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por nuriah
#250077 Ha caído en mis manos otro artículo sobre los castigos, a mi parecer, muy bueno.
En homenaje al debate tan enriquecedor que hemos tenido estos días....:fl ;-) :fl

El castigo es posiblemente una de las prácticas más utilizadas en el seno de la familia. Son diversos los que se emplean como “estrategia educativa”. Sin embargo, el uso sistemático del castigo como acción correctora principal puede acarrear consecuencias negativas que deben evitarse.

Por: Dionisio F. Zaldívar Pérez

Entendemos por castigo cualquier acción que ejecuta una persona, y que causa la aversión del que la recibe, empleado como elemento correctivo o de control con la finalidad de eliminar una conducta o comportamiento molesto o inadecuado.

Entre los castigos más frecuentes se encuentran:

* El tiempo fuera (sacar o prohibir al sujeto permanecer en el lugar o contexto donde ha exhibido una conducta considerada molesta o inapropiada enviándolo a dormir, etc.)
* El retiro de reforzadores o estímulos positivos (prohibición de ver la TV, de salir a jugar con los amigos, etc.)
* El castigo físico (que por supuesto no tiene nada de educativo).

Las causas más frecuentes por las cuales se castiga a un niño son: desobedecer las órdenes o indicaciones de los adultos; actividad excesiva del niño (hiperactividad) que resulta molesta para los adultos; rebeldía (actitud desafiante ante los padres u otros adultos); mala comunicación padres-hijos; irritabilidad, frustración o malestar de los padres.

Es posible que las causas que explican el uso extendido del castigo estén relacionadas con su aparente eficacia y rapidez para controlar o detener el comportamiento inadecuado o molesto. Sin embargo, sobran los ejemplos de niños que a pesar de haber recibido castigo, incluso físico, por mostrar determinados comportamientos, siguen exhibiéndolo tan pronto se presenta la ocasión.

Diversos estudios han mostrado que los efectos supresores del castigo resultan momentáneos, que este no provoca el desaprendizaje del comportamiento castigado, ni ofrece en su lugar otra alternativa más adecuada por lo que en la primera ocasión se activa nuevamente.

El uso sistemático del castigo como acción correctora principal puede acarrear consecuencias negativas, entre las que podemos señalar: daño a la autoestima del niño, quien llega a desvalorizarse (baja autoestima); aparición de estados de tensión, estrés y agresividad; déficit de atención; pérdida de confianza en los padres; ansiedad o culpa de alguno de los miembros de la familia; y empleo de la mentira como medio de evitar el castigo.

Como pueden observarse, si bien el castigo aparece como una “rápida solución” a los problemas de comportamiento infantil, sus efectos no son permanentes y por lo general provocan más daño que beneficio.

Educar requiere paciencia y poder mostrar al educando las alternativas de comportamientos más efectivos, lo que se logra en primer lugar con el propio ejemplo de los padres, la adecuada comunicación con el niño, la exigencia apropiada, pero siempre con amor, con el uso de argumentos directos y lógicos que inviten al niño a reflexionar sobre las consecuencias de su comportamiento, no solo para él, sino también en las afectaciones que pueden provocar en los demás.

El castigo físico nunca puede considerarse como una acción educativa. Por el contrario, es generador de agresividad y aprendizaje de comportamientos violentos que serán mostrados más allá del contexto familiar, ya que pueden afectar no sólo el comportamiento psicológico del individuo, sino también el social.

Los padres que castigan físicamente a sus hijos están contribuyendo a la reproducción de conductas violentas en el ámbito de la sociedad e inducen al uso de la violencia como forma de ejercer el control sobre otros.

Educar es dialogar, es persuadir, es enseñar con el ejemplo. Agote estos recursos antes de imponerles un castigo sus hijos, estos y la sociedad se lo agradecerán.

