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por lafiu
#279680 Nosotros, los depredadores de la cría humana

Las lobas, las perras, las gatas, las vacas, las focas, las elefantas, las leonas, las gorilas, las ovejas, las ballenas, las yeguas, las monas, las jirafas, las zorras y las humanas tenemos algo en común: el instinto de proteger nuestra cría.

Sin embargo somos especialmente sensibles si algo se interpone entre nosotras y nuestros cachorros después del parto: por ejemplo, si alguien toca a uno de ellos impregnándolos de un olor ajeno, perdemos el olfato que los hace absolutamente reconocibles como propios. Si permanecen alejados del cuerpo materno, vamos perdiendo la urgente necesidad de cobijarlos.

Cada especie de mamíferos tiene un tiempo diferente de evolución hacia la autonomía. En reglas generales, podemos hablar de autonomía cuando la criatura está en condiciones de procurarse alimento por sus propios medios y cuando puede sobrevivir prodigándose cuidados a sí mismo sin depender de la madre. En muchos casos va a necesitar de la manada como ámbito de vida, y es la manada que va a funcionar también como protectora contra los depredadores de otras especies o de la propia.

Entre los humanos del mundo “civilizado”, pasa algo raro: Las hembras humanas no desarrollamos nuestro instinto materno de cuidado y protección, porque una vez producido el parto, tenemos prohibido oler a nuestros hijos, que son rápidamente bañados, cepillados y perfumados antes de que nos los devuelvan a nuestros brazos. Perdemos un sutil eslabón del apego con nuestros cachorros. Luego raramente estaremos bien acompañadas para que afloren nuestros instintos más arcaicos, difícilmente lograremos amamantarlos, -cosa que todas las demás mamíferas logran siempre y cuando no hayan parido en cautiverio-, muy pocas veces permaneceremos desnudas para reconocernos, y seguiremos reglas fijas ya sean filosóficas, culturales, religiosas o morales que terminarán por enterrar todo vestigio de humanidad. Si es que a esta altura podemos llamarla como tal.

El niño sobrevivirá. Cumplirá un año, dos, o tres. Seguiremos nuestras reglas en lugar de seguir nuestros instintos. Estimularemos a los niños para que se conviertan velozmente en personas autónomas. Los abandonaremos muchas horas por día. Los castigaremos. Nos enfadaremos. Visitaremos especialistas para quejarnos sobre cómo nos han defraudado estos niños que no son tan buenos como esperábamos.

A esa altura sentimos que estos niños no nos pertenecen. Esperamos que se arreglen solos, que duerman solos, que coman solos, que jueguen solos, que controlen sus esfínteres, que crezcan solos y que no molesten. Hemos dejado de “oler” eso que les sucede. No hemos aprendido el idioma de los bebés, no sabemos interpretar ni traducir lo que les pasa. Cuando estamos ausentes, o incluso cuando estamos cerca -con tal de estar tranquilos- los dejamos completamente expuestos. Entonces puede aparecer el más feroz de los lobos feroces. Ya que en realidad somos nosotros, sus más temibles depredadores.

Laura Gutman

:113: Asesora en lactancia materna de DO DE PIT
(Associació pro-alletament matern) de Tarragona
y MADRE
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QUIÉREME CUANDO MENOS ME LO MEREZCA, PORQUE SERÁ CUANDO MÁS LO NECESITE
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por Yuziel
#279742 Ahí me has dado, Elena. Era justo lo que necesitaba leer hoy.

Gracias :fl

QUÉ SUERTE HAY QUE TENER AL NACER.- (SKA-P)

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por Nikté
#279745 también hoy he pasado todo el día pensando en mi niña, en el grito que le solté ayer :oops: la pobre me dijo que le había dado un buen susto. Le he pedio perdón y me ha respondido que por qué le había gritado? si ella no me estaba gritando (es lo que yo le digo cuando me grita), gracias, de verdad.
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por JAM
#279957 Laura gutman no sabe que existe este lugar, en el que las madres no dejamos de oler a nuestros pequeños, de atender su llamada, de cobijarlos. No sabe, que existen madres que amamantan a sus pequeños hasta que ellos quieren. Que nos hemos pasado muuuucho tiempo con ellos pegados literalmente a nosotras, hasta que ha llegado el dia que han empezado a andar y nuestros brazos ya no son siempre apetecibles, como antes. Que hemos limpiado, cocinado, hecho la compra, dormido... con ellos colgados de nosotras. No cuenta con las madres que hemos dejado todo lo que habiamos conseguido laboralmente, aparcado, para retomarlo cuando ya no seamos tan imprescindibles para nuestros pequeños.
Me gustan algunas de las reflexiones que hace Laura Gutman en sus libros, pero no me siento identificada con algunas de ellas.
Pienso que no es todo tan malo... que la humanidad no se ha vuelto todavia tan fria. Pienso que el instinto maternal es algo tan fuerte, que poco a poco está resurgiendo, a pesar de que mucha gente se empeña en destruirlo.
Nosotras fuimos las que luchamos por la igualdad, y se nos olvidó que no somos, ni seremos nunca iguales. Hombres y mujeres, cada uno tiene su papel. Y es importante no olvidarlo... Por el bien de nuestros Hijos

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