento del daño que puede causar, y que si tuviern esta información quizá cambiarían de opinión... ¿O de nuevo soy una utópica? Por lo menos la directora ha acogido la iniciativa con entusiasmo y se ha llevado el libro este fin de semana para echarle una ojeada.
En fin, no sé, da que pensar...