(Tomado de la sección Salud del periódico Trabajadores)

NÚRIA - Mamá y Asesora de lactancia materna
ALBA Lactancia Materna

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HUGO (21/01/2005)
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EMMA (25/08/2009)
por Pama48
#250185 Se lo voy a dar al petardín de mi marido...
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por Raki
#250189 Gracias Nuriah por el articulo. Hace poco yo tambien lei un articulo sobre los castigos. Viene en la revista "la guia del niño". Os pego algunos parrafos:


(En primer lugar decir que desde diciembre ha sido prohibido el cachete, y el articulo viene a raiz de eso)

El cachete es un recurso muy cuestionado por educadores y psicólogos y cada vez más criticado por los progenitores. Incluso el Código Civil, que hasta ahora amparaba a los tutores para "corregir a los menores razonable y moderadamente", ha eliminado esta potestad y, desde el pasado mes de diciembre, la bofetada está prohibida.
¿Y qué pasa con los castigos que no son físicos? Pues algo parecido. Las nuevas corrientes pedagógicas y psicológicas y, sobre todo, la propia experiencia de los padres han demostrado que en la educación son mucho más efectivos la motivación, el diálogo y la negociación que la represión. Además, el niño que recibe constantes reprimendas se sentirá triste y humillado o se rebelará ante tantos castigos, reforzando su mal comportamiento y siendo, incluso, más desobediente.
Por eso, se aboga por "cambiar la terminología" y sustituir el concepto "castigo" por "ganarse las cosas". Así, ahora se propone a los padres que expliquen a sus hijos: "a partir de hoy tendrás que ganarte la posibilidad de ver la televisión y jugar más minutos al ordenador, y eso se consigue realizando los deberes al llegar del colegio y obedeciendo a la primera". El niño tiene que tener muy claro qué es lo que se espera deél, por lo que es importante definir, de la forma más concreta posible, sus tareas, las normas y los límites que se están establecidos. De esta manera, cuando el niño incumpla su parte del acuerdo, desaparecerá el "te castigo sin ordenador", por la frase "hoy no te has ganado jugar al ordenador". Así comprenderá que la actitud y los privilegios que sus padres le conceden dependen más de él mismo y de su comportamiento que de la simple voluntad de ellos.

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por yulietta
#250194
raki escribió: El niño tiene que tener muy claro qué es lo que se espera deél, por lo que es importante definir, de la forma más concreta posible, sus tareas, las normas y los límites que se están establecidos. De esta manera, cuando el niño incumpla su parte del acuerdo, desaparecerá el "te castigo sin ordenador", por la frase "hoy no te has ganado jugar al ordenador". Así comprenderá que la actitud y los privilegios que sus padres le conceden dependen más de él mismo y de su comportamiento que de la simple voluntad de ellos. [/color]


AHÍ LE HAS DADO RAKI. 100 % CONTIGO.

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por Juanma
#250240
Así, ahora se propone a los padres que expliquen a sus hijos: "a partir de hoy tendrás que ganarte la posibilidad de ver la televisión y jugar más minutos al ordenador, y eso se consigue realizando los deberes al llegar del colegio y obedeciendo a la primera".

Me parece un abuso de poder que el niño no pueda elegir cuando realizar los deberes y que tenga que obedecer a la primera, sin rechistar, como una buena ovejita.

De esta manera, cuando el niño incumpla su parte del acuerdo, desaparecerá el "te castigo sin ordenador", por la frase "hoy no te has ganado jugar al ordenador".

Dionisio F. Zaldívar Pérez escribió:Entre los castigos más frecuentes se encuentran:

• El tiempo fuera (sacar o prohibir al sujeto permanecer en el lugar o contexto donde ha exhibido una conducta considerada molesta o inapropiada enviándolo a dormir, etc.)
El retiro de reforzadores o estímulos positivos (prohibición de ver la TV, de salir a jugar con los amigos, etc.)
• El castigo físico (que por supuesto no tiene nada de educativo).


El mismo producto cambiando la etiqueta.

