1.- Tu hija será feliz si tu y tu marido lo sois. Desde que Claudia llegó a casa -fue prematura y pasó un mes en el hospital- ella fue la primera que me advirtió que debía atender a la niña pero sin descuidar la relación con mi marido. Mi hija merecía todas las atenciones, pero la principal era vivir en un hogar presidido por el amor entre sus padres y hacia ella. De ahí que siempre me haya aconsejado que reserve algunos momentos de intimidad regulares con él. Así que una vez a la semana nos damos una noche para nosotros, ella se queda con sus abuelos y papa y mama van al cine, o pasean, o están en casa relajados. Y no por ello creo que seamos peores padres.
2.- Eres responsable de tu hijo, pero no "culpable" de él. Evidenetemente, mi/nuestro comportamiento hacia Claudia va a condicionar su desarrollo emocional, pero no podemos obsesionarnos buscando una causa en nuestros actos para cada "sintoma" que aparece: rabietas, despertares nocturnos, momentos de exigencia o exceso de actividad.
3.-Todos dan consejos pero tú eres la que vives con tu hija: "Mamá, fulanita me ha dicho que ni se me ocurra pasar a Claudia a la cama cuando se despierte por las noches, porque se va a acostumbrar a dormir con nosotros y no saldrá de nuestra cama". Respuesta: "Fulanita es la que cuida a Claudia por las noches? ¿Es la que se levanta cinco veces o se pasa una hora intentando dormirla otra vez en la cuna?"
4. Disfruta de tu hija, no la padezcas.
No sé, a mí me parece una tontería, pero seguro que muchas de vosotras habeis recibido también lo que yo considero -a lo mejor otras personas no- buenos consejos de vuestras madres/abuelas/hermanas/suegras... y me gustaría que los compartieramos