- Jue, 06 Nov 2008, 16:02
#290440
Hola bella, voy a transcribir para ti y tu esposo el fragmento de un libro basado en la neurociencia que me ha dado mucha tranquilidad. También te recomiendo que leas sobre terrores nocturnos y que trates de enterarte cómo le está yendo en la guardería ¿cómo se siente?, pueden estar manejando mal su
angustia de separación.
Aqui va la cita:
El comienzo de la educación para dormir
La mayoría de los padres recurren a esta educación porque ni ellos ni el niño duermen lo suficiente. Los niños de uno a tres años de edad necesitan dormir entre doce y catorce horas cada noche. Los de tres a cinto, entre once y trece horas y los de cinco a doce años, entre diez y once horas. El sueño es vital para el crecimiento físico (la hormona del crecimiento solo se activa mientras dormimos). Los efectos de la privación de sueño incluyen el bajo rendimiento en la escuela, la falta de atención y la hiperactividad.
Si optas por educar al niño a dormir, asegúrate de que el método
no implica dejar que llore a solas. El desarrollo del cerebro superior de los niños les ayuda a superar la ANGUSTIA DE LA SEPARACIÓN
pero, hasta que eso ocurra, es vital que respondas a sus estados de miedo y congoja con afecto y consuelo. Mírado desde su punto de vista; la idea de separarse de ti por la noche y dormir solo en una habitación oscula le puede provocar extrema ansiedad.
Algunos expertos aconsejan que dejemos que el niño llore "hasta que se harte".
Según esta teoría, tras varias noches de llanto infructuoso, el niño acabará durmiendo sin molestar. Esto significa prolongados períodos de llanto que duran como mínimo una hora, y durante varias noches. La técnica es eficaz cede el pundo de vista de los padres, pero
en ningún caso podemos considerarla como un logro digno de alabar.
Los bebés no pueden tranquilizarse solos.
El bebé no es capaz de alcanzar por sí solo un estado de paz y bienestar. lo que hará, en cambio, ante la falta de respuesta, es quedar dormido tras sus inteminables y agotadores gritos de auxilio. Y dormir estresado de tanto llanto desesperado significa que se despertará muchas veces a lo largo de la noche, como haría cualquier adulto que se fuera a dormir en un estado de gran agitación. No podemos considerar este método como una buena educación para dormir, sencillamente, es lo que haría cualquier mamífero cuando sus padres no responden a sus gritos. Los bebés más decididos y de voluntad más fuerte llorarán más.
Jamás debemos confundir la quietud del bebé que ha sido educado para reprimir su instinto de llorar con un estado calma. Sus niveles de estrés serán más algos, no más bajos. Los estudios demuestran que los bebés que no han obtenido respuesta a sus llantos entran en un estado primitivo de defensa. Esto resulta en una irregularidad cardíaca y respiratoria propensa a grandes fluctuaciones, y en elevados niveles de cortisol. los bebés que han sido educados para no llorar a menudo fijan la mirada en el vacío. El neuropsicoanalista Alla Schore lo llama "el punto negro del devenir" o "abstinencia de la conservación". Según la teoría de la unión afectuosa, cuando el niño empieza a reprimir sus sentimientos en lugar de expresarlos, comienza el proceso de PROTESTA-DESESPERACIÓN-DESAPEGO.
Sin tu ayuda, el bebé no puede reducir el índice de sus hormonas estresantes a un nivel normal, ni regular sus estados de excitación física, no podrá alterar la química de su cerebro para inducir la producción de oxitocina y opioides. Para que estas cosas ocurran, el bebé te necesita a su lado.
Los bebés pueden ser muy sensibles a la separación cuando llega la hora de dormir. Si quedarse solos les produce ansiedad, la glándula pituitaria de su cerebro envía una hormona (ACTH) a las glándulas adrenales, que responden secretando altos niveles de cortisol, una hormona estresante. Estudios realizados en otros primates demuestran que , cuantó más prolongado es el período de soledad, mayor es el aumento del nivel de cortisol. Cuando disminuían los signos externos de agitación, el nivel de cortisol permanecía elevado o aumentaba más.
El posible efecto a largo plazo de la reiterada ansiedad de la separación es una extrema sensibilidad al estrés. A los adultos que lo padecen les resulta muy difícil tranquilizarse.
los niños que reciben consuelo y contacto físico sosegador a la hora de acostarse, producirán oxitocina y opioides en su cerebro.