El niño tiene que tener muy claro qué es lo que se espera de él, por lo que es importante definir, de la forma más concreta posible, sus tareas, las normas y los límites que se están establecidos.

Esta parte me parece correcta.

Así comprenderá que la actitud y los privilegios que sus padres le conceden dependen más de él mismo y de su comportamiento que de la simple voluntad de ellos.

Para mí lo único que comprenderá es que tiene que hacer los deberes para poder ver la TV y que tiene que obedecer a la primera para poder jugar al ordenador.

Cuando sea adulto y no se le pueda manipular ¿qué pensáis que hará? Ver la tele y jugar al ordenador, que siempre fue el objetivo a conseguir.

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por Pama48
#250261
Juanma escribió:
Cuando sea adulto y no se le pueda manipular ¿qué pensáis que hará? Ver la tele y jugar al ordenador, que siempre fue el objetivo a conseguir.


Cuando sea adulto, no serán sus padres sino la "sociedad" la que le impondrá los límites: sabrá que si se queda en casa realizando estas lúdicas actividades en vez de acudir a trabajar en el horario que le corresponde, le despedirán... :lol:
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por Juanma
#250274
Mariuca escribió:Cuando sea adulto, no serán sus padres sino la "sociedad" la que le impondrá los límites: sabrá que si se queda en casa realizando estas lúdicas actividades en vez de acudir a trabajar en el horario que le corresponde, le despedirán...

Efectivamente, trabajará, pero de igual manera que cuando era adolescente estudiaba para jugar a la TV y al ordenador, cuando sea adulto trabajará para tener una TV de fibra de adamantium y un ordenador portátil con procesador de fluzo.

Por supuesto, cada uno tiene derecho a gastarse el dinero que gana trabajando en lo que más le apetezca y cada uno puede invertir su tiempo de ocio en lo que considere más oportuno.

Tu reflexión me ha recordado el libro “La Luna es una cruel amante” de Robert A. Heinlen, que plantea un futuro utópico en el cuál los anarquistas de la Tierra son invitados a establecerse en la Luna para que no molesten. En la Luna se establece una sociedad en la cuál todo el mundo trabaja en lo que más le gusta y los trabajos menos “atractivos” son realizados rotativamente por todo el mundo. A todos los lunáticos se le estaba permitido no colaborar con la sociedad trabajando, se les daba un lugar para vivir y comida, pero nadie establecía relaciones personales con ellos por lo que vivían apartados de la sociedad.

Para mi el trabajo tiene que ser atractivo, un fin en sí mismo, no una cosa que hay que sufrir para conseguir otra que me satisfaga. En mi opinión las personas que dejan su profesión para el cuidado de sus hijos trabajan sin remuneración alguna por satisfacción personal y me parece una forma de vivir muy sana y deseable.

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por Raki
#250296
Juanma escribió:[Para mi el trabajo tiene que ser atractivo, un fin en sí mismo, no una cosa que hay que sufrir para conseguir otra que me satisfaga. En mi opinión las personas que dejan su profesión para el cuidado de sus hijos trabajan sin remuneración alguna por satisfacción personal y me parece una forma de vivir muy sana y deseable.


Para mi tambien, y creo que para cualquiera. Y hoy dia para encontrar un trabajo que te guste, te lo tienes que currar y a base de bien.
Por lo que me parece correcto que el niño aprenda que para conseguir lo que uno desea hay que esforzarse.

En cuanto a la frase "tienes que obedecer a la primera", pues si a mi tampoco me ha gustado mucho, al igual que lo otro " hoy no te has ganado el ordenador". Si, es un castigo pero quitandole el nombre.A la postre, se le termina privando de algo, aunque de una manera mas suave.

Juanma escribió:Me parece un abuso de poder que el niño no pueda elegir cuando realizar los deberes

¿Te parece un abuso decirle al niño que primero los deberes y luego a jugar? ¿Debe el niño elegir cuando puede hacer los deberes?
Pues desde luego que elegirian primero el juego, se enfrascarian en él y luego no tendrian tiempo ni ganas de hacer los deberes.

