Me tumbo a su ladito, llora, grita desesperado. Le cojo en brazos, más de lo mismo, le dejo en su cuna y yo a su ladito (con la mano tocándole, o cantando o asomándome para que me vea... lo que sea), ahí no llora, porque se levanta, que es lo que quiere. Es decir, todo lo que quiere es seguir de pie, o gateando, y como intente tumbarle y relajarle de cualquier manera (caricias, tarareando, poniéndome cerquita) se enrabieta muchísimo.
Ayer acabé yo dentro de la cuna también (es de estas de viaje, muy resistente), dejándole a su aire, a ver si acababa tumbándose él solito. NADA. Al final le tumbé yo un poco forzado, lloró 30 segundos y se durmió. Pero eso fue después de una hora y cuarto de mil intentos diferentes. Claro, acaba cayendo.
Me puedo tirar así, con el niño berreando, más de una hora. Y yo acabo realmente desquiciada, la verdad. Es muy difícil de aguantar con entereza. Y encima tienes que aguantar el: "déjale llorar y vete a cenar", o lo que sea. Porque, claro, como llorar llora igual, pues nada. Pero digo yo que no será lo mismo llorar estando solito y con sensación de abandono que llorar con mamá al lado. ¿O es igual de horrible?
Es que yo ya no sé qué hacer. Me entran todo tipo de dudas. Es que llora haga lo que haga, no sé cómo calmarle. Simplemente el hecho de ir a dormir le pone así. ¿QUé he hecho mal? Si siempre he estado a su ladito, dispuesta a dormirle al pecho, en brazos o tumbada a su lado...
Lo paso fatal de verle tan enrabietado. No sé qué hacer. Lo debe pasar horrible el pobre.
Si le dejo a su aire, que lo he intentado, tampoco se duerme. Se puede tirar bostezando y muerto de sueño dos horas, pero de pie, eso sí. Y no se tumba ni a tiros, hasta que yo, al cabo de muuuuucho rato, pruebo de nuevo a tumbarle. Ahí sí, aunque protesta, acaba durmiéndose casi al instante.
¿Me tengo que tirar todos los días una hora con él en la habitación, viendo como se pone de pie, para después de una hora tumbarle y que se duerma? No creo yo que eso sea una solución, ¿no? ¿O sí? No sé, no me encaja. Me acaban dando las tantas y yo sin duchar, ni cenar ni nada. Entre tanto mi marido está con el otro niño, Paulo, de 2 años.
¿Alguién tiene alguna aportación que hacer? Cualquier idea será bienvenida.
Gracias!!
Elena.