Ya le ocurría a finales del pasado curso en la guarde. En la 'pandilla', había un niño encantador, pero de estos que se dedican a 'cascar', le pilló ese punto débil y estuvo bastante tiempo metiéndose con ella y diciendo que ella no jujaba, que no quería nada con ella... esas cosas. Acababa incluso arrastrando a su amiga del alma en esa actitud, y todos reían ante su confusión. Como no tenía forma de solventar el tema y nadie cortaba esa actitud en los niños, acabé separándome de la pandilla.
Lo noté mucho en su comportamiento, desde entonces estuvo mucho más relajada...
Pero ahora vuelta a empezar. Ha coincidido con su prima del alma -misma edad- en el colegio. Se adoran, tendríais que ver los gritos dd alegría cuando se ven... pero últimamente la prima también le hace esos desplantes. Ya había visto alguna que otra actitud parecida, pero el otro día me contó muy apenada que la prima, al ir ella a buscarla en el patio, le gritó: 'déjame, pero no ves que estoy jugando con mis amigas?'. Yo misma le oí repetirselo al día siguiente. La confusión de mi hija me partió el corazón.
Sé que son cosas de críos, de hecho son frases -y actitudes- que oyen y luego repiten, pero ¿cómo puedo hacer para que no le afecten de esa manera? Sí, le cuento que hay muchas niñas y niños en el cole, que ella tiene muchos amigos -la van llamando incluso a gritos al salir del cole-, que puede jugar con un montón de niños... y esta última vez me respondió : -Sí, pero luego fui a buscar a xxx para jugar con ella y no me oyó. - ¿Y qué hiciste luego entonces? -Me puse a jugar con mis otros amigos -Cuáles? -mis amigos, los que no se ven! (este mes son Fernando Alonso, en príncipe don Ramiro y Dandini, su criado)...
Es una niña muy inteligente, muchísimo, y muy madura para su edad, muchísimo. Muy cariñosa. Adora a sus abuelos, a sus primos, a su profesora, a su amiga del alma por muy mal que se porte con ella. El año pasado lo que ocurría es que ella jugaba a juegos muy distintos del resto de niños, jugaba a juegos de representación, de imitación, montaba historias. Los demás se dedicaban a pelearse por lo cochecitos para moverlos solos en vez de montar carreras o historietas como hacía ella. Pero ahora en el cole de mayores hay muchos niños tan desarrollados como ella, juegan a estos juegos más sociales, ella me lo cuenta. Pero no siempre...
Quizá estoy exagerando un poco, o muy probablemente estoy proyectando en ella mis propios miedos. Cuando era pequeña no me interesaban las mismas cosas que a los demás. Y sigue siendo así, pero he aprendido algunas cosas para sentirme integrada. Ella no puede compartir con los niños de su edad -ni con los mayores, de paso- su entusiasmo reciente por la ópera, o lo genial que fue encontrarse con el ciego y el lazarillo de tormes en pleno festival medieval, cuyos 'cuentos' su padre había estado leyéndole por la noche. Claro, también le gustan las cosas que le gustan a los demás niños, pero me pregunto si los amiguitos no perciben esas otras cosas 'raras' que hay en ella, de las que no puedo menos que enorgullecerme, y por eso...
O no, y todo esto es normal, y estoy haciendo una montaña de granos de arena.
Pero sea como fuere, me gustaría darle recursos para que no le afecten esos 'no quiero jugar contigo'. No sé qué decirle. Me gustaría poder darle una receta mágica para que se sintiera bien en esos casos, o que al menos lo entendiera. Ya he visto que ella emplea las suyas, esos amigos imaginarios que lleva teniendo desde hace mucho tiempo, y que cada vez son más (menuda pandilla... empezó con uno que se llamaba HarryPotel, pero que en realidad era el Robin Hood de uno de sus cuentos)... pero me gustaría incorporarle otros recursos más... duraderos? ortodoxos?
A las expertas en psicología: -sí, lo sé: soy yo la que tiene un problema con eso y no tanto ella. Pero no puedo dejar de preocuparme un poquillo
Besos a todos y a todas, que hace tiempo que no escribía.