Pienso que cuando un niño llega a su casa, despues del colegio, es bueno que vaya adquiriendo un habito de estudio, y uqe en primer lugar realice los deberes,que como el propio nombre indica, es un deber, una obligacion, y nos guste o no se debe hacer , igual que el ir a la escuela.Y una vez el niño ya ha terminado con estos, pues tiene tooodo el resto de la tarde para jugar y hacer lo que le apetezca. Vamos , es lo que yo haria.

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por Pama48
#250308
Juanma escribió:
Para mi el trabajo tiene que ser atractivo, un fin en sí mismo, no una cosa que hay que sufrir para conseguir otra que me satisfaga. En mi opinión las personas que dejan su profesión para el cuidado de sus hijos trabajan sin remuneración alguna por satisfacción personal y me parece una forma de vivir muy sana y deseable.


Para mi tambien. Por eso como ahora mismo no hay nada que pueda satisfacerme mas que estar con mis hijos, eso es lo que hago. Tengo la suerte de poder hacerlo porque con el sueldo de mi marido nos llega. Cierto es que tenemos pocas necesidades, o mas que pocas, muchas menos que gente de nuestro entorno que ven como necesidades cosas que me parecen superfluas (la valoración de lo que es necesario es muy personal). Ahora mismo solo volvería a trabajar si nos hiciese falta dinero. Me hace feliz estar con mis hijos cuando se levantan, recogerles del cole, comer con ellos... Soy una marujona vocacional. Logicamente tengo dias que estoy quemada, pero ¿quien no los tiene en su trabajo por mucho que le guste?.
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por Juanma
#250310 Respecto a los deberes hay quienes dudan de su beneficio.

Alfie Kohn
1.3 La Verdad Acerca de los Deberes
1.4 Hacer deberes no tiene beneficios (Entrevista)

He seleccionado unas citas parciales del primero pero no dispongo de más tiempo ahora, saludos.

Alfie Kohn escribió:Los resultados de exámenes nacionales e internacionales levantan más dudas. Uno de varios ejemplos es un análisis de las Tendencias en el Estudio de Matemáticas y Ciencia de 1994 y 1999, con datos de 50 países. Los investigadores David Baker y Gerald Letendre difícilmente pudieron disimular su sorpresa cuando publicaron sus resultados el año pasado: “No solamente no logramos encontrar ninguna relación positiva”, sino que “las correlaciones generales entre el rendimiento promedio de los estudiantes a nivel nacional, y los promedios nacionales [en cantidad de tareas asignadas] son todas negativas.”

Entonces, ¿por qué hacemos algo cuando los perjuicios (estrés, frustración, conflicto familiar, pérdida de tiempo para practicar otras actividades, una posible disminución en el interés por el aprendizaje) claramente son más pesados que los beneficios? Las posibles razones incluyen una falta de respeto por las investigaciones, una falta de respeto por los niños (implícito en la determinación de mantenerlos ocupados después de la escuela), una adversidad por cuestionar las prácticas existentes, y la presión a todo nivel de enseñar más cosas en menor tiempo, para ganar mayor puntaje en las evaluaciones y poder decir “¡Somos los primeros!”

El énfasis exagerado que se da al tiempo va de la mano con la creencia generalizada de que las tareas “refuerzan” las habilidades que los estudiantes han aprendido -o, más bien, que se les ha enseñado- en clase. Pero ¿qué exactamente significa esto? No tendría sentido decir “Sigan practicando hasta que entiendan” porque la práctica no crea el entendimiento –el darles a los niños una fecha límite para entrega no les enseña habilidades para manejar su tiempo. Lo que podría tener sentido es “Sigan practicando hasta que lo que hacen se vuelva automático.” Pero ¿qué tipos de destrezas se someten a esta forma de mejora?

La respuesta a esta pregunta es: las reacciones conductuales. La habilidad en el tenis requiere mucha práctica; es difícil mejorar el balanceo sin pasar mucho tiempo en la cancha. Pero citar tal ejemplo para justificar los deberes es un ejemplo de lo que los filósofos llaman razonamiento circular. Este asume precisamente lo que quiere probar, que en este caso sería que los ejercicios académicos son iguales al tenis.

El supuesto de que estos son análogos deriva del conductivismo, que es la fuente del verbo “reforzar”, así como la base de una visión atenuada del aprendizaje. Él escribió que “si se quiere ser exitoso en el pensamiento cuantitativo, se necesita fundamentos y significados, no una multitud de “respuestas automáticas”. “Los ejercicios no desarrollan significados. La repetición no desarrolla entendimiento.” De hecho, si “la Aritmética empieza a tener sentido, es a pesar de los ejercicios”.

Adicionalmente, incluso si la práctica fuese útil para la mayor parte de estudiantes, esto no significa que deban realizarla en casa. En mi investigación hallé a un gran número de excelentes profesores (en diferentes niveles y con diferentes estilos de enseñanza) que raramente, si es que lo hacen, encuentran necesario mandar deberes. Varios de ellos, además de no ver la necesidad de enviar a sus estudiantes a leer, escribir o hacer trabajos de matemáticas en casa, prefieren que los estudiantes hagan estas tareas durante la clase, donde es posible observarlos, guiarlos y entablar una discusión.

Finalmente, cualquier beneficio teórico de la práctica de enviar tarea debe ponerse en una balanza con el efecto que tiene en el interés de los estudiantes por aprender. Si llenar una hoja de trabajo estropea el deseo de leer o pensar, de seguro esta actividad no producirá un mejoramiento en las destrezas practicadas. Además, cuando una actividad es considerada pesada, también tiende a disminuir la calidad del aprendizaje. El hecho de que muchos niños miran a los deberes como algo que terminar tan pronto como sea posible -o incluso como una fuente significativa de estrés- ayuda a explicar por qué parece no ofrecer ninguna ventaja académica, incluso para aquellos que se sientan obedientemente y completan las tareas que se les han asignado. Todos estos estudios mostrando la poca validez de las tareas podrían no ser tan sorprendentes, después de todo.

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por Raki
#250473
Juanma escribió:cuando una actividad es considerada pesada, también tiende a disminuir la calidad del aprendizaje


Los deberes son un refuerzo de lo que se ha aprendido con la explicacion del profesor. No digo que a los niños haya que ponerles deberes a tutiplen. NO, solo los justitos.

Personalmente,esa frase la referiria mas a las explicaciones de los profesores que a los deberes.Yo creo que es mas pesado escuchar al profesor explicar que hacer los deberes, en el caso de profesores que no motivan nada de nada y sus clases son monotonas y aburridas.Los deberes no los consideraria pesados, si se ponen los necesarios, porque tampoco hay que agobiarles con estos.
Para mi siempre eran una tarea amena. Lo pesado era la explicacion del profesor que no motivaba nada de nada, con lo cual no te enteras y por consiguiente te cuesta mucho hacer los deberes, pero porque no has entendido /ni aprendido lo explicado.
En pocas palabras: eso depende del profesor, no de los deberes.

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por Juanma
#250487
raki escribió:Lo pesado era la explicacion del profesor que no motivaba nada de nada, con lo cual no te enteras y por consiguiente te cuesta mucho hacer los deberes, pero porque no has entendido /ni aprendido lo explicado.

Los deberes son un refuerzo de lo que se ha aprendido con la explicacion del profesor.

En realidad mi opinión acerca de los deberes se acerca a lo que tú comentas, si en clase he entendido lo que me han explicado, no necesito hacer deberes y si no lo he entendido, los deberes no me van a ayudar a entenderlo, serán mis padres los que ejerciendo de “buen” profesor me llevarán a donde el profesor no supo, a la comprensión.

Yo he dado clases de repaso durante algunos años para ganarme un dinerillo extra mientras estudiaba, como máximo ocho alumnos en una clase, y mi forma de enseñar se basaba en que el alumno extrajera de sí mismo los mecanismos para llegar a la comprensión, es decir, no lees ayudaba a resolver los ejercicios sino que les hacía preguntas y mediante sus propias respuestas llegaban a la solución. La memoria se pierde, los mecanismos para alcanzar la comprensión perduran.

Claro, aquí pasa lo de siempre, cuesta más enseñar de esta manera, aunque tanto para mí como para el alumno era más satisfactorio.

raki escribió:Pienso que cuando un niño llega a su casa, despues del colegio, es bueno que vaya adquiriendo un habito de estudio, y uqe en primer lugar realice los deberes

Volviendo al orden de los factores que altera el producto, pues cada niño tendrá su ritmo. Puede que haya niños que al salir de clase, después de estar sentados durante horas, necesiten desfogarse y practicar un deporte o ir al parque a jugar con otros niños o llegar a casa y charlar con los padres sobre lo transcurrido durante el día y después hacer los deberes.

Por supuesto, si un niño quiere llegar a casa y hacer los deberes yo no le obligaría a jugar, está en su derecho.

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por Juanma
#250532 También recomiendo los siguientes artículos sobre el tema de los deberes y la vida en general:

Carlos Fresneda
1.2 Estrés en familia



Francesco Tonucci
1.1 Ciudad, Infancia y Diversidad Cultural

Me encantó este artículo y de aquí me gustaría destacar lo siguiente:

Francesco Tonucci escribió:Un tema que trataron mucho en el consejo de niños es el juego, claro, y lo discutieron con nosotros. Los temas que sacaron más fuerte eran que no tenían espacio para jugar, no tenían tiempo para jugar. El juego es un derecho reconocido por la Convención de los Derechos del Niño, pero no corresponde; por ejemplo, respecto al otro derecho que es el artículo 28 que es el derecho a la formación, el derecho a la instrucción, los niños dicen no son iguales, son dos derechos de la misma Convención que deberían tener el mismo nivel, el mismo respeto, la misma dignidad y los niños dicen que absolutamente no es así.

Frecuentemente nosotros no podemos jugar porque no tenemos tiempo, porque tenemos que hacer los deberes, además de todas las horas de escuela y nunca sucede al contrario, que no vayamos a la escuela porque no hayamos tenido suficiente tiempo para jugar para recuperar el tiempo de juego.

Claro parece un chiste, parece divertido, pero si vamos a pensarlo en serio y si pensamos en lo importante que es el juego en el desarrollo de un hombre y de una mujer tendremos que pensar que lo están diciendo muy en serio. Y tendremos que cambiar el juego de derecho a deber, y un niño tendría que jugar bastantes horas todos los días para garantizar un desarrollo adecuado.

Pero cuando los niños lo dicen nosotros nos reímos de él. El niño dice: bueno, pido a la escuela que no me manden deberes, por lo menos el sábado y el domingo y en las vacaciones. Esto ha armado un debate en Roma increíble, con una escuela que se ofende (...).

En la Convención de los Derechos del Niños, que es una ley del Estado aunque sea una Convención internacional de alto nivel, es una ley española, una ley italiana, que nos obliga, que nos vincula, el artículo 12 dice que los niños tienen derecho a expresar su opinión sobre todos las decisiones que les afectan. Y los deberes ¿no afectan a los niños? ¿Los niños no tienen derecho a expresar su opinión sobre los deberes?

Claro que sí. Y la escuela se ofende ¡qué raro!




También Casilda Rodrigáñez Bustos habla del tema en "Poner límites o informar de los límites"

Casilda Rodrigáñez Bustos escribió:La enseñanza programada presupone que el estudiante tiene que aprender lo que el programa indica, independientemente de su curiosidad. Sin embargo el proceso de aprendizaje natural tiene sus propias secuencias. La curiosidad incita a la observación, promueve la retención, estimula la capacidad de memorización, afina la motricidad fina, desarrolla la gruesa, y unifica todo en un solo haz y en un mismo afán de conocimiento. En cambio, la enseñanza programada, ante la ausencia del estimulo de la curiosidad, tiene que obligar a hacer ejercicios de repetición mecánica que pongan en juego cada una de las distintas capacidades por separado: así se hacen ejercicios de psicomotricidad fina, poniendo a l@s pequeñ@s a pegar gomets o a hacer palotes; ejercicios de psicomotricidad gruesa con las distintas tipos de gimnasias; deberes de caligrafía, de preguntas y respuestas, de memorización, etc., ejercicios que se asumen por disciplina.

Pues bien, no es lo mismo ejercitar la psicomotricidad fina haciendo palotes, que ejercitarla porque quiero coserme un disfraz para una fiesta. No es la misma capacidad intelectual la que se desarrolla aprendiendo una lección de memoria que la que se desarrolla leyendo algo que me interesa. Y además, cuando se realiza algo con el estímulo del propio interés, por lo general requiere que se pongan en juego diversos tipos de capacidades al mismo tiempo, y esto es lo que también hace que cada una de estas facultades, se templen cuantitativa y cualitativamente más y mejor que si se ejercitan cada una por separado y por una disciplina exterior. El deseo y la curiosidad, con el impulso de la motivación, al unificar en un solo haz los esfuerzos, producen una interrelación entre la motricidad, el sistema nervioso y el cerebro que garantiza el desarrollo armónico y la autorregulación del conjunto y de cada parte. Las facultades humanas no han sido diseñadas filogenéticamente para desarrollarse por separado de manera artificial.

Por otra parte, con la enseñanza programada la capacidad inventiva y la capacidad de tomar iniciativas poco a poco se van apagando a fuerza de no tener espacio ni tiempo ni motivo para ejercitarlas. Antiguamente en los pueblos los niños y niñas estaban todo el día inventando juegos y actividades; hoy nuestros niños y niñas, en cuanto tienen un rato sin programación, enseguida se les oye decir ‘me aburro’ y acto seguido se les engancha a la tele o a la video-consola. El aburrimiento en la infancia es un fenómeno moderno, que antiguamente solo se daba en algunos casos en las clases altas, en las familias de hijos únicos, que crecían aislados. Y aún así tenían sus horas y sus días menos acotadas que ahora y por lo tanto más campo de actividad espontánea que las criaturas de nuestra sociedad actual.

La disciplina, las obligaciones, las tareas, los límites de la infancia son hoy mayores que nunca; más sistemáticos y absolutos. Ser ‘una buena madre’ según lo establecido, implica literalmente ir apagando y aplastando la vitalidad de nuestras criaturas, día a día, año tras año.




Nos comenta Isabel F. del Castillo en "Dejemos jugar a los niños"

Isabel F. del Castillo escribió:El tiempo que los niños pueden dedicar al juego libre ha caído drásticamente, a causa de la TV, los videojuegos y las actividades extraescolares. Sin embargo, cuanto más inteligente es una especie, mayor la necesidad de juegar. Jugar y escuchar cuentos son la base de la inteligencia creativa.

Estas pautas son una continuación del artículo "Otra lectura del fracaso escolar":

Cuentale cuentos a tus niños cada día. No es necesario que estén ricamente ilustrados, de esa forma ellos crearán sus imágenes en su mente. Si te parece oportuno, invítales después a hacer un dibujo sobre la historia y que te lo expliquen.

Cuando sean más mayorcitos, trata de establecer un rato para la lectura.

Ten en su habitación una variedad de juguetes. Cuanto más sofisticados sean, menos versátiles serán y menos actividad e inventiva requerirán de su parte. Así que escoge los más sencillos. Ten también objetos que sirvan para variados propósitos: trozos de madera, piñas, conchas hilos de lana…

Guarda ropa que no vayas a usar y puedan utilizar como disfraces.

Si vienen amiguitos a casa, no les pongas una película, acótales un espacio para que puedan jueguen, aunque desordenen. Eso sí, ordenar debe formar parte del final del juego.

No pongas freno a su “actividad”: Si quieren “ayudarte” a cocinar, limpiar, ordenar, etc. permíteles que lo hagan, aunque luego tengas que volverlo a repasar. Imitar escenas de la vida cotidiana es una parte importante del aprendizaje, no sólo de destrezas sino de actitudes (responsabilidad, autonomía, participación, iniciativa…).

No tengas TV en su habitación, ni en la cocina. Limita la TV a los fines de semana, y escogiendo los programas.

No es malo que un niño “se aburra”, o “no tenga nada que hacer”. No tener nada que hacer es el paso previo y necesario para que se ponga en marcha la actividad por iniciativa propia. Es lo contrario del videojuego, dondue el juego ya está hecho y el niño simplemente va eligiendo entre las opciones que se le dan.

Si tienes niños más mayorcitos, prueba a enseñarles juegos tradicionales: son una riqueza cultural en vías de extinción y tienen una complejidad que no tienen los deportes reglados.

En tus planes de fin de semana, procura que no todas sean de “consumo”: cine, comer… También: excursiones, caminatas, picnics…

Cuando comiencen a tener “deberes” en casa, la actitud hacia ellos puede marcar la diferencia. La palabra “deber” es en sí misma poco estimulante. Procura equilibrar los momentos de expansión con los de trabajo, de manera que cuando se ponga a ellos esté en el mejor estado de ánimo posible. Puede ser, por ejemplo, después de jugar un rato en el parque a la salida del cole.

No satures a tus hijos con actividades extraescolares, y menos a una edad en la que poco pueden aprovecharlos y necesitan ese tiempo para jugar.




Aquí dejo otro artículo del que destaco:

Neva Milicic escribió:Si bien a todos los padres les gustaría tener "niños modelos", de los cuales les fuera posible enorgullecerse por su excelente rendimiento y por su comportamiento ejemplar, hay que tener cuidado que los hijos no paguen una factura emocional excesiva por cumplir siempre sus deberes, o que se sientan excesivamente culpables cuando no logran el rendimiento esperado por sus padres.

Neva Milicic: Cuidado con los niños modelos :fl

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por PAUMI
#250534 Juanma escribió:
si en clase he entendido lo que me han explicado, no necesito hacer deberes y si no lo he entendido, los deberes no me van a ayudar a entenderlo, serán mis padres los que ejerciendo de “buen” profesor me llevarán a donde el profesor no supo, a la comprensión.

Es cierto que los deberes no sirven de nada si el niño no ha atendido en clase o no lo ha entendido.
:fl Más bien creo que sirven para asimilar mejor lo que van aprendiendo durante el día, piensa que son muchas horas seguidas y asignaturas diferentes.
Yo por ejemplo cuando estudiaba inglés aunque atendiese (más me vale con 33 años) siempre me iban bien los deberes (por lo menos a mí) porque sino se me olvidaba.

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por Juanma
#250538 Mi mujer también está estudiando inglés en la escuela de idiomas y me utiliza como diccionario :mrgreen:. Pero yo no le traduzco simplemente la palabra, le ayudo por asociación a que le sea más fácil recordarla, por ejemplo, ayer me preguntó el significado de “glass” y yo le contesté: puede ser a “glass of water”, “the glasses to see” o como en el anuncio de “car glass”, cuando me dio el contexto se trataba de “a glass door”, y ya no hizo falta la traducción.

Mi inglés no es nada del otro mundo, se aceptan correcciones :oops:.

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